Marial despertó confundida y adolorida, se levantó suavemente de la cama y observó a detalle su habitación, la cual se encontraba impecable excepto porque algunos objetos habían desaparecido, tenía algunos recuerdos de lo que ayer había acontecido, pero eran tan borrosos que creía que eso era parte de un sueño.
Su confusión duró apenas algunos minutos, de repente, el dolor y la tristeza volvieron a acongojarla, las lágrimas no tardaron en ser derramadas, mientras su corazón latía desesperadamente, reparó en la persona que se encontraba cerca a su cama, su hermana, Mariam se encontraba recostada sobre la mesa, en posición incómoda y con una manta que apenas cubría sus piernas. Por un momento, se sintió mal por ella, pero, eso no duro mucho, verla y ver algo que antes no había notado empezó a enviar descargas de ira por todo su cuerpo, ¿cómo había sido tan tonta? De haberlo sabido antes jamás hubiera permitido que sucediera todo aquello. Lo hubiera salvado, no se encontraría sola, lo cuidaría, protegería y amaría como nadie lo había hecho con ella.
Pero no, ahora ella estaba sola, con ese vació en su corazón y con el doloroso recuerdo de no haber podido salvarlo y salvarse a sí misma. Sus ojos derramaban aún más lágrimas y la mezcla de tantos sentimientos también le generaba un terrible dolor de cabeza, observó sus brazos llenos de moretones y volvió a sentir todo ese dolor.
Sin embargo, una sonrisa se dibujo lentamente en sus labios, la vida, las circunstancias, todo había sido cruel con ella, en realidad no todo, había algo bonito, un rayito de luz, pero, no estaba segura de aquello, aún la venganza latía en su corazón.
Ojo por ojo…
[***]
Mariam salió bastante más tranquila de casa, su hermana se había levantado bastante bien, su semblante se veía mucho mejor. Aunque reconocía que se veía ligeramente apagada, y como cada mañana, Marial apenas le dirigió la palabra a su madre.
Sin embargo, cierta alegría empezaba a invadir su corazón, faltaba poco para su cumpleaños y para el día en que iniciarían una nueva vida juntas. Imaginar el futuro era algo realmente motivador, la vida se pintaba bonita y su esperanza crecía cada vez más. Nada podía ir mal, la vida estaba a punto de retribuirles tanto dolor.