Mirada Salvaje

CAPÍTULO 38

Ya son cuatro meses, cuatro meses de encierro rodeada de un perfecto jardín, paredes demasiado blancas, pasillos interminables y noches de soledad y oscuridad.

 

Mis ganas de salir de este lugar se han intensificado y mucho más, cuando Benecia me contó lo que pasó con Hades, en ese momento quise salir corriendo de aquí para llegar al hospital y luego salir de este mismo y golpear a Darian por lo que hizo, quería estar con él por que lo quería, lo quería más de lo que debería y me preocupaba por él. No he dejado de preguntar por él a todos lo que visita, según Luke ya había mejorado y estaba bien. Lo más extraño es que deje de recibir repuesta por parte de Luke y su hermana, hasta hace unos días que practicante la obligue a decirme que pasaba con Hades a lo que ella me respondió que él se rindió, que se canso de intentar tener algo conmigo, sin duda mi podrido Corazón cayó en pedazos antes sus palabras, así que dejé de insistir, era justo de hecho eso era lo que buscaba que dejara de quererme, y entonces ¿por qué me duele tanto que deje de hacerlo?

 

Obtuve lo que quería, pero me di cuenta muy tarde que no era así. No quería que se rendirá. Me di cuenta que lo amo de verdad, que si puedo amar. Ha pesar de todo lo que hice de igual forma alguien me ha amado y yo lo ame, pero ahora es tarde, ahora lo deje ir, ahora él se dio cuanto que no valgo la pena, ahora ya todo esta perdido Y todo es mi maldita culpa.

 

 Elliot, ha cumplido su promesa, desde esa tarde no he sabido nada de él, tampoco he preguntado o le he mandado saludo de seguro él sigue enfadado conmigo, y con toda la razón.

 

 

 

—Dentro de pocos días podrás salir —comenta el hombre frente a mí. —Tu recuperación en estas semanas han siendo muy buenas, ya no es necesario que sigas aquí, tendrás que beber tus medicinas y visitarme dos veces por semana pero ya no le veo el chiste de que sigas de interna. —Esas palabras hicieron que me levantara de un solo golpe del sillón donde me encontraba.

 

—¿Lo está diciendo en serio?—pregunte en un hilo de voz si poder creerlo.

 

—Claro que si, no te iras de inmediato al menos te quedaras una semana más, pero es un hecho que saldrás y podrás estar con tu familia —afirma con su tono de voz tranquilo, sin poder aguantas la emoción me inclino y lo abrazo.

 

Después de estos mese le había tomado cariño al señor Peter, me ha ayudado muchísimo a superar mi depresión. Ha Cada día al abrir los ojos y que pueda ver que las ganas de vivir siempre serán más grande, me ha ayudada a ver que a pesar de tanta mierda que el mundo te lanza tu debes levantarte y rodearla, me ha hecho reflexionar sobre mis suicidas pensamientos, y me ha enseñado que no tienes que buscar el lado bueno de la vida tu mismo tienes que construirlo. También que liberar es mejor que guardar, liberar mis más terribles miedos como esos que me atormenta desde pequeña, es mejor hablarlo que esconderlo y lo he hecho, también me ha hecho reflexionar sobre la autovaloración y ahora se que tengo que hacerlo, tengo que valorarme, tengo que luchar para vivir y no dejarme llevar por la muerte. Tengo que luchar para ser feliz.

 

Y eso es lo que planeo hacer en el instante que salga de este lugar, planeo luchar con todas mis fuerzas y no dejarme caer.

 

—Lo has hecho bien Brooke, pero todavía te queda mucho por hacer, así que no quiero que vuelvas a perder la esperanza —espeto siguiéndome el abrazo.

 

Contuve las lágrimas y en su lugar sonreí como una tonta agradeciéndole todo lo que me ayuda con su palabras. Porque a veces algunas palabras pueden sanar mejor que cualquier medicamento.

 

—Se lo prometo no me rendiré —asegure rompiendo el abrazo, él me regalo una gran sonrisa y se levanto del sillón.

 

—La sesión terminó, ahora ve a darle a tus amigos la buena noticia —mustio con una gran sonrisa provocando que se le formarán algunas arrugas a un lado de los ojos.

 

Asentí seguido un par de veces, saliendo de la habitación, pero antes de poder hacerlo una idea me invadió la cabeza, me gire viendo a Peter que acomodaba unos papeles si prestar atención de que seguía aquí.

 

—Espere, no le vaya ha decir, quiero que sea una sorpresa para todos —exclamó con una sonrisa en el rostro.

 

Peter deja escapar una leve carcajada y asiente:—Si eso te haces feliz, esta bien no diré nada.

 

Le doy una última sonrisa y salgo de la habitación para dirigirme a la mía, recorro los pasillo perfectamente blancos sin molestia, como las otras veces y saludo a las personas aunque estas me ignoren. Al llegar a mi habitación me encuentro con Amelia la enfermera encargada de que me tome mi medicamento y me alimente bien, también la persona que más irritó con mis comentarios sarcásticos.

 

—Hola Amelia ¿Qué tipo de Drogas me traes hoy?, desde aquí puedo oler la felicidad falsa —mascullo con una sarcástica sonrisa en mis labios.




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