Mihaela

Prólogo

Una pequeña niña de ojos grandes estaba sentada en una orilla de la calle mientras leía un libro con ilustraciones de flores y plantas, anteriormente la maestra le había pedido a sus alumnos que tenían que cuidar una pequeña plantita que nacería de un frijol. cuando el timbre tocó para salir al receso la pequeña niña corrió hacia la biblioteca de la escuela Buscando un libro Que le fuera útil para cuidar a la plantita, cuando salió no podía contener su entusiasmo y sin dudar se sentó a leer, sus compañeros, estaban jugando en el patio al lado de ella, solían ignorarla e incluso mal tratarla, por esta razón ella decidía alejarse.

Su maestra se aproximó a ella, le quitó el libro de las manos y la obligó a jugar con los demás.

-Tienes que comportarte como una niña normal- dijo su maestra

- Pero ellos no me quieren, ¡me ignoran!- replicó la niña con lágrimas en los ojos

- Lyneth ellos no te ignoran, ¡¡¡El problema eres tú!!! No te quieres integrar, ahora ve y juega con ellos, si no te quedarás hasta tarde- dijo la maestra con tono desafiante.

Lyneth se acercó temerosamente hacia ellos, con cada paso que daba sentía el corazón en su mano, agarro un pequeño mechón de su cabello y comenzó a jugar con el para calmar los nervios mientras caminaba hacia los demás niños. Miro hacia atrás y la maestra ya no estaba, Quiso correr fuera de ahí pero ya era demasiado tarde.

-¿Que haces aquí Lyneth Arud, como te atreves a acercarte a mi ? - pregunto un niño Con cabello castaño y ojos color ámbar

- La maestra me dijo que viniera a jugar con ustedes. - respondió Alanna mirando hacia el suelo

- ¿¿¡¡Queee¡!!?? Crees que queremos jugar con una bruja? - respondió un niño acercándose a Lyneth

- Mi madre dijo que no me acercara a ti, porque tu madre es una bruja , entonces tu lo eres - dijo Ahora una niña caminando hacia donde estaba Lyneth.

- ¿Sabes lo que le pasa a las brujas? Hay que quemarlas- dijo el niño Con cabello castaño.

Agarraron a Lyneth y la llevaron afuera del patio de juegos, las maestras no estaban supervisando a los niños, estaban comiendo en la cafetería por eso No se percataban de lo que estaba pasando.
Lyneth luchaba con toda sus fuerzas para zafarse del agarre de los niños, intentaba gritar pero simplemente no podía, eran demasiados, su boca no podía pronunciar ni una sola palabra por el miedo que le recorría.Lyneth cayó al suelo raspandose sus rodillas, intentó levantarse rápidamente pero los niños no la dejaron, Lyneth visualizó como unas pequeñas gotas de sangre recorrían sus Rodillas. Lyneth detesta la sangre y comenzó a llorar más

- ¡¡CALLA!!, ahora lloras, ¿no vendrá una lechuza a salvarte? - Dijo uno de estos niños con tono burlesco 
El niño inmediatamente sacó de su bolsillo una caja de fósforos y se aproximó a ella.
- Son especialmente para ti- dijo con una pequeña sonrisa de maldad en sus labios.

Lyneth estaba cansada de esto, estaba empezando a enojarse, cubrió sus ojos con sus manos y cerró sus ojos y dijo:
"He cuidado de ti, por favor cuida de mí"
Los niños no se percaptaron que por cada paso que daban, en los árboles alrededor de ellos se  posaban unas pequeñas  aves, dispuestos a atacar

- "Quemad a la bruja "- dijeron uno detrás del otro.

Los niños corrieron a Lyneth al igual que las aves, las aves empezaron a picotear las cabezas de los niños, los niños gritaban, era un caos completo. Las maestras salieron de la cafetería a ver lo que estaba pasando y se quedaron perplejas al escenario enfrente de sus ojos. Un escenario donde los niños corrían desesperados para zafarse de las garras de las aves mientras Lyneth estaba sentada en el suelo con sus ojos cubiertos sin ser tocada por estos animales.

-Ella es una de ellas- dijo una mestra con lágrimas en los ojos.

Lyneth no sabía lo que estaba pasando y estaba asustada de la situación  tomó fuerzas y se levantó del lugar donde estaba sentada y corrió todo lo que pudo sin ver atrás, sin importarle nada directo al bosque a esperar a que todo pasara.

Más tarde en la noche Lyneth regresó cautelosamente a su casa donde la esperaba su madre con una deliciosa cena para ella. Sus 2 hermanos ya se encontraban comiendo.
- ¿ A dónde estabas cielo ?- pregunto su madre .
Una hermosa mujer  con hermosos ojos color miel y una hermosa cabellera negra como la noche.
Lyneth se limitó a decir unas cuantas palabras, le dijo que sus raspones se los había hecho jugando en el bosque y que había pasado la tarde jugando ahí ,no queria preocuparla, la amaba demasiado y últimamente la estaba pasando mal por las acusaciones que daba el pueblo hacia su pequeña familia. No queria decirle lo sucedido en la escuela.
No sabía porque  las aves la protegieron, no sabía como había huido de la situacion si el escenario estaba repleto de niños, maestras, aves y gente que se acercaba a ayudarles.
Replanteaba en su cabeza si era necesario, de todas maneras no encontraba palabras para explicarle lo sucedido a su madre ni siquiera ella misma lo entendía.

- Madre tu crees que soy mala? - pregunto Lyneth

- En la escuela me dicen que soy una bruja.

-¡¿Lyneth que hiciste para que te llamen bruja!?- pregunto su madre muy preocupada.-

-Na..da madre, e-es lo que se dice en el pueblo- respondió Lyneth.
Si esa fue su reacción decidio que definitivamente no le contaría lo sucedido en la escuela.

Terminaron de cenar y lyneth se ofreció a ayudar a su madre a lavar la ropa, estaba intentando pensar como haria para fingir estar enferma mañana para no ir a la escuela , cada vez que lo pensaba su estomago se revolvía y le daban ganas de vomitar.
El cielo se empezó a pintar de un azul muy profundo,  los grillos empezaban a cantar, las luciérnagas a bailar alrededor del paisaje y se empezaban a visualizar las luces de las casas a lo lejos.

Cuando estaban por terminar, Lyneth pudo visualizar a lo lejos como unas luces se acercaban a ella, mumurmullos de la gente empezaban a retumbar en su oído, y el miedo empezó a apoderarse de ella.




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