Mil veces, tú (libro 2 de Perdido en ti).

Capítulo 23: Rosé.

Rosé

1 de febrero, 2022

—No pidas perdón por algo que lo decidí yo —negué dándole una mirada— fue una buena experiencia todo lo que vivimos, inclusive los malos momentos y las estúpidas peleas. todo eso, me hizo la persona que soy en esta etapa de mi vida. te guardo en un lugar muy importante de mi corazón porque te amé y te adoré sin fin, me llenaste de días buenos, hiciste que me descubriera a mí misma, en verdad fuiste una parte importante en mi vida. pasamos muchas gratas experiencias, fuimos jóvenes alocados y rebeldes cientos de veces, nos comportamos como adultos después, tomamos cientos de fotografías para enmarcarlas luego, reímos por cosas tontas, viajamos por el mundo, fuimos a parques de diversiones, conocimos los mejores restaurantes, nos emborrachamos y no supimos ni nuestros nombres, probamos miles de platos exóticos, nos escapamos para ir al mar, nos llenamos de arena, le encontramos el sentido a la vida. ahora, que ya han pasado tantos años, trataré de descubrir quien realmente soy y que es lo que quiero seguir haciendo durante mi vida. busca alguien que sea totalmente capaz de darte más cariño del que yo pude brindarte, y cuando la encuentres házmelo saber. necesito saber que ya eres más feliz de lo que fuimos juntos.

—¿Cómo es posible que continúes recordando cada una de las palabras que pronunciaste aquella noche? —Él me cuestionó de inmediato.

—Bueno Filip, sería imposible que yo fuera capaz de olvidar aquella noche que marcó nuestra vida para siempre. Me es imposible olvidar la noche en que optamos por despedirnos el uno del otro, dándole inicio a una nueva etapa en nuestras vidas en la que el otro no iba a formar parte. Quería que recordaras cada una de las palabras que salieron de mi boca aquel día para que puedas dejar de atormentarte, eso es lo único que quiero. Como te dije antes, no quiero que se vuelva a tocar el tema y deseo que me recuerdes como la mujer que nunca te culpó por los errores que los dos cometimos y que soy la mujer que se sentirá más contenta que cualquiera al ver que logras alcanzar todo lo que te mereces. Vete a Londres, vive la vida que necesitas y te has merecido desde siempre porque nunca fuiste una mala persona y nunca serás una mala persona.

—Eres muy amable y siempre has tenido un corazón verdaderamente noble —le sonreí de lado y en ese mismo instante, ella se puso de pie y abotonó su saco para prepararse para entrar a la casa.

—Al igual que tú, Filip, nunca te olvides de algo tan importante como eso. Te quiero mucho, gran hombre, te quiero mucho y juro que ese gran cariño no va a desaparecer nunca.

—Te quiero mucho también, Rosé. Y gracias por quedarte conmigo aquí, te lo agradezco mucho en verdad —me dijo antes de desaparecer de mi vista. Dejé salir un suspiro y entré a casa hasta llegar a la habitación que compartía con Wonho. Allí encontré a nuestra bebé dormida en la cuna plácidamente, y a mi hermoso esposo escribiendo algo en su computadora portátil.

—¿Pudiste hablar con Filip? —Me interrogó con una enorme sonrisa en el rostro. Asentí ligeramente y me cambié de ropa lo más pronto posible para poder meterme a la cama y arroparme al lado del amor más grande que el universo ha podido otorgarme—¿Se siente mucho mejor al fin?

—Creo que lo he logrado en realidad —planté un beso sobre sus mejillas—Le he recordado cada una de las razones por las que se merece darse la oportunidad a sí mismo de ser feliz permitiéndose alejarse de todo lo que él considere que no le aporta nada a su vida ni que no lo ayude en lo absoluto. Realmente me importa su estado de salud y mental, no quiero que tenga que volver a pasar por la misma situación de hace unos cuantos meses.

—Me alegra mucho si me permites ser del todo honesto contigo, que hayas sido capaz de hablar con él de tal manera. Al igual que tú, pienso que Filip se merece todo lo mejor porque él no es una mala persona, al contrario, además que todos debemos tener el derecho de vivir una vida llena de paz.

—Por supuesto que él lo merece...—murmuré bajo al mismo tiempo que observaba a mi pequeña niña dormir plácidamente. Ella era tan bonita—¿Giselle se ha despertado?

—No, no se ha despertado —respondió sin perder el tiempo, jugando con algunos mechones de mi cabello y yo fui incapaz de no reír ante aquella situación—Rosé, mi amor, en verdad me he preguntado una y otra vez si te has dado cuenta del poco tiempo que falta para que volvamos a casarnos.

—¿Crees que no iba a darme cuenta de ello? ¡Wonho! —Elevé un poco la voz para hacerle una especie de reclamo, pero, me arrepentí al instante en el mismo segundo que mi hija comenzó a llorar en su cuna—Oh, creo que la he despertado.

Me dirigí hasta la cuna para tomar a Giselle en los brazos y comenzar a arrullarla con suma lentitud. Ella era sumamente hermosa, tanto que no llegaba a creer que fuera real de cierta manera, era como una bendición que apareció en mi vida cuando menos lo esperaba y que me ha ayudado a iluminar mi camino hacia la luz.

—¿La amas mucho, no es verdad? —Mi esposo me cuestionó, poniéndose de pie hasta llegar a mi lado—Giselle es bastante tierna, si soy sincero.

—Giselle es una muy bonita princesa...—le dije, acomodando a la niña en mi pecho mientras besaba su frente con dulzura—Y cuando ella crezca y sepa muy bien qué es eso que le hace feliz y que desea continuar haciendo por el resto de su vida, yo seré la persona que más va a apoyarme porque quiero que sepa que puede contar conmigo siempre, por más que cometa errores de los que no le guste hablar abiertamente. Digamos que quiero hacer con ella todo lo que mis padres no hicieron por mí, pero, bueno supongo que eso también está bien de alguna manera. 

—Te puedo asegurar que vas a convertirte en una buena madre Rosé, y no necesitas tener dudas al respecto.

Aleska

13 de febrero, 2022




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.