Misma sangre

Capítulo 1: Lunes

La habitación se encontraba en silencio, apenas era audible la respiración lenta y acompasada de Mariam, de repente, el silencio fue interrumpido por el sonido de un celular. Mariam despertó abruptamente, a pesar de lo cansada que se encontraba no tardó en responder con alegría, se trataba de Sam, su novio.

Era momento de levantarse, Sam ya la esperaba en el lugar de siempre para ir juntos al colegio. Tenía cerca de media hora para prepararse y llegar a tiempo, saltó de un brinco de la cama, no tuvo tiempo de disfrutar de la ducha y apenas pudo peinar su cabello negro corto. Arregló la corbata de su uniforme y se calzó los zapatos. Este era el último año que utilizaba uniforme.

Bajó con prisa hasta la primera planta donde se encontró con su madre, la cual se veía triste y tenía los ojos ligeramente rojos e hinchados, suponía que era producto de la cotidiana pelea que su madre sostenía con su padrastro.

Con un corto despido y un beso volado salió corriendo, no había desayunado, pero ahora no importaba, debía llegar temprano al colegio y lamentablemente se había quedado dormida. Con prisa recorrió algunas calles hasta que llegó al punto pactado.

Sam se encontraba un tanto impaciente, sin embargo, en cuanto vio a Mariam correr en su dirección, se apresuró a alcanzarla y ayudarla con la pesada mochila, se dieron un fuerte abrazo y tomados de la mano continuaron con el trayecto faltante.

Hace un año que se habían conocido, Sam había ingresado como nuevo estudiante, si bien en un inicio ambos no se soportaban, con el paso del tiempo habían empezado a conocerse y llevarse mejor. Tenían algunas cosas en común y hacia dos semanas que habían empezado a ser formalmente enamorados, aunque nadie lo supiera.

Luego de una tediosa jornada por fin había llegado la hora de almorzar, mientras Sam se dirigía hacia la cafetería, Mariam iba en busca de su mejor amigo, Jhon.

─ Adivina adivinador, ¿quién soy? ─ Preguntó Mariam mientras colocaba sus manos en los ojos de su mejor amigo e imitaba una voz capaz de hacer estallar de risas a cualquiera.

Jhon se encontraba sentado en el inmenso jardín del colegio. Sabía quien era la persona que le hacia esa pregunta. A pesar de lo popular y guapo que era, nunca confundiría las manos de su mejor amiga con la de otras jovencitas.

─ No lo sé. ─ Respondió evasivo, le gustaba jugar, en especial si era con ella.

─ Adivina, adivinador. ¡Vamos hazlo, tú puedes!  

─ Necesito una descripción.

─ Está bien, es la chica más preciosa del colegio, tiene la sonrisa más encantadora y tiene el amigo más tontín, ahora dime ¿Quién es?

─ ¡Mariam! Eso no te lo disculpo. ─ Jhon volteó y empezó a hacerle cosquillas, ambos terminaron acostados en el jardín riendo, a pesar de que trataba de negarlo, bueno, lo había aceptado, Mariam estaba enamorada de él, en realidad, lo había estado. Ahora no había otro que ocupara su corazón más que Sam.

Ambos se levantaron y se dirigieron a la cafetería, la cual se hallaba cerca del jardín. Mariam se hallaba emocionada de presentar a su novio. Era la primera vez que hacia esto. Ni su madre, padrastro o hermana lo sabían.

A pesar de no conocerse mucho la presentación había salido bien. Ahora Mariam se encontraba almorzando cómodamente junto a su novio, Jhon había decidido dejarlos solos. Ella no se preocupaba por él, de antemano sabía que no iba a estar solo. No, siendo el joven más encantador del colegio.

Ambos se conocían desde que eran niños, Jhon era el hijo de uno de los amigos de su padrastro, esa era la única razón por la que no había problemas en salir con él y ser amigos.

La conversación se había centrado en las cualidades de Jhon, Sam y Mariam discutían por la más resaltante, cuando fueron interrumpidos por Marial. La hermana mayor de Mariam, quien en este momento no debería estar ahí.

Ambas se llevaban bien, se querían mucho y odiaban vivir junto a su padrastro.

─ ¿Hermanita? ─ Preguntó Marial, visiblemente sorprendida de ver a su hermana separada de Jhon.

─ ¿Marial? ¿Qué haces aquí? ─ Cuestionó Mariam, también sorprendida de ver a su hermana ahí, Marial debería estar en la universidad.

─ Me extrañaste ¿verdad? ─ Continuó preguntando juguetonamente Marial, quería saber quién era el jovencito que acompañaba a su hermana, no quería tener problemas en casa, si sus padres se llagaban a enterar todo el plan se complicaría.

─ Claro que sí, pero ¿qué haces aquí?

─ Nos enviaron para presentar una charla, veo que estas acompañada, hola, ¿tú eres…?

─ Hola, soy Sam. ─ Sam se presentó y ambos se dieron un pequeño saludo.

─ Un gusto Sam, ¿no me contaste nada hermanita? Hablaremos en cuanto llegues a casa. ─ Mencionó Marial muy seria, sin embargo, Mariam sabía que su hermana no la regañaría, quizás reaccionaría de otra forma. Tal vez se sentiría traicionada o molesta por no haberle dicho nada. ─ Y ¿Jhon?

─ Creo que esta al otro lado de la cafetería.

─ Bien, le daré una sorpresa. ─ Marial recogió sus cosas y se fue a buscar a su mejor amigo. ─ Adiós hermanita, mucho gusto Sam.



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En el texto hay: asesinatos, familia, venganza

Editado: 17.06.2022

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