Mirada Salvaje

CAPÍTULO 22

 

 

Mi mirada estaba perdida en otro mundo asunte a este, al igual que mis pensamientos, ese día nada estaba en su lugar, nada lo podría estar luego de aquella confesión.

 

 

 

—Entonces que dices ¿Cuál le va mejor a mi tono de piel? —pregunto el rubio sosteniendo dos trajes, que podría decirse que son iguales. Tenía media hora en esta habitación con Logan ayudándolo a decidir su atuendo, era muy frustrante, todo es igual.

 

 

 

—¿Me estas escuchando siquiera? —reclamo Logan enarcando una ceja.

 

Niegue lentamente apartando de mi mente todo pensamiento que tenga que ver con Hades, sus sentimientos y los míos.

 

 

Pero desde cuento tengo sentimientos. Estoy más jodida de lo que pensé.

 

 

 

—Claro que lo hago —mentí —sólo estaba pensando en las opciones. —Me acerque más a él y arrebate el traje que sostenía a su derecha. —Este es el ideal —dije sin apreciarlo muy bien, los dos eran iguales así que no importaba. Este era de un color azul oscuro con una corbata negra a juego. Genial todos irán elegantes a esa fiesta y yo me limitaré a llevar lo que mejor huela en mi armario.

 

 

 

La abuela me matará cuando me vea llegar a la fiesta con unos shorts y una vieja camiseta, claro si ella no muere antes de la sorpresa, ayer hice de todo en el maldito centro comercial menos comprar el ridículo vestido y comer un Hot dog

 

 

—Bien, mi problema esta resuelto— espeto el rubio guardando los trajes. —Ahora resolveremos el tuyo.

 

 

 

—No tengo ningún problema —negué.

 

 

 

—Claro que lo tienes, ahora dime cual es para ayudarte a resolverlo.

 

 

—Bien, no quiero morir. — mentí, en realidad no quiero enamorarme.

 

Logan soltó un suspiro mientras entornaba los ojos —y yo soy el exagerado— murmuró —¿por qué crees que morirás?

 

 

 

 

—No conseguí vestido y sabes como es la abuela, me preocupa mi existencia— volví a mentir, lo que me preocupa es tener sentimientos por Hades.

 

 

 

 

Logan enarco posando una mano en su barbilla. —Pues solo te queda aceptar que serás cadáver.

 

 

 

 

—¿De que te ríes? No es gracioso— proteste, el rubio negó con diversión y se alejo de mi para buscar algo en su armario.

 

 

 

 

 

—Me rio porque se que esto pasaría, y como no quiero verte muerta conseguí esto —espeto sacando un vestido azul oscuro del armario.

 

 

 

Me sonrió de la forma más ridículamente alegre posible antes de dejar el vestido en mis manos, por esa y muchas razones más quería a ese imbécil aunque no se lo diría en vos alta nunca.

 

 

 

 

No es que estar con un incomodo vestido todo la noche me emociona, lo que me emociona es la idea de no morir a manos de mi abuela.

 

 

 

—Gracias, gracias rubio, te debo una —agradecí lanzándome para abrazarlo.

 

 

 

—No me debes una— indica entre risas —me debes como un millón.

 

 

 

 

 

—LOS QUIERO VER A TODOS LISTOS EN 20 MINUTOS —grita la rubia mayor desde algún punto del departamento. Logan y yo nos miramos y cada uno corre por su lado para arreglarse. Sabemos como es la abuela y lo que es capaz de hacer, así que la mejor opción en este caso —y todos los casos— será obedecer sin protestar.

 

 

 

 

 

 

Cuando termine de ponerme las zapatillas me posiciono frente al espejo, se supone que tendría que usar tacones pero no quiero autotortuarme con esas cosas toda la noche, ya será mucha tortura convivir con otros seres humanos, así que a pesar que se que la abuela no estará muy contenta decidí usar unas zapatillas del mismo color que el vestido. Me pare frente al espejo observando mi reflejo. El vestido de color azul oscuro, llega hasta por debajo de mis rodillas y lo mejor es que no siento que me estoy ahogando al usarlo, es muy fresco, lo único que no me gusta de este es que deja gran parte de mi espalda descubierta, odio mi espalda esta toda llena de pecas sin sentido. Con mi cabello no se puede hacer mucho, así que trate de peinar el nido de pájaro que se hace llamar cabello y los sujete con una coleta alta dejando las pecas de todo mi rostro al descubierto.

 

 

 

 

 

Treinta minutos habían pasado, no faltaba mucho que la abuela apareciera por la puerta gritándome, no sólo lo hace conmigo, con todos es lo mismo, se podría decir que la abuela es muy perfeccionista, claro en algo que gana mucho su interés.




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