Tres malditos meses, si eso exactamente llevo encerrada aquí. No puedo decir que he aprendido la lección y quero salir para vivir un mundo de felicidad, lleno de rosas y arcoíris, no es así, pero si quiero salir porque ya no soporto hablar a diario con mi psiquiatra, llorar por cualquier estupidez y seguir bebiendo las pastillas, tampoco soporto tener tanta atención en mi, como es el caos de que todos vienen a visitarme una vez por semana, hasta Benecia viene a hacerlo para darme noticias de su hermano, incluso me trajo un regalo que se muy bien que fue idea de Hades, sólo él puedo regalar un libro de poesías, sólo a él se le ocurren esas cosas y estuve tentada buscarlo, esa necesidad de verlo en más de una ocasión se hizo presente, pero me detuve, dejé mi egoísmo de lado ignorando mis deseos.
Veo las estúpidas paredes blancas que tanto me molestan en mi camino hacia la sala de estar, puesto que tengo una vista y preferí verla aquí que mi ridícula y simple habitación, extraño la mía, la que decoro Hades, esa si era una habitación muy digna de mi, tenía mi sello por todas parte. Esta en cambio es la habitación de una chica con muchos problemas, la cual es medicada a diario y se la pasa hablando con profesional sobre cada maldita pesadilla y recuerdo del pasado. No quiero ser esta no quiero ser lo que ahora soy.
Entro a la habitación de reuniones, viendo ha varias personas la cual ignoro para buscar alguna cara familiar la cual no encuentro por ningún sitio, al parecer fue un estúpido error, estaba dispuesta a retiré nuevamente para hundirme en mi miseria cuando una voz me detiene en el acto.
—Brooke, hola.
Ella, no importa los año que pasan puedo reconocer esa voz en cualquier lado, pero la pregunta es ¿Qué hacía ella aquí? Y ¿Cómo diablos supo que estoy aquí?
—¿Regina? —pronuncie con genuina sorpresa quedando frente a la morena
Regina me sonríe de la manera deslumbrante he irritante que solía hacer desde que Logan la presento como su novia, al principio siempre odie a Regina con todo mi maldito ser, luego no puedo evitar quererla como una hermana, para terminar aborreciéndola por haber hecho lo que hizo, por haberse ido dejándolo destrozado y sin esperanza, ahora esta aquí de nuevo, cuando él ya no está, con su brillante sonrisa haciéndose la idea de que podrá arreglar todo.
—Sabes lo difícil que fue para nosotros que nos dejaran pasar, apenas me enteré quise visitarte pero hasta ahora podría hacerlo. Yo lamento todo lo que pasó Brooke, estuve ahí en el hospital con él y luego de eso no lo pude resistir así que me fui, lo lamento tanto.
No deje que terminará de balbucear sus repuesta cuando me separe de ella, no me gustaba los abrazo en lo absoluto y menos en este momento, menos de ella.
—¿Por qué viniste? —interrogó de forma cortante.
—Mami ¿quién es ella?
No puedo ser, Dios santo. Detrás de Regina se hizo presente una cabecita rubia con cara de fastidio mirando en su dirección, y de pronto lo comprendí todo, cayó en mi de golpe, y estuve a punto de desfallecer. Era como ver la versión pequeña de Logan, sus gesto y la forma de hablar todo lo que alguna vez puedo ver por videos y fotos caseras que nos mostraba la abuela. Quedé estupefacta en mi lugar sin poder moverme. Esperando de la repuesta que ella podría darme.
—Lexter cariño, ella es tu tía Brooke —aclaro ella tomando al niño entre sus brazos.
Seguí sin créelo, simplemente no lo podía procesar pero me vi a forzada a hacerlo y lo comprenderlo, comprendo cada maldita cosa. El porque ella se fue hace dos años, los años que podría jurar y tenía Lexter, mi sobrino, el hijo de Logan, un hijo del que estoy muy segura nunca supo de su existencia, murió sin saber que tenía un hijo y todo por el egoísmo de regina.
—¿Quieres cargarlo? —cuestiona ella sacándome bruscamente de mi pensamientos. Asentí en repuesta extendiendo mis manos, sintiendo mis piernas temblar junto a mis brazos, todo mi ser temblaba al no poder creerlo, no podía creer que una parte de él estaba ahí conmigo. Nunca espere que algo así pasaría. Jamás pensé que Logan tuviera un hijo.
El niño se tiro en mis brazos de inmediato jugando con mi cara, o más bien pecas haciendo el fallido intento de borrarlas, si claro yo también lo intente y no funcionó. Sonríe involuntariamente al verlo en mis brazos casi pensando que no era real, que nada de eso lo era, que mi mente sólo me estaba jugando una muy mala pasada y en realidad Regina no estaba aquí y Lexter tampoco, que en realidad no existía nada de esto y vuelque momentos tendría que despertar del sueño.
Pero no era así, él niño si estaba ahí tratando de arrancarme la piel mientras reía, y Regina también estaba ahí mirando a su hijo, y yo también lo estaba cargándolo y todo era real.