Mikrocosmos

Capítulo 8: Voy a verla

— Manu, recordad que nuestra madre ha dicho que eréis mi responsabilidad y que podíais vivir conmigo con tal de que no faltéis a la escuela —me sermoneó Saraid.

— Lo que ella dijo era que debía cumplir con la escuela, hermana, y lo he hecho —Saraid me miraba— Rich y yo lo hemos hecho.

— Justifico eso, nos va bien en la escuela —habló Rich.

— Si iré con vosotros —dije a Kevin, estaba tomando un gran trago de su soda.

— Bueno, buscad vuestro pasaporte —sonrió y yo asentí—, yo me encargaré de tu escuela.

— No tenemos evaluaciones esos dos días —comentó Rich.

— Todavía mejor, será más fácil.

— Las faltas, Kevin —Saraid no estaba muy convencida.

— Tranquila, mi amor, que yo me encargo de justificarlo antes de irnos, no os preocupéis —se levantó y le dio un beso en la cabeza a mi hermana y uno a mi sobrina.

— Vale, está bien —musitó mi hermana y mi sonrísa se agrandó.

— Necesito tener todo listo para mañana, aunque no salgamos hasta dentro de tres días, debo tener todo organizado —asentí.

Me levanté del sofá junto con Rich y nos fuimos a mi habitación.

Rich me comenzó a coñacear— Vosotros tenéis una suerte brutal, tío —yo reí.

— Parad con los coñazos, coño —comencé a coñacearlo también y a los segundos paramos.

— ¿De qué parte de Venezuela es la famosa amiga tuya? —dijo lanzándose a mi cama.

— Precisamente de Caracas.

— Ya veis, tío, que guay todo esto. Por la señora de Lourdes, Amén —rio.

— A veces la vida me da miedo —dije—... es que, no me lo creo, Rich. Posiblemente la vea en persona —ya me había emocionado.

— Avisale que vas. Podriáis planificar para que se vean.

— No, quiero caerle a sorpresa —dije, estaba pensando, me estaba haciendo mentes con algo que no era del todo seguro.

— ¿Pero cómo sabrás dónde está la chica?

— Me ha dicho que el jueves iría en un centro comercial con una amiga a comprar unas cosas —seguía procesanto todo en mi mente, armando un plan— le preguntaré de todos modos para estar seguro, pero de una forma en que ella no sospeche nada.

— Que monada, quisiera ir también y conocerla, será en otro momento.

— Haremos video llamada mañana, digo, si queréis —propuse.

— Mola la idea.

Cogió la almohada y me la arrojó. Yo me reí. Esperaba poder verla pronto, que me lo he imaginado, la llego a abrasar y.... no lo sé, pero le voy a robar un abrazo, aunque no le gusten. En el último mes habíamos hablado mucho, la conocía bien, no le gustaba el contacto físico. Y teníamos muchas cosas en común, me molaba mucho hablar con ella.

— Oye... ¿no te preocupa la... ya sabes, la mala fama que tiene Venezuela hoy en día? —mencionó Rich.

— Si en algo no había pensado era en eso, pero vamos, hemos oído tantas cosas de ese país —me senté en la cama— no todas son malas, ¿o sí? Digo, sabemos de eso, pero también cosas buenas.

— Vale si, tienes razón —se acomodó en la cama, estaba acostado el gilipollas—, tiene fama de tener a unas de las mujeres más hermosas —levantó las cejas a modo de picardía y yo me reí.

— Olee, en lo que pensáis es en las chicas, ¿eh? —molesté.

— Vale, te preguntaré algo y contéstame con la verdad —se sentó y me miró atentamente.

— Vale, preguntad lo que queráis.

— Sus... —yo asentí— es de allá... —asentí otra vez— ¿y ella es linda o fea?

 

...

 

— Bendición —dijo al teléfono.

— Hola, mami, ¿Cómo estas? Dios te bendiga —dijo su mamá al otro lado de la línea.

— Bien, aquí haciendo tarea.

Estaba sentada en el mueble, con un cuaderno y un lápiz sobre las piernas que tenía recogidas; estaba rodeada de sus cuadernos de las materias en las que tenía tarea, y la portátil estaba en la mesa de centro frente a ella con las páginas con la información que necesitaba para las tareas.

— Mmm, ¿y Yacky? —preguntó.

— Durmiendo —dijo volteando a ver al perro dormido al otro lado de la sala.

El abusador estaba dormido sobre el mueble y su cabeza estaba sobre los cojines, los cuales los movió para que quedaran en forma de cama. Yacky le daba risa. Yacky es algo cascarrabias, cuando agarra confianza es muy manso. Su papá dice que cuando vengan los malandros a robar, en lugar de proteger las cosas, les dice dónde está la caja fuerte, pero realmente era solo una apariencia.

— ¿Ya comieron? —preguntó.

— Sí, ya comí y también Yacky.

— Mmmm ok.

A veces... no, a veces no, las conversaciones telefónicas con sus padres son bien frías, en persona no es la excepción, son muy pocas las que no son así.

— ¿Cuándo vuelven? —pregunté.

Estaban de viaje por trabajo, desde ya hace cinco días, el hobbit también estaba con ellos y menos mal que no lo dejaron, sino en este momento ya estuviera calva.

— Llegaremos el lunes en la noche.

— ¿Mañana? —el silencio se hizo presente.

— De la otra semana.

— Ah.

Más tiempo sola, más tiempo de paz. Suena malo, lo sé, pero estar sola en su casa es como la octava maravilla del mundo.

— Bueno, te dejo para que hagas la tarea.

— Bendición —dijo sin más.

— Dios te bendiga —dijo y colgó.

Bueno, otra semana sola. Se levantó del mueble y conectó su celular al equipo de música, Side to Side de Ariana Grande empezó a sonar y le dio volumen, lo suficiente para meterse en la música y perderme de este mundo... Pero haciendo su tarea claro.

 

...

 

Rich estaba muriendo de la risa en la cama, tenía las manos en tu estómago, las piernas recogidas y los ojos cerrados, aparte de que se movía de un lado al otro. Por mi parte, yo estaba con una sonrisa penosa viéndolo, creo que mi elección de palabras no fue la mejor.




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