Esperé ansiosa mientras mis propuestas de plan de historia eran analizadas y juzgadas por el feroz jurado frente a mí. Las arrugas en la frente de Helga, mi vecina de ochenta años, se hicieron más profundas mientras forzaba su visión detrás de sus modernas gafas con grueso armazón oscuro; sus ojos grisáceos casi desapareciendo tras el llamativo accesorio.
—Pensé en tres posibles episodios —dije con voz temblorosa. Helga disparó su mirada hacia mí con la rapidez de una cobra atacando y tuve que recomponerme rápidamente ante su expresión de reproche —, necesito que me aconsejen con cuál debo continuar.
Ninguno de los dos me sacó de mi miseria con alguna frase de consuelo, y la mirada peligrosa de la anciana no me dejaba más opción que fingir autoridad y continuar. Señalé la primera secuencia.
—“Una noche de invierno”, se centrará en un reencuentro entre Lord Tylon con su verdadera madre, Lady Davina, luego de que ésta lograra escapar del convento en el que fue recluida injustamente por su familia después de dar a luz al protagonista, años atrás. Se trata de un episodio emotivo en el que la nostalgia por la que pudo haber sido la vida de ambos de haber seguido unidos tendrá el papel estelar.
Terminé la presentación esperando algún comentario, pero sólo obtuve silencio y una teñida ceja cobriza alzada por parte de mi exigente vecina. Suspiré, desinflándome un poco mientras señalaba la siguiente secuencia.
—En “La rosa de hielo” seremos testigos de una apasionante noche de confesiones y promesas entre Lord Tylon y Zara, la esclava de la que está enamorado, pero quien pertenece a su peor enemigo, Sir Villeneuve. Ambos escaparan del castillo en plena tormenta invernal, encontrando refugio en una cabaña de caza a las afueras de la propiedad y, por supuesto, el uno en el otro.
Ron escondió una sonrisa detrás de su mano mientras los ojos de Helga brillaban con renovado interés.
—Por último —dije señalando la última secuencia —tenemos “La batalla oscura”; no sé si esto sea una buena idea —ahora tenía toda la atención de ambos, sus ojos moviéndose por las palabras garabateadas en la pizarra, deteniéndose al mismo tiempo en la última frase, la que me hacía dudar de seguir adelante con esta idea —. Se trata de la batalla final entre Lord Tylon y los antagonistas, pero sobretodo —miré hacia la última línea, las palabras regresándome la mirada, ofendidas —se trata de la muerte del enemigo más famoso de la serie, Sir Villeneuve.
—No creo que necesites nuestra ayuda para elegir —dijo Ron tranquilamente, su mirada regresó a la última secuencia —. Ya tomaste la decisión.
Helga asintió.
—Por mucho que me encantaría ver al ardiente Lord Tylon quitarse una prenda o dos —Ron disimuló una risa detrás de una tos falsa mientras mis mejillas ardían por la escandalosa declaración de la mujer mayor —, este joven apuesto tiene razón. Nada se compara a la idea de darle un final digno de un villano como lo fue ese detestable Sir Villeneuve. Y sólo tú puedes hacer eso, darle un merecido final a un gran villano.
Darle un final.
—Ya no estoy tan segura…
—Está decidido —dijo Helga, golpeando mi alfombra con su bastón y poniéndose de pie tan rápido que avancé un paso temiendo que se cayera —, espero leerlo antes de que lo envíes. Sabes que no soporto esperar.