Mis treinta instantes

Instante uno - Bienvenidos a mi mundo...

Mi primer instante

Hoy, veintidós de abril del 2020… ¡Existe un sentido para esta vida! susurro, mientras miro detenidamente aquel calendario, colgado sobre una vieja pared revestidas de ladrillos de barro en el otro extremo de mi habitación. Empiezo a pensar en aquellos objetos sobre aquel viejo muro de color terracota, y de cómo la belleza de las cosas que parecen ordinarias y simples, pueden llegar a ser únicas ante la mirada curiosa de quien las descubre.

Mientras un pequeño susurro mental viene a mí, como un relámpago que, con su gran estruendo, resuena en todos los rincones más profundos de mi mente, escoltados de un sollozo oculto de angustia y tristeza. Es entonces, en ese instante, donde he decidido ponerme de pie, pero me detengo quedándome sentada sobre la cama. Aquellos destellos de luz brillantes y cálidos comenzaban a traspasar las ventanas de estilo colonial en mi habitación y como en un acto de magia, donde no existe la lógica, en la que espectador no sabe que pasara en los siguientes minutos, me quedo sumergida en aquel momento.

 ¿Alguna vez, has visto como las partículas sólidas de polvo se mezclan con los destellos de luz, en perfecta armonía y silencio?

¿Qué sentiste? …

No dejo de pensar en cómo mi vida iba pasando ante mis ojos, y de cómo me encontraba aquí, siempre en el mismo lugar ¿Y no era que todo cambiaba y evolucionaba? Me cuestiono… ¿A donde se fue mi evolución?… Grito a todo pulmón… mientras doy patadas en mi cama con fuerza y enfado. ¡Al parecer tu evolución ha perdido el rumbo! ¡Ha!...  De golpe me han devuelto a mi cruda realidad, sacándome de aquella crisis existencial momentánea.

Siento como el modo sarcástico e irónico de Mila hace eco de presencia en este momento, como retumban sus pasos en mi cabeza … ¡Aaliayh! pensar en lo que pudo haber sido nuestras vidas ¿De qué sirve? Cuestiona.

Yo, Mila Rodriguez con Z, quizás debí estar en las calles parisinas de compras con mi amiga Coco Chanel, pero ¿Crees que ella estuvo basando sus éxitos o fracasos en los estándares vacíos de los demás? ¿Qué paso con la Aaliayh de ayer? que expresaba lo inteligente y guapa, que es. ¿Qué paso con conquistar al mundo, así como nuestros amigos, Pinky y Cerebro? Por poco, te creo el discurso barato que diste ayer de autocompasión.

¡Uhm! Necesito retirarme a mis aposentos altos, no puedo con tus lamentos perpetuos. ¡Ha!

Una sonrisa leve y de melancolía comienza a dibujarse en la comisura de mis labios y en voz baja murmuro, ¡Hola! Mila.

En estos últimos meses, me he pasado analizado los detalles más profundos de mi vida y sobre todo en aquella búsqueda constantes de respuestas, aun sin fin de preguntas sin respuestas. 

Creo que he llegado a navegar incluso dentro de todas las gavetas, cajones, ataúdes y que decir de los sarcófagos mentales de mi particular existencia… he viajado a través de mi imaginación examinando, que cosas pude haber dejado atrás y cuales pude haber hecho mejor… Incluso he llegado a esto que dicen de desistir, de no pensar y soltar dejando que todo fluya por su camino, pero al final estoy aquí de nuevo y termino volviendo al mismo lugar corriendo en círculos, una carrera que  al parecer no tiene una meta o un final.

El silencio me arropa…

Meditando en mis aposentos altos, pienso si es o no el momento de hacer mi segunda entrada solemne, después de intentar descansar como la reina que soy, me veo en la obligación de volver, esta pequeña, últimamente no me da vacaciones. Ha llegado el momento de sacarla de su letargo existencial de desdichas… Como entenderán mis queridas amigas, llego el momento de gritar a todo pulmón:

¡Hello, hola, bonjour, halo!, la tierra llamando Aaliayh! (Aliah)... 1,2,3… Cámara, listo y acción.

No crees que es tiempo de que te levantes y de que dejes las miserias mentales para otro momento, ¡REACCIONAAAA chiquilla! Sabemos que tu vida seguirá igual o quizás peor pero eso nadie mi sabe, mientras no lograremos nada con echarle más infelicidades…

Milaaaa… Expreso, ella es mi vocecita interior. Mila, es su nombre y en ruso significa Milagros. La considero mi pequeño milagro… Pero nunca lo sabrá, su egocentrismo no tiene límites y decirle eso, sería mi perdición.

A meses de cumplir mis tan anhelados treinta, nadie me explicó que todas mis altas expectativas eran solo eso, EXPECTATIVAS no REALIDADES. Recuerdo, haber preconcebido e imaginado cada detalle… ¡eehhhhh rectifico! cada microscópico e imperceptible detalle de mi vida ¡Al nivel diminuto, querrás decir…  susurra mi estimada Mila, de forma sarcástica; mientras yo procedo a ignorarla… Recuerdo cómo me imagine mi éxito profesional, mi boda o mis bodas, nunca se sabe cuándo llegara el verdadero amor de tu vida sino Preguntémosle a uncle google pero sino confías, Elizabeth Taylor o Jennifer López son referentes de la cultura moderna.

Sobre todas las cosas vislumbre en mi vida, a mis perfectos pequeños, yo y el. Supongo que hablas de tus pequeños hijos, agregando más caos a este mundo… murmura Mila, a lo que solo sonrió…

Es entonces cuando llegan a ti, esos rayos de luces inclementes mostrándote esa realidad que tanto evitas, donde te dices a ti mismo, que debes despertar y avanzar pues nada de eso llego o mínimamente se acercó a tu vida. Se siente como si todo tu tiempo, se desvaneció ante tus ojos, mientras parecías estar despierta… ¡Como se espumaron mis años mozos de juventud! exclamo…  Nunca imagine que este, quizás, era mi momento, en el escribiría un nuevo capítulo mi vida con algunos desencuentros y quizás algunos encuentros donde mi prioridad más importante sería encontrar mi lugar feliz.

Como todas las mañanas de mi vida, me levanto a las 6:00 am, como una sirena maltratada de las abatidas por las olas del mar atlántico y del caribe. Hay días donde el sol y el agua saturada de sal, no son para nada la combinación perfecta. ¡Hoy! es uno de esos días, mis queridas amigas.




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