Mirada Salvaje

CAPÍTULO 24

 

—Luke —espete llamado su atención, el rubio desvío su mirada perdida en el cielo y la centro en mi —quiero irme de aquí.

 

 

 

-—Yo también quiero irme. Pero donde quiera que vaya eso me seguirá persiguiendo.

 

 

 

 

 

—Espera ¿Qué es lo que te sigue? —cuestiono mirando a Luke directamente a sus ojos, estaba atrapado no podría mentirme.

 

 

 

Pasó sus manos con frustración por su cabellera rubia antes seguir caminando ignorándome completamente.

 

 

 

—Luke no te hagas el desentendido, dime —exclamo sujetando sus hombros.

 

 

 

El rubio se suelta de mi agarre y sube a su camioneta, de inmediato subo también. Encendió la llama de curiosidad ahora tendrá que apagarla con respuesta.

 

 

 

—Luke…

 

 

 

—BIEN ¿QUIERES SABERLO? TE LO DIRÉ, PERO LUEGO NO QUIERO OÍR QUEJAS DE LO POCO HOMBRE QUE SOY ¿Bien? -agregó con la cara enrojecida debido al notable enojo. Sin decir una palabra más el arranca la camioneta saliendo de este horrible estacionamiento y de esta caótica fiesta.

 

 

Luego de conducir unos veinte minutos, el rubio finalmente se detiene frente a un bar de mala muerte, sin medir palabra sale del vehículo y como la masoquista que soy lo sigo.

 

 

 

—Luke ¿Qué hacemos aquí? —pregunte al cruzar la puerta de ese lugar.

 

 

 

Y tal como se veía por fuera de deprimente por dentro sin duda era peor, la música era muy antigua y las melodías sumamente dramáticas. Las personas eran peores, en la barra se encontraban tres personas; dos hombres y una mujer, uno era de edad ya avanzada y los otros dos estaban rodando los 40. En las mesas la cantidad máxima de persona era una, solas con su botella. En la pista de baile se encontraba un hombre bailando abrazado a una botella entre su brazos, todo lo que emanaba este lugar era tristeza.

 

 

 

—¿Qué hacemos aquí? —volví a preguntar, este me miró directo a los ojos, sus fríos ojos cafés examinaban los míos antes de soltar un suspiro con cansancio.

 

 

 

¿Cómo alguien con el color de ojos tan cálidos podía expresar tanta frialdad con su mirada?, sólo es algo que Luke posee.

 

 

 

—Sabes el dicho de qué los borrachos nunca mienten, esta noche quiero decir toda la verdad, no soy lo suficientemente hombre para decirlo sobrio.

 

 

 

¿Qué sería eso tan grave que hizo o que hace Luke, para el mismo catalogarse de poco hombre y de decir poseer una grave verdad?

 

 

 

 

 

No se como termine en este lugar, pero tengo que admitir que también fue una excusa para olvidarme del dolor que nunca creí sentir, por una persona como Hades, sin contar la impactante noticia de volverme a encontrar con aquella mujer la cual por su culpa pase por muchas cosas y sufrimiento. Tampoco espere que todo aquello pasara casi al mismo tiempo pero lo hizo, el peso de las verdades sin duda era mucho más doloroso, que la capa que cubría las mentiras y ahora tendría que cargar con otra verdad, tendría que aguantar otro dolor y lo peor es que no se si podré soportarlo.

 

 

 

 

 

Después pasar un buen tiempo en este lugar y tomar varias copas, sentía como mi cuerpo se iba relajando y como toda la tensión que acumulaba hace rato se esfumaba, el rubio a mi lado comenzó a maldecir, Y tal como dijo cuando estaba sobrio, sólo así podría salir el verdadero Luke, y sólo así podría decir toda la verdad.

 

 

 

—Estamos malditos —suelta de la nada dejándome con una gran Confusión.

 

 

 

—¿Qué estamos que?

 

 

 

Y este es el momento de la borrachera donde comienza a decir estupideces.

 

 

 

—Dime Brooke ¿no lo has pensado? ¿Alguna vez se te a cruzada por la cabeza que nuestra familia tiene alguna maldición?

 

 

 

—No, nunca lo había pensado, no tenía la necesidad.

 

 

 

¿Por qué tendría que pensar aquello? Y viniéndose al caso ¿Cuál sería esa supuesta maldición?

 

 

 

—¿crees que en nuestras familia alguno es feliz? —. Antes de que pudiera protestar por sus palabras, el sigue hablando. —No lo es, solo finge serlo, ni siquiera tu eres feliz, antes creí que lo eras pero ahora que vivo contigo me doy cuenta que tu también cargas la maldición, Tu también sufres en silencio por las noches y en las mañanas lo disimula con una falsa sonrisa y extraña actitud.




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