Mikrocosmos

Capítulo 3: Margarita

Veinticuatro de diciembre.

Se despertó y vio que todos seguían dormidos, cosa que le sorprendió porque usualmente ella era la que se levantaba tarde, por diversor motivos, aparte de que la mayoría de las veces se acostaba tarde terminando tarea.

Se levantó de la cama con cuidado de no despertar a nadie y se dirigió a la mesa del televisor para tomar su celular y su cepillo dental. Vio la hora, eran las 6:33AM. ¿Qué mierda hacía despierta a esta hora?, seguramente su cuerpo al no estar acostumbrado a la cama en la que durmió... le pasa cuando dormía en casas ajenas y le da pena levantarme tarde. ¡Gracias cuerpo! Pero la próxima un poquito más tarde.

Salió del cuarto y cerró la puerta con mucho cuidado, por suerte esta no rechinaba, fue al baño, al salir vio que no era la única despierta, se escuchaban voces en el piso de abajo. Volvió al cuarto y guardó el cepillo, luego bajó las escaleras de granito.

En la sala me encontró a su abuela, a su tía y a su esposo.

— Buenos días –dijo.

— Buenos días –contestaron.

— ¿Cómo dormiste, mami? —preguntó su tía.

— Bien.

— ¿Y eso que te paraste tan temprano?

— No sé –se encogió de hombros.

— ¿Y tus papás?

— Siguen dormidos –respondió y su tía solo asintió con la cabeza.

— Bia-esten... muchachita –la que habló esta vez fue su abuela, siempre confundiendo los nombres.

— Dime.

— ¿Quieres café? –preguntó.

— No gracias, abuela.

No era muy fan del café.

Ahí se quedamos hablando durante un rato de varios temas en el patio sentados en las sillas de la piscina. Pasaron los minutos y poco a poco fue despertándose la gente. Todos los hombres estaban con resaca por quedarse tomando hasta tarde, pero igual se levantaron.

— Miren ¿y Jesús? –preguntó su primo.

Dicho eso todos se pusieron a buscarlo, y con todos se refiere a los inmaduros.

— ¿No está en el cuarto?

— No ahí no está –respondió Kike.

— Epa, está acá dormido –gritó Alá desde el porche.

Todos (los que seguían sentados en las sillas) miraron hacia Alá parado junto a una de las dos hamacas del porche. Ella se acercó por curiosidad al igual que el resto de los inmaduros. Efectivamente, Jesús estaba ahí dormido con el vaso en la mano y lo mas cómico era que tenía un bolw en la cabeza que le tapaba la cara.

— ¿Y él durmió ahí toda la noche? –preguntó la abuela divertida.

— Así parece –dijo Alexandra (Brayan).

Cerca de las nueve de la mañana ya todos se habían levantado y empezaron a hacer el desayuno. Regla de la familia James, hasta que la mayoría de los presentes en la casa no estén despiertos no se desayuna.

Sus primas estaban metidas en sus celulares, los inmaduros estaban contando todas las locuras que hicieron en la noche, su papá estaba echando cuentos para hacer reír y el resto lo escuchaba.

Eran las diez y algo de la mañana y el primero en meterse en la piscina fue su hermano, el enano parecía un esqueleto de lo flaco que era, y lo peor es que comía como si no hubiera un mañana. Solo estaba dando brinquitos de niño chiquito en la piscina.

— Susan ven, metete en la piscina –invitó.

— Ahora me meto –se levantó de su asiento y subió al cuarto para conectarse a internet.

Claro que se metería en la piscina, pero más tarde, después de las doce por ahí. Cuando llegó encendió el WIFI. Los mensajes llegaros como loco, las notificaciones, todo. No sabía que ver primero, pero dejó Amino de último.

 

Hola —
 


— Hola.

— Hola.

¿Cómo están? —
 


— Bien.

— Bien ¿y tú, Eli Sus?

Díganme Sus, y estoy bien, gracias —
 


 

¿Qué hacen? —
 


— Nada, vagueando.

— Hablando con ustedes xddd.

— Viendo un juego de futbol.

— ¿Qué haces tú?

— ¿Qué partido estás viendo, quien está jugando?

Yo nada —
 


— Argentina contra Perú.

Mmm ok —

 

Dejó que ellos siguieran la conversación y volvió a bajar a la cocina a ver de qué se reían, las carcajadas llegaban hasta el cuarto. Cuando bajó, vio a su papá y los inmaduros metidos en la piscina y tomando otra vez, al parecer no les bastó con la resaca de mañana. Su papá seguía echando cuentos y todos lo escuchaban con atención, mientras los demás se pusieron a instalar una corneta y un equipo de sonido para poner música.

—... Entonces yo ya me iba y dije "Bueno chao pues, me voy a la casa porque me tengo que arreglar para irme a una reunión con mis antiguos compañeros del liceo", "¿Y Rubí?", me dice él y yo le digo "Ella se queda en la casa con los muchachos"," ¡¿Y ella te dejó ir a ese evento,?!", "Sii, ella me dejó", entonces el chamo me mira como diciendo "Coño" y asiente dándome a entender que tenía suerte porque Rubí me dejó ir... —estaba inspirado contando en cuento y los demás estaban pendientes de lo que iba a decir, siempre es lo mismo, empieza a contar algo con aire serio para que la gente piense que es verdad, pero al final es mentira y lo dijo a mamadera de gallo— "Y te digo una cosa, todas están OPERADAS", él se me queda viendo y me dice "¿'Tan buenas?" y yo lo miro y le digo "No, están operadas de la columna, del riñon" –dicho eso todos estallaron de la risa.

Ella se fue al cuarto otra vez, hasta que se hizo las 12:15PM y su papá la regañó por no estar abajo compartiendo. Estuvo sentada menos de cinco minutos en la mesa junto con los demás, su cara era de fastidio y no le daba pena estar así, igual no le estaban prestando atención. Aprovechó y se fue al cuarto, nadie la notó.

 

Volví —
 




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