"Hoy, mi corazón me ha confesado que me abandona, que ya no quiere nada de mí, que se marcha contigo".
Un año ha pasado desde la muerte de Abi, hoy tiene que volver a renacer. He estado esperando a que este día llegará desde que ella dio su último suspiro.
Andrea está apunto de dar a luz, Kevin me acaba de llamar por lo que cojo a Chloe y viajo rápidamente hasta el hospital. Se que va a ser la media hora más larga de toda mi vida.
Se que esto puede parecer extraño en un mundo normal pero en el mundo mágico no hay nada normal.
Poco tiempo después de la muerte de Abi, Andrea descubrió que estaba embarazada y mi amada crecía en su interior. Y cómo lo supe? Simple, puede oler su aroma impregnado en el de su madre.
Recuerdo la tarde sentados en su salón, Jhon no dejaba ni un solo momento a su pequeña sobrina sola. Y en ese justo momento me dijo lo de su embarazo.
Por primera vez en mucho tiempo le dí a alguien una explicación. Le conté que su nueva hija no era otra más que la anterior.
También le conté que debía de ponerle el mismo nombre y que en ningún momento le podríamos decir nada sobre su vida interior. Tendría que crecer y aprender a hacer todo de nuevo.
Era una segunda oportunidad y yo menos que nadie me iba a interponer en que todo siguiese su curso. Tenía mucho que perder si metía la pata esta vez.
Solo tendría que esperar dieciocho años y siempre la podría ver desde la distancia.
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Acabamos de llegar al hospital y no puedo evitar sentir miedo de que algo salga mal. Suspiro y camino hacia el interior, solo un poco más me repito una y otra vez
Estoy en la sala de espera sentado esperando tengo conmigo a Chloe y a Jhon.
Kevin está dentro junto a Andrea, ojalá yo también hubiese estado presente en el parto de Chloe.
Tanto tiempo perdido por mi estupidez, tanto tiempo esperando a que ella llegase para solo pasar dos años a su lado y la mitad de ese tiempo separados por mis estúpidos silencios.
Ahora tengo una nueva oportunidad y está vez lo voy a hacer todo bien.
El sonido más maravilloso del mundo llega a mis oidos unas horas después.
El llanto de Abi resuena por toda la sala, la puerta del paritorio se abre .
Kevin lleva envuelta en toallas el pequeño cuerpo de Abi, cuando la tengo entre mis brazos mi lobo aulla pero esta vez no es de dolor sino por haber vuelto a encontrar lo que una vez fue nuestro y de entre nuestras manos se escapó.
Dejo un beso sobre su frente y se la entregó de nuevo a Kevin, si no lo hago en ese justo momento, se que no se la devolveré jamás.
Respiro profundo y acerco a mi pequeña Chloe para que pueda ver a su tía, no le puedo decir que ella es su madre, ahora no lo entenderá y más adelante no lo creo, así que ella también tendra que esperar a cumplir la mayoría de edad.
Después de pasar un rato más junto a ellos decido que es el momento de regresar a casa.
No puedo negar que por una parte me siento feliz de que ella haya regresado pero por otra parte, solo es un bebé y yo tengo que ser paciente y esperar dieciocho años para volver junto a ella.
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Deje a Chloe con la niñera y subí hasta mi despacho, tenía tanto trabajo atrasado que sabía que sin ayuda nunca lo podría terminar.
No me había permitido el lujo de tener un Beta que me respaldara y que me ayudara en mis deberes. Quizás había llegado el momento de buscar a alguien adecuado.
Todavía me dolía el alma por haberlo matado, pero su orgullo y su actitud no le permitió ver el error que estaba cometiendo con su compañera.
En esos momentos dejé mi amistad de lado e impartí justicia.
Su pequeño había nacido tan solo unos meses antes. Se parecía demasiado a él y eso me causaba dolor. Le permiti a Yami abandonar momentáneamente la Manada. Con la promesa de regresar ya que su hijo no era un niño normal. De momento podía quedarse en el pueblo hasta que llegase el despertar de su lobo.
Ella aceptó y volvió al pueblo con sus padres, en la Manada solo tenía a su hermana y ella tenía su propia vida.
Quién me hubiese dicho a mí que Abi pudiese cambiarme tanto.
Me recosté en el sillón haciendo caer al suelo un papel lacrado.
Me agaché para recoger el papel y rompí el sello que lo mantenía cerrado.
Se requería mi presencia en el Palacio Real, al parecer había desavenencias que necesitaban de mi presencia.
Por lo que en dos días necesitaría viajar, salí del despacho y hablé con la niñera necesitaba que tuviese todo preparado para ella y la niña.
Por nada del mundo dejaría sola a mi hija. Había aprendido y por las malas que tan solo un día de ausencia podría traerme grandes dolores de cabeza.
Y eso es algo por lo que no estaba dispuesto a pasar otra vez.
Subí de nuevo al despacho y marque tres nombres en un papel, ellos eran mis mejores soldados por lo que cuando yo volviese de la reunión los entrevistaría a fondo y tomaría una decisión.
Uno de ellos se convertiría en mi Beta y mano derecha.
Esta vez no podía equivocarme, no podía dejar ningún cabo suelto.
......
Es hora de marcharnos, meto la pequeña foto de Abi en el bolsillo de mi chaqueta y bajo dos maletas hasta el coche.
Chloe ya está sentada en su sillita y la niñera lo hace a su lado.
Tenemos por delante una hora en coche y cuatro en avión hasta que lleguemos a Washington, después de aterrizar nos faltarán al menos dos horas hasta llegar al palacio.
Siento que hoy va a ser un día muy largo.