Capítulo 20. Sorpresa.
ISA
Es domingo, medio día. Peino mi cabello largo en un medio recogido bonito, dejo mi flequillo ondulado libre enmarcando mi rostro de ambos lados, me visto como me gusta y le doy vida a mi pálido y ojeroso rostro con un maquillaje natural pero bonito. Estoy siguiendo el consejo de mi hermana; sigo adelante a pesar de estar hecha pedazos. Mi única esperanza es que en unos meses me iré a la universidad y todo esto quedará solo en mis recuerdos. Hoy no tengo mi brillo, pero lo recuperaré pronto, donde sea que vaya.
Salgo de mi habitación guardando mi teléfono celular en el bolsillo de mi pantalón. Me detengo antes de pisar el primer escalón de la escalera cuando escucho diferentes voces provenientes de la sala de estar en la planta baja, una en particular que reconozco mejor que nadie se comienza a escuchar cada vez más cerca al igual que unos pasos, por el marco que dirige a la sala aparece una cabellera blanca desordenada y me quedo quieta en mi lugar.
Parece sentir mis ojos sobre él porque alza la cabeza y nuestros ojos se encuentran. No me muevo ni un poco.
Es la primera vez que nos vemos después de... lo que pasó en la repostería. Apenas ha pasado día y medio pero siento como si ese pequeño lapso de tiempo hubiese sido igual de duradero que un año.
Zed aclara su garganta.
—Hola.
¿Hola?
—Hola.
Definitivamente actuamos como dos tontos.
Imito su carraspeo de garganta y me lleno de valor para hablar sin parecer una completa idiota, aunque por culpa de la distancia a la que estamos el uno del otro debo alzar mucho la voz me niego a bajar.
—Supongo que están terminando de planear todo.
—Si. Decidí que nos reuniéramos aquí porque es el punto más cercano al edificio. Dexter dijo que no habría nadie en casa —responde metiendo sus manos en los bolsillos de la sudadera que lleva bajo su infaltable chaqueta de cuero.
—Si... de hecho mi hermana y yo ya nos vamos, quedamos de vernos con Danny.
Un destello de diversión aparece en sus ojos azules cuando se da cuenta de que no me muevo de donde estoy.
—¿Y qué haces aún allí? Creo que la salida está aquí abajo.
Muerdo mi labio inferior, jugando nerviosamente con el pendiente que cuelga del lóbulo de mi oreja. Mis mejillas se sonrojan un poco.
—Yo... uh... guardo las distancias. Ya sabes... por si a caso.
Sus cejas blancas se alzan al cielo y una expresión incrédula se apodera de su rostro.
—¿Estás diciendo que no vas a bajar hasta que me largue de aquí?
Le sonrío apenada.
—Si.
Una risita incrédula se le escapa y asiente llevándose la mano a la barbilla. Trago en seco cuando desde la distancia veo que la punta de su lengua sale para pasar sobre sus labios humedeciéndolos. El sonrojo se vuelve furioso en mi cara cuando los recuerdos de esa noche vuelven a mi cabeza, recuerdos donde esa misma lengua recorría de esa misma forma la piel de mi cuello. Lo que daría por volver a sentirla en...
Sacudo la cabeza, avergonzada, si esos son mis pensamientos a esta distancia, no me quiero ni imaginar si estuviera a su lado.
Qué calor hace en este lugar.
—Bien, entonces ya me voy...
—¡Isa!
Zed es interrumpido por Floyd, quien aparece a su lado y con una gran sonrisa no duda en subir casi corriendo las escaleras hasta llegar a mi, me abraza como si fuéramos los mejores amigos del mundo. Suspiro rodando los ojos a la vez que palmeo un par de veces su espalda.
Debo ser una señorita educada, debo ser una señorita educada.
Mis ojos buscan al peliblanco y lo encuentro en el mismo lugar pero con el rostro de nuevo serio y la mandíbula tan apretada que pareciera que pudiese romperse en cualquier momento. Me remuevo entre los brazos de Floyd para que me suelte rápido, no me gusta la extraña mirada que le da Zed a su espalda, no quiero que se desconcentre y termine arruinado su propio plan al asesinar a su compañero de misión.
—Hey, miren quién está allí, ¡es mi esposa! A un lado, blanquito —exclama una voz cantarina.
Suelto una risita al ver a Ryker empujar a Zed a un lado para imitar a Floyd y venir saltando los escalones de dos en dos hasta llegar a mi. Una pequeña carcajada se me escapa cuando también empuja a Floyd y me abraza, sus brazos me levantan para darme una vuelta en el aire, me aferro a su cuello riendo y suelto un suspiro de alivio cuando unos segundos más tarde mis pies vuelven a tocar la firmeza del suelo.
—No te veo desde que usaste mis tácticas con el nerd morboso. Estás bellísima, toda una muñequita —Ryker besa mi frente con cariño.
—Gracias. Es bueno verte de nuevo, Ryker, espero que puedas darme más de tus clases de coqueteo, son muy eficaces.
—Yo sé que si. Cuando quieras, sexy.
—Ya dejen a mi prima en paz, par de hormonales. Bajen de allí y muevan sus traseros fuera de la casa, hay que ir a darle una última ronda a los alrededores del edificio —los reta Dexter desde abajo, quien ya se encuentra a un lado de Zed junto a Tayana—. Además, Lin dice que se encontrará con nosotros en diez minutos para darnos los trajes y las invitaciones.
—Hola, Isa.
—Hey, Tayana. ¿O serás Logan esta noche?
Ella suelta una risita y se encoge de hombros.
—Creo que seré los dos.
—Genial.
Jamás dejaré de ser fan de su don, nunca imaginé que las criaturas sobrenaturales existieran y ahora tengo una súper genial frente a mis narices, me declaro su fan número uno. Ryker me da un apapacho más antes de bajar las escaleras, Floyd por el contrario se acerca a mi y trata de tomar mi mano, pero me cruzo de brazos antes de que pueda hacerlo, sonríe forzosamente.
—Escucha, después de que todo esto termine me gustaría que pudiéramos hablar. Sé que fui un idiota pero te prometo que si me das una segunda oportunidad yo cambiaré. Por favor, solo...
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Editado: 11.04.2025