Mis queridas Estelas

Miércoles, 17 de Febrero, 00:29 am

    En mi vida, nunca he sido la clase de persona que pueda tener, entre sus mas brillantes cualidades, algo parecido a la constancia. Es más, creo que una característica que mas me define como persona, es ser literalmente todo lo contrario a esa palabra. Alguien como yo le es extremadamente imposible hacer trabajos, o cosas en general, que se requieran de "un granito de arena" cada maldito día, hasta formar el desierto. No, para nada. Probablemente, yo llamaría a varios camiones para que lleguen, en uno o dos días, repletos de arena; sí, eso es lo que haría, porque así soy yo.


   En fin, estos ultimos años, cada cierto tiempo claramente, he estado escuchando, ya sea por la radio o incluso por algún video random que me encontré por las redes, algo parecido a esto: 


   "Escribir un diario estabiliza los sentimientos y los pensamientos"


   "Es bueno a modo de desahogo"


   Y otros halagos que terminan en lo mismo, simplemente: "es bueno". Esto me llevo a intentarlo tan sólo dos veces en mi vida: a la edad de los 13 años (lo cual termino siendo algo de tan sólo unos días, o meses alargando hojas y abandonando el diario por grandes lapsos de tiempo) y a la edas de los 16, es decir exactamente 3 años después (esto termino siendo cosa de tan sólo unos días). Estos intentos fueron fallidos por dos razones principales:


   1) Era una niña que no sabia lo que debia escribir, por lo tanto, terminaba garabateando.


   2) Nunca en mi vida fui constante.


   De todas formas, lo único que no cambio hasta ahora sigue siendo la razón número 2; como me he quejado en todo el primer párrafo de este tema. Pero bueno, he llegado a mi tercer intento, con mis 18 años. Dicen que la tercera es la vencida.


   En realidad, tenia planeado comprar un pequeño cuaderno, pero no tengo plata, y me dominó la idea de hacer mi primer intento escribiendo en algo que, de cierta forma, no requiera dinero de mi bolsillo; es por esto que me encuentro escribiendo detrás de la parte blanca de unas fotocopias, hasta ahora inútiles.


   En fin, ¿qué es lo que uno escribe en su diario? Siendo este mi diario, y solamente mío, nadie puede ordenarme qué hacer y qué no. Muy bien, entonces, sabiendo que esto se utiliza a modo de desahogo, ¿por qué no empezamos contando algo de mí? Sobre mi presente y mi pasado.


   Mucho gusto, mí vida comienza en el lejano 2003, un miércoles 2 de Abril a las 01:06 am, siendo este un feriado conmemorativo al veterano y a los caídos en la guerra de Malvinas. Para agregar algún dato que dudo interese, soy de aries, a pesar que no tengo nada de este signo. En fin, por la madrugada nace una pequeña bebé en una familia que ya tenían un hijo. Ese es mi hermano mayor, Bruno. Todos juntos, éramos una bonita familia de 5 integrantes: mi papá, mi mamá, mi tío, mi hermano y yo. Con un apellido un tanto peculiar, éramos una pequeña familia, nada de abuelos, ningún otro tío o tías que sean importantes, y de los primos ni hablar, siempre fuimos sólo nosotros.


   Aún vivimos en la misma casa, una grande, construidas con la sangre, el sudor y las lagrimas de mis padres y de mí tío, Lito. A lo largo de los años, las cosas fueron cambiando y los, no tan estables, pilares que sostenían esta familia fueron cayendo. Supongo que esto termina siendo la historia de la vida de una niña en una familia descolocada.


   Yo creo que esos años de mi niñez, fueron los mas bonitos de mi corta vida, en definitiva, fueron aquellos que me sostuvieron tanto tiempo. El único defecto que podría encontrar, probablemente fue la escuela; pero no estoy pensando concretamente en el estudio, aunque no voy a negar que la pase mal estudiando. Yo estoy recordando al bullying en la primaria. Por esos tiempos, eran aquellos años en el que recién se empezaba a hablar de esto, es por eso que no habia llegado a cada rincón del planeta, y mucho menos a cada rincón de la escuela.


   La forma en la que me empujaban o las asquerosa miradas que solian acosarme, el como me ignoraban y esquivaban. Era realmente espeluznante lo que podían hacer, a pesar de ser aún niños que jugaban con autitos y muñequitas. Pero, supuestamente ellos, todo tenia una razón, y eso era ella, mi querida Ariana.



#23701 en Novela romántica
#14759 en Otros
#4196 en Relatos cortos

En el texto hay: familia, recuerdos, preparatoria

Editado: 04.03.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.