Cuando ella llegó a mi vida fue como si un rayo de luz azotará mi oscuridad pues me encontró en mi peor momento y me sacó adelante, aunque igualmente me destruyo.
Caminando por las calles alumbradas de la ciudad puedo verla sonreír y saltando de un lado a otro, haciendo gestos divertidos y sin importarle verse ridícula o que otros le miraran mal o con desaprobación.
Recordar, ¡joder! Eso me hace mal
Entre alucinaciones de mi mente puedo verla de mi brazo sonriéndome y mostrándome lugares de la ciudad que no conocía.
Pero se fue y jamás va a volver.
Claramente en las mañanas puedo oír su voz diciendo:
-Buen día, dormilón. ¡Prepárate que hoy será un gran día!
¿Por que me torturan tanto sus recuerdos? ¿Debí hacer algo para que se quedara? Ni siquiera aviso que se iría, solo un día llegue a casa y todas sus cosas ya no estaban.
Por meses me atormente preguntándome ¿Qué hice mal?, pero la única respuesta era el silencio.
Ir al parque o a nuestro restaurante es muy doloroso, sigo con la esperanza de verla ahí tan linda como siempre y con ese remolino en el cabello que nunca estaba bien hecho. Quisiera que volviera y dijera que todo está bien pero se que no lo hará.
¿En que momento dejó de amarme? ¿Por que no vi las señales? ¿Acaso es tan horrible estar a mi lado?
Frustración. Eso siento al no entender qué pasó entre nosotros, jamás le grite, era atento y casi todos los días le llevaba flores, tulipanes que eran sus favoritos . Cuando quería comprar algo la llevaba o yo mismo se lo regalaba, ¿Que carajos hice mal?
¿Debí ser más tosco? ¿Quería que le gritara? ¿Ella prefería a la parejas celosas?
No puedo saberlo, pero daría todo por que me explicara que me faltó para hacerla sentir feliz y que se quedara conmigo.