Cada vez que cierras los ojos, quiero reconstruir la luz que muere tras ellos y casi siempre lo haces al cabo de unos minutos, pero esta vez te has tardado siglos. ¿Cuánto más esperas para burlarte de mí con ese verde tornasolado? Cuatro días es mucho tiempo y, te lo digo, la espera me ha dado frío. Tu broma ya no es divertida, cariño. Sal de esa cama de pino.