Capítulo 19. La princesa equivocada.
ISA
Miro atentamente mi reflejo a través de mi espejo; uso mi pijama favorita y mi cabello aún gotea por la larga ducha que acabo de tomar. Una pequeña marca oscura se encuentra adornando mi cuello, está plasmada en mi piel recordándome que lo que pasó no fue un sueño, fue más real que mi amor por los postres de la tía Ophelia. Paseo suavemente mis dedos sobre la marca y un escalofrío recorre mi cuerpo al recordar la sensación de sus labios allí mismo.
Suspiro regresando a mi cama donde tomo asiento y me cubro con mi manta calentita, tomo la taza humeante sobre mi mesita de luz y le doy un sorbo a mi chocolate caliente, luego solo me quedo allí, procesando todo.
Fui una débil, dejé que mis sentimientos decidieran por mi, lo peor de todo es que aunque al principio quise convencerme de que me arrepentía completamente... la verdad es que no lo hago, porque a pesar de que fue incorrecto se sintió maravilloso, fue mágico, como todo lo que tiene que ver con Zed Pietro.
La puerta de mi habitación se abre bruscamente y Cassie se adentra con una bolsa de papel en una mano y un vaso con agua en la otra, se sienta a mi lado en la cama y deposita la bolsa en mi regazo para después darme el vaso. Bajo su atenta mirada me trago la pastilla que viene dentro de la bolsa y luego ambas respiramos aliviadas.
—Bueno, creo que con eso es suficiente para evitarnos una sorpresita peliblanca —exclama con una sonrisa.
Me río por lo bajo con la cara roja de la vergüenza. Si no hubiese sido por mi hermana mayor, no hubiese recordado que Zed y yo no nos cuidamos. Cassie se ofreció a ir a comprar la famosa pastilla del día después, espero que sea efectiva porque lo último que quiero es tener un hijo a esta edad. La idea de tener un pequeño Zed no me desagrada, pero no seria el momento, y en realidad sería caótico dadas las circunstancias.
—Entonces, después de que pasó todo, ¿el simplemente te echó o...? —pregunta Cassie después de un rato.
Niego con la cabeza.
—No fue necesario que lo hiciera, con solo ver lo arrepentido que lucía lo capté de inmediato y salí de allí antes de que me destruyera por completo. Fui una cobarde pero... si me decía algo más no iba a poder soportarlo, no después de lo que hicimos.
Cassie suspira entristecida. Mi hermana siempre ha sabido lo mucho que estoy enamorada de Zed, y hasta que él empezó a salir con Lin ella siempre me alentó a confesarle mis sentimientos porque según sus propias palabras: Zed demostraba cierto interés en mi. Siempre lo discutí con ella porque yo nunca pude verlo, pero ella si, siempre decía que muchas veces, cuando venía a casa, lo atrapaba mirándome. Me costaba muchísimo aceptarlo, ahora después de lo ocurrido quizá ya no me suene tan descabellado.
Pero hay algo que no entiendo, si se supone que su destino es estar junto a Lin... ¿por qué parece sentir algo por mi? ¿por qué cada vez que me besa lo hace como si hubiese estado conteniéndose? ¿por qué pasó lo de anoche? Si mis sentimientos no fuesen correspondidos creo que eso jamás hubiese ocurrido. Pero la forma en la que me tomó anoche... alguien que no tiene sentimientos por una persona no podría adorarla de esa forma. Si no me quiere, ¿como fue posible que me hiciera sentir tan amada?
—Yo sigo creyendo que Zed siente algo por ti —concluye mi hermana convencida de que esa es la única verdad—. Quizá solo tiene miedo de enfrentarlo.
—Ojalá fuera eso, Cass.
Si tan solo supiera el millón de obstáculos que nos separan. Mis fallidos intentos por alejarme de Zed al final fueron en vano, no pude evitar lo que pasó, ¿cómo se supone que le explique a mi tonto corazón que no puede seguir guardando esperanzas con Zed después de lo que pasó? ¿cómo superar la forma en la que nos entregamos? no sé qué hacer después de eso.
—Estoy tan perdida —susurro dejándome caer sobre el colchón—. No debí...
Cassie me interrumpe desesperada.
—Ya basta, Isabella. Deja de atormentarte por lo que ya pasó. Quizá esto debía ocurrir para darle un cierre total a esta historia, quizá ahora puedas superar a Zed de una vez por todas y seguir adelante con tu vida. Solo mírame a mi, ahora estoy estudiando lo que amo en la universidad que siempre quise, alejada del drama y trabajado en mi futuro. Un amor no puede derrumbarte para siempre.
—¿Entonces es lo que hiciste tu? —le pregunto esperanzada.
Recuerdo que antes de marcharse me habló de un chico misterioso por el que tenía sentimientos confusos, Cassie se la pasaba encerrada en su habitación lamentándose por ello, y aunque le pregunté muchas veces sobre ello, nunca quiso entrar en detalles, pero después ella decidió irse lo más lejos posible de casa.
Mi hermana suspira acomodándose a mi lado.
—Bueno, algo así —comienza a contarme indecisa—. Yo... estaba empezando a tener estos sentimientos por alguien que no debía, pero a pesar de saber que no era correcto, esos sentimientos solo crecían más y más con el tiempo. Sabía que si permanecía cerca y aferrada a él, eso solo iba a seguir avanzando hasta acabar conmigo. Entonces tuve que decidir: quedarme hecha pedazos aquí, o reconstruir mis cimientos y renacer allá.
—Y te funcionó —afirmo sonriéndole orgullosa.
Cassie me devuelve la sonrisa, aunque me parece ver un pequeño titubeo en ella.
—Así es. Escucha, no voy a dejar que te derrumbes en esta habitación Isabella, así que levanta ese trasero, vístete bonita y salgamos de aquí, por Dios es sábado, no planeo quedarme encerrada en estas cuatro paredes todo el día.
Miro mi pijama con un puchero.
—¿No te gusta mi pijama?
—Cariño, me avergüenza tu pijama. ¿Quién rayos usa una pijama de Barney a los dieciocho años? Quítate eso y por lo que más quieras, peínate, tu cabello luce como un trapeador usado de hace tres años.
—¡Cassie!
#3054 en Fantasía
#7615 en Novela romántica
fantasia magia aventura, romance amor novelajuvenil, traicion atraccion secretos miedo amor
Editado: 04.05.2025