La oscuridad los envolvía; las sombras danzando en extrañas e íntimas formas que se enlazaban y se apartaban para volver a unirse en un baile sin fin, escapando del débil resplandor de la única vela encendida en un rincón de la habitación, solitaria sobre el polvoriento mueble esquinero demasiado antiguo como para adivinar a qué antepasado había pertenecido.
—Estás asustado —sonrió la ronca voz, causando un escalofrío traicionero en el cuerpo de su acompañante. Las sombras se detuvieron un latido, aguardando por la respuesta.
—No le tengo miedo, Sir Villeneuve.
Las sombras temblaron, anticipando y temiendo la confrontación.
Una risa profunda, sensual, íntima siguió a tal desafío.
—Nunca hablé de temerme, Lord Tylon.
Las sombras se apartaron mientras la oscura silueta se acercaba al halo de luz, su rostro hermoso y letal haciéndose visible. La sonrisa maliciosa y seductora fijada en aquel rostro enemigo. Lord Tylon sabía que había perdido cualquier batalla interna en ese instante. Incluso antes. Perdió en el momento en que ambos caballeros fueron presentados; años, mentiras y confrontaciones atrás.
Siempre estuvo perdido ante esa sonrisa.
—Está tan enamorado que es doloroso de ver.
Salté ante la interrupción de mi lectura, la voz burlona flotando por encima de mi hombro izquierdo.
Me giré para ver a Ron, mi mejor amigo, inclinado sobre dicho hombro; su mirada concentrada en la misma lectura que segundos antes me había mantenido cautiva.
La incomodidad inicial que siempre sentía cuando alguien más leía mi trabajo se hizo presente, mis dedos hormiguearon por la necesidad de extenderse y cerrar la ventana del documento, privándole de la posibilidad de terminar de leer, pero logré contenerme mientras aguardaba en silencio a que terminara.
Ron alzó las oscuras cejas, su piel unos tonos más bronceada que la mía se arrugó en los extremos de sus ojos castaños mientras sonreía y se apartaba.
—¿Entonces? —dije, incapaz de seguir esperando el veredicto —¿qué opinas?
Caminó unos pasos hacia atrás, hasta sentir el borde de mi cama detrás de sus largas piernas. Con un suspiro se dejó caer sobre el colchón, rebotando una vez hasta detenerse, tomándose el tiempo para acomodarse mientras la espera hacía mella en mí paciencia inexistente.
—Creo que es bueno —sentenció finalmente.
El aire escapó de mí, sorprendiéndome. No había notado que lo había estado conteniendo. Entonces la primera ola de satisfacción pasó y sus palabras terminaron de colarse en mi mente.
—Espera —dije, la objeción creciendo en mi tono mientras esa estúpida sonrisa suya iba en aumento —¿sólo bueno? Dijiste que el capítulo de la batalla oscura fue sublime.
Ron se encogió de hombros mientras estiraba una mano hacia mi fotografía enmarcada, la única en toda la habitación, sobre mi buró. Un nudo se formó en mi garganta y aparté rápidamente la mirada de las personas sonriéndome desde el pequeño portarretrato. Siempre me prometía que escondería esa cosa y siempre lo olvidaba.
O elegía olvidar.
Esperé hasta que Ron volvió a dejar el marco en su lugar nuevamente antes de responder.
—La batalla oscura fue sublime —dijo, como si todo estuviera dicho y hecho —nos hiciste creer a todos que Forest traicionaría a Lord Tylon y se lo comería para la cena. ¡Y entonces bam! Ataca a los bastardos de Hills y le salva la vida al indefenso Tylon.
—Forest es un lobo leal —objeté —jamás traicionaría a su dueño y mejor amigo.
Ron se sentó, sus codos encontrando su lugar sobre sus rodillas mientras se inclinaba y buscaba mi mirada. La burla brillaba en esos pozos terrosos.
—Es un lobo, Max —dijo calmadamente —un animal salvaje. Nadie lo culparía por comerse al remilgado Tylon.
La protesta murió en mi boca mientras notaba que se estaba riendo de mí.
Me giré nuevamente hacia la pantalla de mi computadora, el capítulo sin terminar mirándome como lo había estado haciendo desde las dos horas que mis dedos habían dejado de teclear, el cansancio finalmente matando mi prosa.
—Como sea —dije, sonriendo a mi pesar al oír su risa divertida. Lo ignoré —. Volviendo al tema en cuestión, no hay nada de malo con un giro a la trama romántica.