Después de una semana, una tortura semana de convivencia, regaños y estúpidas e innecesarias reglas impuestas por el rubio y el pelinegro me encontraba harta. Ya los había mandado a la mierda un par de veces sin embargo ellos siguen con sus “reglas” Si Siguen prohibiéndome cosas, muy pronto habrá un velorio doble o triple si contamos lo molesta que esta la abuela con mi persona.
Al otro día de haber llegado, mi Abu se comunico con Luke para informarle que yo estaba “desaparecida” ya algunas personas —muy pronto también la policía— estaban buscando al posible secuestrador. Dios esa mujer toma conclusiones demasiado rápido, sólo porque no me había comunicado con ella en veinticuatro horas, formo un escándalo de tal calibre. Su preocupación se esfumo en cuanto escucho mis voz aunque esta fue remplazada por mucha furia de su parte, parecía un demonio a través del teléfono, en ese momento si hubiera tenido oportunidad alguna de estrangularme lo habría hecho feliz de la vida.
No todas las ancianas dan lindos consejo de la vida y preparan deliciosas galletas, algunas si que saben intimidar y mi Abu es una de ellas, aunque con todo y eso la quiero y la extraño demasiado.
No soporto las jodidas reglas que me han impuesto los malditos cerebritos con los que vivo y las cuales no han dejado de fastidiarme. Enserio las odios, todas la reglas se basan en; Brooke no puedes hacer eso, Brooke aquello no, Brooke no, no, no y no. Es injusto, ¿Dónde quedo la libertad de expresión? ¿¡DONDE!?
Ahora no puedo estar en ropa interior libremente por la casa con mis medias de diferentes colores que llegan hasta mi rodillas. Supuestamente por que esta mal andar por la casa semi desnuda con dos hombres viviendo en ella, es absurdo, Se que acuse a Hades de violador, pero no le veo lo malo. Hace calor así que estar en ropa interior en la comodidad de tu hogar es uno de los placeres de la vida, A los cuales ahora mi primo y el idiota de su amigo no me dejan disfrutar libremente. Merecen ser atormentados, Es por eso que me dispuse a estar con la música a todo volumen mientras yo canto a todo pulmón
—Brooke —lo ignore— Brooke— seguí cantando —Brooke apaga eso, maldita sea —. Me gire esta vez para encararlo.
—¿Qué mierda quieres?
—Tu siempre tan amistosa ¿no?
Odio el sarcasmo de Hades. Se que también soy muy sarcástica, pero enserio odio el suyo y odio más que lo usen contra mi, es molesto. Ahora se que siente todas esa personas, Diablos yo me hubiera golpeado hace años.
—Quiero que apagues eso que llamas música, estoy tratando de llenar unos papeles.
—Pues no lo haré, ya me prohibieron muchas cosas no dejare que me quiten esto —declare, él sólo me miraba con su usual cara de fastidio seguido de un largo suspiro. Así que decidí gritar más fuerte. Eso pareció ser su límite, puesto que dijo las palabras que esperaba escuchar desde el principio.
—Bien, negociemos. —mascullo mientras apagaba la música sentándose en el sofá, palmeando un lugar invitándome a sentarme junto a él.
—Muy bien, primero no apagues la música.
—Si a eso le llamas música, esta bien.
Este estúpido ¿Qué se cree insultando a Camila Cabello? Ella canta como los ángeles, un ángel un poco tétrico y que ama el color negro.
—Segundo, no insultes a mi música.
—Bueno, lo siento —me miro— ahora hablemos sobre lo Importante.
—Tercero ¿Dónde esta Luke?
—Haciendo algo.
Que imbécil.
—Me queda clarísimo, con tanto detalle ¿a quien no?
Hades hizo una mueca de disgusto ante lo dicho entornando los ojos con fastidio. Un poco de tu propia medicina.
—Confórmate con esa información —aclaro.
¿Qué? Me conformaría si me hubieras dado información.
—Ahora hablemos ¿Quieres? —repitió sus anteriores palabras.
—Lo primero que quiero es anular la regla que me prohíbe estar semi desnuda en la casa.