Sigue teniendo actividad, pero aún no despierta..
Sentí un tacto más que real, era distinto, fuera de este mundo. No solo era una mano, eran varias.
-Aarón.. - su espectro sonreía para mí, intentaba encontrar una manera para despedirme. Pude ver como se acerco y se agacho a mi altura, dijo algo que solo leyendo sus labios entendí.
-Te amo mi flor de loto, pero ya es hora de despertar..
Y con esas palabras no lo volví a ver.. jamás. El amor de mi vida se fue y yo no pude hacer nada por él.
-Yo también te amo Aarón... No te vayas.
PABLO SALLOW
No estuve en el asesinato de mi hermano; llegue a ese lugar porque, recordé que ellos siempre se veían aquí.
Al llegar, vi a Dayan meciéndose mientras acariciaba la frente de mi hermano. Intente acercarme, pero.. no me dejaron y pedí explicaciones a los enfermeros.
-Ella lleva veinte minutos abrazando el cuerpo, aunque le hablemos solo llora y mira su rostro; en estos momentos estamos buscando familiares de los dos chicos. La verdad es que su perdida fue por desangrado, y aunque ella intento ayudarlo con su camisa, ya tenia varias heridas, y ya no había poder humano que hiciese algo, él murió el segundo de marzo. Y es lo único que tengo para decirte.
-La verdad es que ella sabe más que nosotros. - dijo otro enfermero señalando a Dayan.
No sabía que hacer, a quien gritarle, con quien llorar y la mire al terminar de escuchar.
"Ese no es mi hermano, esa no es Dayan" Era la única frase que podía repetir para no perder totalmente la cordura.
Tal vez debí estar más cerca a ellos, tal vez debí quedarme.. tal vez debí decirle que le quiero.. Empezaba a sentirme débil, mis lagrimas no dejaban de salir a flote.
-Este no es el momento. - me dije limpiando mis lagrimas. Quiero hacer las cosas bien, aunque mi cuerpo grite tratarla mal, desde que ella llego, todo empeoró. Tal vez, estoy buscando un culpable.. pero verla así, me hace querer ayudarla. Sé que ella ama a mi hermano, aunque tengo envidia de su conexión, yo también quería despedirme de él.
Me acerque con los dos muchachos, hice contacto con Dayan agarrando sus hombros y ella solo observaba, su mirada tan perdida, sus ojos inflamados de tanto llorar, su cuerpo con rastros de sangre, de mi hermano, tuve que mantenerme firme. Ahora ella me necesita, aunque no pueda explotar mi dolor como ella en este momento, quiero que sepa que no esta sola.
-Deja que se lo lleven.. - no sabia que más decirle.
-Señorita, ya es hora.. él murió hace veinte minutos. - espero que con mi mirada le hiciera entender que no era la manera de hacerla entrar en razón.
-Él no está muerto.. está dormido. - como le explicas a alguien que perdió algo que ama.
-No soltabas su cuerpo, y creo que solo tú pudiste verlo partir.. - dije susurrando, poco a poco entenderá - Vamos a casa..
El cuerpo de Aarón ya estaba listo, lo taparon con una manta blanca hasta que lo subieron a la ambulancia; pero lo que me partió el alma fue escucharla decirme:
-Debemos ir con él, tú sabes que no le gusta estar solo, y no le gusta arroparse completamente, no sin mí ¿Cierto, Pablo? ¿Verdad, qué no?
No tenía palabras para esto, no se que más decirle.. no tengo solución. Lo único que pude hacer fue abrazarla por detrás, voy a respetar su duelo.
-Déjame ir con él, por favor. - fue cuando escuche el golpe de la ambulancia y como el motor prendía, forcejeo más fuerte; pero no puedo soltarla. Seguía a la ambulancia hasta que algo la detuvo de golpe y en su voz escuche su nombre.
-Aarón..
¿Lo estaba viendo? Perdí de vista a la ambulancia, ella dejo de luchar, como si el dolor se hubiese reunido ante ella y dejará su cuerpo. Sonrió, y eso me aterró más. ¿La estaba perdiendo? Su alma no estaba en su cuerpo, estaba cruzando caminos donde yo no podía ir.
-Dayan.. - no respondió, su cuerpo seguía atrapada en la misma posición, en la misma sonrisa, en la misma mirada de aliento y última esperanza.
Lamentablemente yo no podía hacer nada. Estaba en otro lugar, atrapada en el delirio y la realidad, atrapada en la desesperación y en la aceptación. Sostuvo su pecho con sus dos manos, aquel corazón que latía en furia estaba calmado. En un gesto débil abrió un poco sus labios y sonrió de la forma que nunca la había visto; sus dos hoyuelos se formaron en sus mejillas, su mirada cambio y como final dijo:
-Yo también te amo Aarón, No te vayas. - pero esta vez no había expresión en su rostro al terminar estas palabras.
-Dayan.. - alzo su mirada y me miro fijamente.
-Pablo.. él se ha ido.
Eso me heló.
Sus piernas cedieron y la sostuve antes de que se desplomara por completo.
Ella lo había visto.
No sé cómo. No sé en qué momento. Pero lo vio.
Y lo dejó ir.
La lluvia llego a nosotros, empezando a lavar su cuerpo y toda la sangre desaparecía con cuidado y lentamente, tal como si no quisiese irse de su piel.
Apreté la mandíbula y cerré los ojos, conteniendo mi propio dolor.
Porque aunque ella lo había visto partir... yo.. yo no tuve la oportunidad de despedirme.
Y ese sería mi castigo...
Y esta sería la última vez que tendría dolor, esto es un adiós. Nosotros ya cumplimos con nuestra parte,
-Es hora de despertar.. Dayan.. - susurre en su oído.
DAYAN MORCANT
Mi respiración estaba entrecortada mientras intentaba respirar; mi garganta ardía, dolía, como si tuviese algo atorado. El sonido de la lluvia se convirtió en un eco; el peso en mi cuerpo desapareció, y de repente ya no estaba en medio de una calle, con Pablo; estaba en la nada flotando, como si hubiese ido a otro mundo.
Pero aún la voz de Aarón aún resonaba en mi mente.
-Es hora de despertar mi flor..
No quería.