— Camyla ¿y Sus? —preguntó Manu.
Llevaba buscándola un rato, pero no la encontraba.
— Ahm, salió con Roger a comprar unas cosas, deben estar por llegar —le explicó desde la silla donde estaba tomando el sol.
— Vale, gracias —dijo entrando a la casa.
Salió con Roger...
— Muévela —escuchó en la puerta.
— Con amor —se quejó Roger.
— Con amor nada, apúrate —le ordenó.
— Que cruel.
En eso, Susan y Roger entraron con las bolsas en las manos.
— Sus —le dijo Manu cuando la vio.
— Hola, Manu —le quitó las bolsas de las manos—. Gracias.
— No hay de qué —respondió cuando puso la última bolsa sobre la mesa—. Ven —la tomó de la mano.
Apenas hizo eso notó la presencia de Roger, solo le sostuvo la mirada mientras guiaba a Sus escaleras arriba. Entraron al cuarto donde habían dormido la noche anterior y cerró la puerta, Susan se sentó en la cama y le prestó atención.
— Dime.
— Me ha llegado un mensaje, ¿vale?, que era de unos compañeros que se mudaron a Stockton, nos están invitando a una fiesta que darán este fin de semana.
— Fiesta… —Manu asintió— este fin de semana… —Manu volvió asentir— No me jodas.
— Vamos, nena —insistió.
— Ya sabes...
— Pero en la pasada no la habéis pasado mal. Venga, vamos, iremos con Rich y Camyla, levad a Angelic y Roger —ok, eso le cayó mal, pero debía hacer como si nada— si queréis.
Sus pareció pensarlo un segundo— Ok, está bien.
— Si —celebró.
— Pero nada de tenerme pasando pena bailando —le dijo con una sonrisa.
— No prometo nada, mi amor —le respondió.
El problema no era ir a fiestas, el problema era ir y no conocer a casi nadie, el problema era integrarse.
…
— ¿Están seguros de ir? —preguntó Camyla.
— Yo si —respondió Rich.
— ¿Te parece llevar a Angelic y Roger? —preguntó Camyla.
— A mí no me importa, con tal de sacar el permiso, no creo que molesten, ¿o sí? —le respondió Sus.
— La verdad no quiero que vayan —le dijo Camyla.
— Entonces está decidido, no van —culminó Richard.
En eso tocaron la puerta.
— ¿Quién es? —preguntó Camyla.
— El guevo enmascarado, ¿quién más pues?, abre esa mierda —dijo Roger al otro lado de la puerta.
Camyla se levantó de la cama y fue directo a la puerta, al abrirla dejó entrar a su primo— Verga, pero que ladilla eres.
— Dice tu papá que bajen —indicó mirando a Camyla.
— ¿Para qué? —preguntó Camyla.
— Vamos a pasear un rato.
En eso, dio un vistazo por la habitación, su mirada fue a parar en Sus y luego en Manu que estaba sentado junto a ella, Roger lo miraba serio y viceversa, se sostuvieron la mirada unos segundos, y Sus lo notó.
Empezó a sentir la tensión entre ambos, miró a Roger confundida y luego vio a Manu— ¿Ocurre algo entre ustedes dos?
— No —Roger dejó de mirarlo—, no pasa nada —seguido se dirigió a la puerta.
— Dile a mi papá que ya vamos —le dijo Camyla antes de cerrar la puerta— ¿me puedes explicar qué fue eso?, ¿de qué me perdí?, ¿se traen ganas acaso?
Susan miró a Manu esperado una respuesta, también quería saber qué pasaba.
— Nada, no Os preocupéis —se levantó de la cama—. Vamos, Jorge nos espera.
Camyla solo miró a Rich, él se encogió de hombros, así que ninguno de los dos le dio importancia a esa situación. Susan por otro lado no se tragó ese de que no pasaba nada, conocía ese tipo de mirada, algo tenían esos dos.
Los cuatro bajaron por las escaleras, en la sala se encontraron a Angelic con Isabella, Sara y Jorge esperándolos.
— Al carro, vamos a pasear un rato por Sacramento —le dijo Jorge tomando las llaves.
…
Hay que ver que Sacramento es una ciudad para los amantes de Cowboys, ahora entendía por qué Jorge quiso salir. Pero debía admitir que le encantó visitar Sacramento, y sus lugares favoritos fueron el Capitolio de sacramento, el Museo de Arte Crocker, el Tower Bridge y el Zoológico de Sacramento. Pasó todo el día tomando fotos de lo que veía, estaba amando este lugar.
Llegaron a la casa muriendo de la risa.