Mientras menos me gustas (mÁs Te Quiero)

PRÓLOGO

Mi mano se cerró en la gruesa nuca, acercando aquel rostro, hermoso y sorprendido, al mío. Más tarde escucharía a la voz interna que gritaba que estaba cometiendo un error, que estaba confundida y quizás el vino caliente en mi sangre tenía mucho que ver con eso.

El vino y aquel aroma dulce que no dejaba de tentarme.

Olía a algo cálido y acogedor, algo que hacía que los dedos de mis pies se curvaran dentro de los confines de mi bota.

—Galletas —murmuré mientras mi boca rozaba labios increíblemente suaves. La boca contra la mía sonrió y deseé poder abrir mis ojos más allá de las pequeñas rendijas que mi embriaguez me permitía, porque sabía que aquella sonrisa era un espectáculo digno de admiración.

Una mano recorrió mi espalda, enviando notas de calor a pesar de las capas de abrigo entre nuestras pieles. Podía sentir los pequeños copos de nieve descender sobre nosotros, aterrizando en nuestras mejillas, sin que a ninguno pareciera importarle en lo más mínimo.

Aquella mano alcanzó la línea de mi mandíbula, inclinando mi rostro todavía más cerca del suyo.

Una mirada tan profunda como aquel inmenso bosque que nos rodeaba se clavó en la mía.

—No permitiré que te arrepientas de esto en la mañana.

La pequeña voz en mi interior gritó una última vez que aquello era exactamente lo que haría al recuperar mis sentidos; pero la boca que descendió hambrienta sobre la mía enmudeció todo con aquel beso abrasador.




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