Mirada Salvaje

CAPÍTULO 26

 

Soy una idiota. Me acerque a él con la clara intención de golpearlo e insultarlo, pero como la estúpida que soy termine besándolo.

 

 

 

Odio no tener autocontrol.

 

 

 

Trate de sacar desde lo profundo de mi ser un poco de fuerza de voluntad y apartarlo de mi, aunque al parecer esa fuerza entendió mal mis instrucciones, puesto que en el lugar de alejarlo lo que hice fue enredar mis manos en sus cuello y presionar más sus labios contra los míos.

 

 

 

—Pero ¿Qué mierda?—. No tuve tiempo de pensar quien era, ya que la misma persona separo a Hades con brusquedad, proporcionándole un fuerte puñetazo, provocando que este cayera de bruces al suelo. —Oh mierda, Hades lo siento —se disculpa un Luke muy ebrio entrando en razón. Tomo la mano de su amigo para poder levantarlo y pedir disculpa de nuevo. —Espera ¿Por qué besaba a Brooke? —reclamo el rubio, volviendo a golpear ha su amigo. Me interpuso entre ellos y aleje a Luke de él, No sabía si abrazar a Luke o golpearlo por su idiotez, me decidí por las dos.

 

 

 

—¿Estas loco? ¿Cómo vas a golpear a tu mejor amigo?

 

 

 

—Estaré Ebrio y todo pero no soy idiota y se lo que vi —reclamo adoptando una postura seria—. Mira Brooke, no soy quien para meterme en tu vida, pero a veces debes pensar bien antes de actuar, después de todo no sabes a quien podrías dañar.

 

 

 

Me limite a asentir y nos acercamos nuevamente al pelinegro, Luke alegó que no pediría disculpa ya que me beso y hacerlo venía siendo algo así como si también lo había besado a él, no entendí ni mierda de esta lógica.

 

 

 

 

 

Luke prometió no decir nada a nadie, puesto que el pelinegro también le guarda sus sucios secretos. Luego de que ellos terminaran de charlar nos dirigimos al estacionamiento para largarnos de este lugar. Claro el Ebrio rubio dejó las llaves dentro de la camioneta, así que decido adelantarse y buscar la forma de sacarla, Dejándome en un incómodo silencio con Hades. Ante la ventisca helada de la noche un escalofrió recorrió mi cuerpo provocando que me abrazar a mi misma. Hades sin medir una sola palabra se quieto su saco y me lo extendió para que lo tomara. Tome el saco de mala gana entre mis manos, pero si él creería que seria la típica estúpida que se lo pondría para sentir su olor se equivocaba. Al estar el saco en mis manos de inmediato me aleje de él, acercándome a un espléndido charco de agua, donde deje caer la prenda de ropa, y además lo pisotee con mis zapatillas.

 

 

 

No soy la buena, soy la mala y me encanta serlo.

 

 

 

Hades se acercó a mí con una cara llena cansancio, dejo escapar un suspiro y se inclino para recoger su ahora mugriento sacó.

 

 

 

—no me sorprende, ¿sabes? —murmuró al quedar nuevamente a mi altura. Estaba apunto de insultarlo y hacer algún tipo de comentario hiriente, pero la voz de Luke interrumpió ganándose toda nuestra atención.

 

 

 

—Chicos, vámonos. —Ante su llamado me aleje de él sin medir palabras alguna me subí a la camioneta en el asiento de atrás.

 

Luke le dio las llaves a Hades para que conducirá y estos subieron a la camioneta.

 

 

 

—Bien, creo que fue una larga noche, así que es hora de volver a casa.

 

 

 

—Espera, no dormiré esta noche en el departamento.

 

 

 

 

 

— Y ¿adonde quieres que te lleve?

 

 

 

—A la casa del tío Ben, la abuela y Logan se quedaran allí y quiero pasar todo el tiempo posible antes de que se vayan. —Explique recostado la cabeza en la ventana del vehículo.

 

 

 

—También para pasar tiempo con el pelirrojo.

 

 

 

Entorne los ojos ante los supuestos celos de él. No tiene ningún derecho de molestarse con quien pase yo mi tiempo, solo somos amigos nada más, que se preocupen mejor con quien pasa su tiempo su novia, no yo.

 

 

 

—Mejor dejan para después sus celos enfermizos, quiero llegar a mi casa a dormir y tal vez vomitar un poco —dijo Luke, irritado de toda la situación. Hades se limito a asentir sin emitir otra palabra más arranco el vehículo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Brooke despierta —murmuró alguien el cual no pude diferenciar su voz. Gruñí removiéndome en mi asiento negándome a despertar, estaba muy agotada para siquiera abrir los ojos.




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