Misma sangre

Capítulo 7: Domingo

Amaneció como una mañana normal, nada diferente, nada nuevo. Afuera se escuchaba el canto bajo de algunas aves, Mariam despertó mucho más temprano de lo que lo hacía cualquier domingo, se asomó a la ventana y observó que el sol aún no salía, sigilosamente abrió su puerta, anoche su hermana no había bajado a cenar y tampoco había salido en todo el día de su habitación, extrañamente su padrastro no fue a reclamarle ni gritarle.

Con paso silencioso se acercó hasta la puerta de su hermana y tocó la puerta suavemente durante varios minutos, después de no obtener ninguna respuesta trató de abrir el pestillo sin ningún resultado, aún seguía cerrado con seguro por dentro.

Regresó a su habitación y trató de pensar en cualquier cosa diferente a lo que ocurría en su casa, después de unas horas escuchó un poco de ruido exterior y procedió a prepararse para el día, compartió momentos agradables con su madre preparando el desayuno, los cuales al final fueron arruinados por la aparición de su padrastro.

Al momento de sentarse en el comedor, cada uno lo hizo silenciosamente, durante algunos minutos esperaron a que Marial bajara, algo que no sucedió. De repente la tensión empezó a rondar por el lugar, Mariam se levantó y rápidamente se dirigió a la habitación de su hermana, tocó la puerta insistentemente durante largos minutos, sin ninguna respuesta, detrás de ella sintió los pasos de su madre y su padrastro, quienes venían con la llave entre las manos, apresuradamente abrieron la habitación e ingresaron, Marial se encontraba recostada entre el suelo y su cama.

Su habitación era un completo desorden, todo sus objetos estaban regados, parecía el resultado de un desastre natural ocurrido únicamente ahí adentro. Marial parecía dormida, sus manos y su cabeza se encontraban sobre la cama mientras que sus rodillas se apoyaban sobre el piso, tenía todo el cabello desparramado y en sus brazos aún era visible los restos de moretones y golpes. Su padrastro lanzó un grito pidiéndole que se levantará, pero Marial no obedeció, ni dio señales de estar despierta, Mariam empezó a temblar de miedo, mientras que su madre se acerco hasta su hija e intentó despertarla.

─ ¡Marial! ¡Hermana, por favor, despierta! ─ Mariam gritaba completamente alterada.

─ ¡Hija, por favor!

─ Voy a llamar a una ambulancia. ─ Dijo Mariam, y rápidamente trató de salir del caos de la habitación de su hermana para ir por su celular y pedir ayuda.

─ ¡No! ¡Nadie va a llamar a nadie! ¡Esta jovencita está fingiendo! ─ Gritó el padrastro de Mariam totalmente fuera de sí y encolerizado.

─ ¡Papá, mi hermana necesita ayuda!

─ ¡No vas a llamar a nadie!

─ ¡Papá, por favor!

─ ¡Nadie dije! ¡Así que cállate!

Su padrastro salió de la habitación, Mariam regreso junto a su hermana y madre, Marial aún no despertaba, trató de llamarla suavemente, y revisar su pulso y temperatura. De repente, algo la aparto de su hermana, fue arrojada a una de las esquinas al igual que su madre y con sorpresa vio como su padre arrojaba una cubeta de agua con trozos de hielo sobre Marial.

─ ¡Papá! ¡Marial! ─ Mariam se levantó rápidamente y corrió por su hermana. ─ ¿Qué hiciste? ─ Marial empezó a removerse lentamente, Mariam trató de ayudarla, y solo entonces notó que su hermana ardía en fiebre, sus rostro estaba irreconocible, lleno de moretones y cicatrices con los ojos terriblemente hinchados.

─ ¡Hermana! ¡Marial! ¡Despierta por favor!

─ Es…toy…bi…e…e…n. ─ Respondió Marial con la voz rasposa y apenas audible.

─ ¡Levántate Marial!

─ ¡Papá! ¡No! ¡Mi hermana está enferma, debemos llevarla a un hospital!

─ ¡No! ¡Por supuesto que no!

─ ¡Esta ardiendo en fiebre!

─ Es…toy…bi…e…e…n.

─ Pues bien, si tiene que morirse ¡Qué se muera! ─ Gritó con total desprecio el padre de Mariam.

Durante varios minutos Mariam luchó para quedarse junto a su hermana, Marial a pesar de estar afiebrada no quería cerca a su madre, Mariam ayudó a su hermana a recostarse y después de algunas medicinas improvisadas logró que su hermana se quedará dormida, quería asegurarse que ella estaría bien así que no dudo en quedarse con ella todo el día, y seguramente durante una pesadilla o una alucinación su hermana empezó a llorar de forma lastimera, a suaves gritos pedía ayuda, decía que odiaba a todos y quería venganza.



#2501 en Novela contemporánea
#1941 en Detective
#1140 en Novela negra

En el texto hay: asesinatos, familia, venganza

Editado: 17.06.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.