MilÁn: Las Marcas Del Pasado

Décima Marca:Enamorarnos


 


Luego del beso ambos nos quedamos como bobos mirándonos, hubo un silencio, pero no fue incómodo sino todo lo contrario.

Cuando le conté a mis hermanas se volvieron locas e incluso iniciaron a llamar a Sofía cuñada.

"Ya es oficial" pusimos ambos en la foto que subimos a Instagram.

¿Qué era oficial? Que ambos sentíamos lo mismo.

Con ayuda de mis hermanas, nuevamente, logré convencer a mis padres de dejarme vivir con los abuelos en España a cambio de que 
mis calificaciones serían excelentes.

Al principio lo dudaron, pero luego me dijeron que sí. Y Sofía les dijo que ella me ayudaría a que fuera el mejor de la clase.

Eso los convenció por completo.

Es asombroso que confíen más en la palabra de Sofía que en la mía.

Pero bueno, les habla el chico que casi causa un incendio en el patio tres años atrás. Porque sí, mis padres se enteraron de que queme cosas gracias a la marca que quedó en el suelo y alguno que otro papel que quedó tirado, puede que a eso se debe todo. Pero una cosa no tiene nada que ver con la otra.

Aquí lo importante es que logré quedarme.

Los meses siguientes tuve a Sofía cómo mi profesora, así que si estaba o no en el colegio aún seguía dando clases y el hecho de que la profesora fuera mi novia no me hizo merecedor de ningún beneficio, bueno, uno que otro beso, pero aun así ella era muy estricta conmigo.

La Navidad de ese año regresé a México para pasarla con mis padres

Y adivinen quien nos fue a visitar en fin de año, sí, mi novia.

Se sentía tan bien decirle así, ella era lo mejor que me pasó en la vida.

Todo el esfuerzo de Sofía valió la pena porque un año después nos graduamos y puede que no haya sido el mejor de la clase, pero si fue lo suficiente como para que mis padres se sintieran orgullosos de mí.

Por primera vez sentí que era su orgullo, fue lo mejor.

Inicie a estudiar ingeniería sistematizada y Sofía medicina, ambos en 
España porque yo había decidido estudiar allá.

Pese a que gracias a la universidad nuestro tiempo juntos había disminuido siempre tratábamos de encontrar el momento para por lo menos hablar un poco.

(...)

Llegó abril y con ello mi cumpleaños número diecinueve, ese día mis padres me regalaron mi primer equipo de DJ, fue el mejor regalo que 
pude recibir porque desde que el primo de Sofía me inicio a enseñar como se utilizaba siempre había querido mis propios equipos.

Por otro lado, Dany me contó que había participado en un casting para una futura serie de "CCMC" que iniciaría a grabarse el año siguiente y estaba a la espera de que la llamarán para confirmarle si había quedado. Yo honestamente esperaba que así fuera porque ella tenía un gran talento, ya lo había demostrado y sabía que lo seguiría mostrando.

Cristal por su parte seguía siendo la mejor de su clase, parecía una misma computadora con almacenamiento ilimitado, definitivamente 
ella tiene el cerebro que nos faltó a Dany y a mí, principalmente a Daniela.
 

Y después de mucho tiempo volví a escuchar de Julio, según lo que me contaron se había ido a vivir con su madre biológica y su hermana 
a Colombia, nadie sabía la razón, pero igual no importaba.
 

(...)

Estaba nervioso por lo que sucedería esa noche, era el día en que cumplíamos dos años exactos desde aquel día donde me atreví a besarla y con ello iniciar a recorrer nuevamente este camino juntos.

Le debía mucho a esa chica que estaba por ver, todo lo que pase con ella me enseñó muchas cosas y creo que lo más valioso de todo fue 
que no estoy solo, ya que hasta en los momentos más oscuros siempre iba a haber alguien tal y como lo fue Cristal tiempo atrás cuando a pesar de que yo le pedí que se fuera no lo hizo.

En ese tiempo aprendí a amarme a mí mismo y a ponerme a mí por encima de cualquiera otra cosa.

Y gracias al apoyo de Sofía descubrí que si puedo seguir adelante sin importar lo que pase.

—Creo que me volví a enamorar —Dije en el momento en que abrió la puerta.
 

Se veía hermosa, más de lo que ya era.

Ella solo rio.

—Y tú no estás tan mal. —hablo ella por primera vez guiñándome un ojo. —Tengo algo para ti. —Volvió a hablar ella.

Tomó mi mano y en ella dejo una pulsera. La observé por un momento, era de color plateado y el dije dorado tenía una "S" y una 
"M" Grabados sobre lo que parecía ser la silueta de Italia.

—Es la pareja de esta.

Al levantar la vista vi que ella llevaba una pulsera idéntica solo que las letras estaban grabadas sobre la figura de una zanahoria.
 

Sonreí al recordar que le decía zanahoria cuándo discutíamos de pequeños. En ese momento ya no le podía decir así, ya que su cabello ya no era naranja sino rubio.
 

Cuando se lo vi por primera vez me burle diciéndole que se estaba copiando de mí.

—¿Te gusta? —Me pregunta mordiéndose el labio levemente.

—Me encanta —Dije mientras la abrazaba.

Luego de eso me coloque la pulsera.
 

Mi vista se pasó por una de las ventanas de la casa donde vi dos sombras.
 

—Son mamá y Sabrina —Me susurra.
 

Caminamos a mi auto, el cual en 
realidad era de uno de mis amigos de la universidad.

—Pase bella dama —Dije mientras le abría la puerta.

—Muchas gracias, caballero —Dijo causando que ambos riéramos.

Le doy la vuelta al auto y me subo en el asiento del piloto.

—¿Lista?

Ella solo asintió y me puse en marcha.

—Tengo una duda que en todo este tiempo no me has aclarado—Inicia a hablar.

—Pregunta y con gusto responderé —dije sin despegar mi vista del camino.
 

—¿Por qué Milán?

Reí levemente al escucharla, creí que nunca lo preguntaría.

—No te rías —Dice haciéndose la enojada.

—Está bien. —Dije dejando de reír. —Mis padres se conocieron allí. —Inicio a contarle. —Mi mamá tenía una presentación en una obra de 
teatro allí y mi papá por accidente entro a su camerino. —Le conté. —Luego de eso discutieron y después de la obra se volvieron a
encontrar, él le pidió disculpas y no se volvieron a ver.




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