Mirada Salvaje

CAPÍTULO 3

 

—Muy bien, este es tu departamento, aquí están las llaves. —Saco unas llaves del bolsillo trasero de su pantalón y me las entrego. —Fue un gusto conocerte, aunque… Te quejaste todo el camino. — reflexiono en voz baja.

 

 

 

—¡Ey! Yo no tengo la culpa de que el ascensor no sirva.

 

 

 

Le arrebate las llave de sus manos. ¿Qué pretendía que hiciera? Que felicitara a la persona que averió el ascensor y que por su culpa tuve que subir seis pisos.

 

 

 

—No, pero si tienes la culpa de haberte quejado todo el camino. —aclaro. ¿En serio me estaba reclamado por haber insultado al ascensor y a su creador?

 

 

 

—Bueno, sin menos quejas, Adiós y gracias niño.

 

 

 

—De nada y no soy un niño.

 

 

 

—Si, si como digas…

 

 

 

Se despidió y desapareció por la escalaras. Me di la vuelta e introduje la llave en el cerrojo, abrí, La puerta y me adentre en el departamento, este se veía espacioso y moderno, no estaba mal. Me encontré con la sala, en esta descansaba un sillón grande en forma de L, al frente un televisor y junto a este residía varios libros apilados, pero… faltaba algo ¿Dónde esta Luke? No tenia ni la más mínima idea de donde podría estar gracias a que hoy no ha sido mi día de suerte, por mi falta de conexión tendré que esperar a que llegue.

 

 

 

Como estaría un buen rato en este lugar sin hacer nada, decidí acercarme a los libros que se encontraban junto al televisor. Me dispuse a revisar los libros para ver si encontraba algo interesante, pero lo único que encontré fue libro tras libro con el mismo absurdo tema: “ciencias” ¿ en serio? ¿Qué, pensaba revivir a alguien o tal ves crear una bomba nuclear?

 

 

 

No entiendo nada a Luke ni siquiera estudia algo relacionado con la ciencia, ¿acaso los leerá por diversión? No veo que diversión podría encontrar en ese tema. Bueno aunque de él se podría esperar de todo. Luke desde pequeño a sido “diferente” a los niños comunes, aun de su mismo gemelo, siempre mantenía la distancia y era muy callado, si abría su boca era para reprobar el comportamiento de Logan y el mío, desde pequeño fue muy correcto y maduro, se podría decir que era una mini-versión de su padre. No me sorprendió en lo más mínimo que haya decidido seguir los pasos del tío Ben. Nuestras infancias fueron algo distintas, mientras Logan y yo pasábamos todas las tardes jugando, llenándonos de lodo y molestando entra si, Luke leía libros muy avanzados para niños de 8 años, estudiaba los insectos y coleccionaba muy meticulosamente sus objetos, a pesar de todas esas diferencias lo quería, tal como un hermano, hasta que Logan y yo decidimos irnos con la abuela ha Nevada y Luke decidió quedarse aquí para seguir con una infancia solitaria.

 

 

 

Salí de mis vagos pensamientos gracias a que en la puerta se escuchaba el sonido de la cerradura siendo abierta. Me gire enseguida hacia esta, seguro debe ser Luke, se sorprenderá mucho de verme. Me escondí detrás del sofá para darle una gran sorpresa y porque no, un enorme susto, me acomode en el lugar, aún con el libro en la mano esperando que él estuviera cerca. Escuche los pasos muchos más cerca de mí ubicación, así que decidí salir de mi escondite.

 

 

 

—¡Sorpresa!—grite a todo pulmón, arrepintiéndome en el instante. Ese tipo claramente no era Luke, ni se acerca hacerlo, y entonces ¿por qué está aquí? Y ¿quién coño es?

 

 

 

De inmediato mi mente saco una conclusión, la cual tenía mucha lógica Tal vez la persona frente a mí era un ladrón o un violador… O las dos.

 

 

 

Dios ¿por qué me odias tanto?

 

 

 

El posible ladrón-violador se encontraba frente a mí con una enorme cara de sorpresa, al menos había logrado mi objetivo.

 

El tipo frente a mi era alto, de cabello negro, el cual contrarrestaba totalmente con su pálida piel y unos impresionantes ojos grises. El ladrón-violador se acercó muy lentamente a mi, como si temiera de que podría pasar ¿Qué más podía pasarme hoy? Definitivamente esta ciudad me odiaba o la suerte quiso darse unas vacaciones.

 

 

 

—¿Quién eres tú? —pregunto lenta y cautelosamente mientras intenta acercarse a mi, Cosa que no permito. Mientras el se acerca un paso yo me alejo dos. Apreté el libro en mis manos, que por poco olvido su existencia, de inmediato me puse en modo defensa. El libro sería mi estúpida arma.




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