Mirada Salvaje

CAPÍTULO 18

 

Tocan el timbre por segunda ves en el día, esta ves espero que sea la pizza, tengo Hambre. Abro la puerta y en efecto un hombre joven con el uniforme respectivo de repartidor esta del otro lado, pero lo que más llama mi atención es su gorra. En su gorra tiene estampada una trozo de pizza comiéndose una caja de la misma.

 

 

 

—Aquí están la pizza que ordenó, son 20 dólares.

 

 

 

—Dame un minuto, Hades, ven aquí. —A los segundos salió el pelinegro de la cocina. Se acercó a mi y yo tome la pizza.

 

 

 

—Repartidor, Él te pagará, adiós —señale a Hades y salí corriendo hacia la cocina sin importarme las protestas de este.

 

 

 

—¿Quién tiene hambre? —exclame al entrar en la cocina. Los dos rubios quedaron viéndome con mala cara, en cambio mi Abu levantó los brazos en señal de alegría.

 

 

 

—Voy por los platos —informó la rubia levantándose de su asiento para buscar platos.

 

 

 

—Brooke, querida siéntate —indicó mi tío Ben. Él llegó junto con Luke al rato de haber llegado la abuela.

 

 

 

Supuestamente está repentina reunión familiar a, si es que merecemos ser considerado eso, es para informarle algo importante a la familia, pero si es familiar lo que tiene que informar ¿Por qué Logan no fue informado? Mi tío Ben con sus gustos excéntrico por uno sólo de sus hijos.

 

 

 

 

 

Me senté quedando en frente del rubio mayor. Desde que llegue a California es primera ves que lo veo y hablo con él, La ultima ves que lo vi fue hace cinco años cuando paso una navidad con nosotros, desde entonces no ha cambiado nada, sigue teniendo esa postura sería e imponente que con los años no cambia y no creo que lo haga, verlo haciendo que mi cerebro se preguntara; ¿si él estuviera vivo también sería igual a mi tío? De seguro que si, después de todo eran gemelos, muy diferente en personalidades pero iguales en aspectos. Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando el rubio mayor comenzó hablar.

 

 

 

—Quería hablar con toda la familia de algo importante.

 

 

 

Si claro “familia” dejamos de ser una hace muchos años atrás.

 

 

 

—Un momento —lo corto mi abuela tomando asiento a mi lado, poniendo un plato con una porción de pizza frente a mi —¿Desde cuando te importa la “familia” Ben?

 

 

 

—Mamá por favor no empieces, sabes que si me importan y mucho, así que déjame hablar —protestó el rubio mayor con Fastidio.

 

 

 

—Bien, pero si esto es una “reunión familiar” ¿Dónde esta tu hijo? Tienes dos ¿sabes?

 

 

 

La abuela tiene razón, si eso era algo así como una reunión familiar ¿Dónde esta su otro hijo?

 

Luke se mantenía al margen de la conversación, se le notaba algo preocupado, mi abuela y tío Ben comenzaron a discutir, o mejor dicho mi abuela comenzó a gritarle sin darle oportunidad de hablar.

 

 

 

—¿Acaso tengo que recordarte constantemente que son dos no uno Ben? Porque uno de ellos sea tu copia y el otro no, no tienes que excluirlo. — A la abuela se le veía furiosa en ese momento y no es que tío Ben tenga la mejor cara, así que ante aquella discusión donde yo no debería intervenir opte por comer mi porción de pizza.

 

 

 

—Se muy bien cuantos hijos tengo, y no excluyó a nadie, los quiero a los dos por igual, pero te tengo que recordar, madre que tu alejaste a uno de ellos y a mi sobrina hace casi diez años sin importarte nada, no solo ellos y tu perdieron algo importante, yo también lo perdí, pero solo pensaste en ti — reprocho, de inmediato la cara enojada de mi abuela cambio a una de tristeza.

 

 

 

Tuve que tomar una bocana de aire, ignorar todos aquellos recuerdos y retener una lagrima antes de permanecer allí. Melissa no dijo nada más, claramente resignada y se sentó para comer sus porción en silencio. En ese instante un incómodo silencio invadió la mesa y nadie pronunció una sola palabra, todos permanecieron pensativos, cada quien lidiando con su tristeza y sus recuerdos, las cuales con una cuantas palabras fueron removidas. Así que lo hice, me deje llevar por el pasado, y dejarme llevar por él es un claro sinónimo de tristeza y heridas que se abren con cada momento vivido, heridas que hoy perecen serradas sin dejar un solo lugar para que salga la tristeza.

 

 

 

De pronto ya no tuve hambre, de pronto ya no estaba feliz. De pronto todos a mi alrededor quedaron en segundo plano y mis recuerdos en primeros y de pronto olvide totalmente el motivo por la cual estábamos reunidos casi toda la familia, o los trozos que quedaban de ella. Un sollozo se escapó de los labios de alguien y gire mi cabeza para comprobar lo que ya sabía. Mi Abuela comenzó a llorar en silencio, o lo quiso hacer, todos salieron de sus pensamientos al percatarse de aquello.




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