—Te odio, sal de mi cama —chille al sentir su lengua pasar por todo mi cuello. Simplemente asqueroso. —Que te largues o me encargaré personalmente de echarte —agregue en tono de voz demandante pero el siguió pasando su legua por toda mi cara. Gire mi cabeza al escuchar unas risitas en la puerta de la habitación, al ver que era Logan le di una mirada suplicante para que me ayudara con el animal que entro sin permiso a mi cama.
—Fido muchacho ven aquí —espeto el rubio y el perro al escuchar salió de mi cama moviendo su cola. —Si, ella es una amargada que no quiere a nadie ¿verdad? —dijo mientras acariciaba a el animal.
Idiota los dos.
El perro era el del jardinero quien siempre lo traía para darle algo así como vida a esta casa y bueno Logan es el primero en mimarlo
Salí de la cama ignorando la escena de cariñosa entre Logan y el perro. Entre al baño para limpiar mi cara llena de baba, al mirarme en el espejo casi me da un infarto, estaba horrible, mi cabello parecía él de un payaso borracho. Mi cara estaba toda hinchada y llena de baba, si salía así en la calle asustaría a más de uno. Comencé a cepillarme los dientes mientras escuchaba los gritos de mi abuela y del perro por toda la casa. Tal y como hace años, hace años cuando no fingíamos felicidad la teníamos. Cuando aún podíamos considerarnos una familia y no fragmentos de lo que solía ser, fragmentos que sólo sirven para herir a quien lo toque. Desgraciadamente ya no somos una familia feliz y por más que lo queramos ya no volverá hacerlo.
Ahora tendremos que buscar la salvación en otras personas o aprender a convertirnos cada quien en nuestra propia salvación y eso es lo que intento, ser mi propia salvación y no convertir a alguien en ella. Pero para mi mala suerte el estúpido de Hades está empeñado en convertirse en esta, me lo dejo muy claro la noche anterior.
Aún recuerdo sus palabras después de llevarme al jardín y mirar conmigo las estrellas. Recuerdo cuando me comparo con ellas, como me abrazo toda la noche bajo la luz de la luna hasta quedarme dormida. Recuerdo cada uno de sus alentadoras palabras y destructivos besos, recuerdo cada maldito motivo que me dio para no odiarlo y recuerdo también cada ves que mi corazón casi se sale del pecho por sus acciones. Él me dio motivos para no odiarlo, lo que no sabía es que por más que intente odiarlo no puedo simplemente odiarlo, como tampoco pudo dejar de quererlo, y me odio por eso.
Salí del baño aun con mi aspecto de vagabundo y me dirigí a la escalera rezando porque mi abuela se le haya ocurrido la maravillosa idea de traerme algo de ropa.
No puedo pasar todo el día con el mismo vestido. Llegue a la sala encontrando una escena que hubiera preferido no ver, O que no me vieran.
En la sala no solo estaba mi abuela, también una mujer y un hombre junto con dos chicas, las cuales conocía de la universidad; Cali, su hermana Diana y sus padres se encontraban sentados en el sofá y viéndome con mis horribles fachas de ayer. Como la vida quiere que yo pase más vergüenza la madre de Hades entro acompañada por Madison, detuvieron sus risas al percatarse de mi presencia.
—Brooke, no seas mal educada saluda —reprocho la abuela manteniendo su falsa sonrisa.
—ha si perdón, buenos días a todos —La que creo es la madre de Cali se levantó de su lugar para abrazarme. —Perdón si estoy con estas fachas anoche no alcance a traer ropa extra.
La señora de cabello castaño y grandes ojos azules asintió con una risita; —no te preocupes Cali. —Señaló a su hija la cual poseía los mismo ojos que ella —siempre llega así o peor. —Todos en la sala rieron, hasta ella con un poco de vergüenza.
—oh yo traje ropa extra te pudo prestar —sugiero Madison con una gran sonrisa en su rostro mientras se acercaba a mi. Genial ahora me siento una perra total al odiarla sin razón. Espera si hay razón ella es la novia del chico que me gusta, omitía esa parte.
Asentí tomando aire tratando de poner la sonrisa más falsa posible y la seguí por la casa despidiéndome de todos en la sala. Entre a una de las habitaciones de huéspedes con ella y esta busco una mochila excesivamente fluorescente donde saco unos jeans y una playera que decía: “Miami Beach” tome la ropa sin medir palabras y entre al baño. A través de la puerta escuchaba como trataba de entablar una conversación conmigo, a lo cual yo respondía con monosílabas.
No es que ella fuera una mala persona, creo que es hasta mejor persona que yo, sólo que ella tiene algo que yo quiero y suena estúpido odiarla porque sea la novia de Hades, pero maldita sea los celos no los aguanto. Se que mi odio no debería ser para ella, debería ser para el idiota de Hades.