La carta que no quise escribir

Por haberte ante puesto a mí, soy estúpida, me convierte en estúpida pensarte por los días y soñarte por las noches, anhelar tenerte y verte. Error fue confiar en tus sonrisas y miradas, falsas, todas falsas. Ilusión, todo es producto de mi imaginación.

Soy masoquista en vida, mi mayor enemigo, me flagelo por el simple hecho de recordarte, me pongo en ridículo sin importar las consecuencias y ahora me recuerdo: será mejor dejarlo correr, será mejor olvidarme, hacer la prueba de fuego, y que seas tú el que habla y no yo. ¿Resistiré el dolor que me causes al darme cuenta de que te importo una mierda?

Mi voz interna me acribilla diciéndome : es mentira, no exageres, mientras mi raciocinio, el más listo, me deja en claro que soy una imbécil, por querer justificarte.

Es en este punto, cuando me detengo. ¿Es la parte racional la que me impide seguirte amando o la emocional? La fina línea que lo cambia todo, mas fuere cual fuese la parte que me grita " ¡Aléjate! " . Ambas tienen razón.

No le importo ni lo mas mínimo, de hecho, creo que nadie le importa lo suficiente, solo se deja llevar por la corriente, sin pararse a pensar en los demás, en aquellos que pueden sufrir por su causa.

Verdaderamente soy una imbécil por haberte puesto, a ti, antes que a mí.

P.D. Quemaré el recuerdo junto con las letras del desamor.

Mi