Misma sangre

Capítulo 9: Martes

Había amanecido particularmente soleado y una extraña noticia, desde anoche la tenía emocionada.

Mariam no podía creer que su padrastro aceptara otórgales permiso para asistir a una fiesta, era una reunión con jóvenes universitarios, sin embargo, ella también podría ir, Marial se lo había asegurado y ya tenía permiso.

El día fue relativamente corto, apenas terminaron sus clases fue a casa lo más rápido que pudo. En cuanto llegó, encontró a Marial preparándose con cierta alegría y una sonrisa extraña. Mariam no le dio importancia y concluyó que simplemente era la emoción por lo que iba a suceder.

Tardaron algunas horas, entre maquillaje y la elección de unos pocos vestidos. Al finalizar, juntas se dieron el visto bueno. Marial vestía de negro, un color que ocultaba sus moretones y heridas, con guantes y zapatos cerrados. Sin embargo, una preciosa diadema colgaba en su cabello, lo que la hacía centellear a la vista de todos.

Y Mariam, llevaba un vestido blanco, con algunas flores en el cabello, parecía un ángel… la ternura brillaba en sus ojos. Su semblante tan tranquilo y feliz, y animaba a querer conocerla.

Fue a las 5:30 pm que sonó el timbre de la casa. Mariam corrió emocionada a abrirla y se encontró con su mejor amigo. Lucía muy bien.

Jhon durante algunos segundos no logró apartar la mirada de Mariam. Sí, hoy se veía tan preciosa como siempre, pero hoy parecía que había algo más especial. Jhon no tenía idea de lo que sucedía en casa de sus dos adoradas amigas, pero en cuanto su padre le preguntó si podía acompañarlas, no lo dudo. Creía que el mejor amigo de su padre simplemente era estricto y algo desconfiado de que algo pudiera pasarles, tal como su padre lo era con su hermana. No tenía idea…no sospechaba nada.

Nadie tenía idea.

Nadie sospechaba.

Nadie podía salvarla.

No…alguien si podía salvarla…

Subieron juntos al auto y emocionados llegaron hasta el lugar señalado. Desde afuera se sentía el ambiente ligero, una sensación relajante y animosa. La música sonaba a un volumen moderado y muchos jóvenes salían e ingresaban.

Jhon tomó a sus amigas por cada brazo y empezó a caminar con ellas hasta la zona de ingreso. Marial presentó un pase para los tres e ingresaron sin ningún inconveniente.

Entre los tres se habían impuesto algunas reglas.

─ Marial no podía beber demasiado.

─ Jhon y Mariam tenían prohibidas las bebidas alcohólicas.

Esperaban poder divertirse lo máximo que pudieran ya que el permiso de ambas jovencitas era solo hasta las 9:00 pm. Ni un minuto más tarde y ambas lo sabían.

Algunos jóvenes coquetos se acercaron a Marial y la invitaron a bailar. Mariam y Jhon también se ubicaron en una zona no muy llena de la pista y empezaron a bailar, con cierta timidez al principio, hasta que un desconocido los convenció de probar un poco de cierta bebida.

El alcohol tuvo un efecto muy rápido, ya que ambos nunca habían probado.  Sus risas subieron y el ánimo también, empezaron a bailar con más ganas y cuando ambos cayeron en cuenta del ligero mareo que sentían y con un leve recuerdo de las reglas acordadas, decidieron salir a los jardines. El aire frío les permitió respirar. Ambos no dijeron nada durante largos minutos. El lugar era muy bonito, el cielo brillaba y Jhon decidió no callar más.

Lentamente sujeto las manos de su mejor amiga y entre palabras algo practicadas le habló de sus sentimientos. Mariam quedó pasmada, no sabía que responder ante aquello. Suavemente alejó sus manos y se alejó un poco indicándole que aún se sentía mareada. Jhon se detuvo, esperaría por ella todo el tiempo que necesitara.

De las sombras apareció una figura que había escuchado todo. Su corazón latía a velocidad increíble, se sentía herida, pero, era hora de ser valiente y confesar sus sentimientos antes de perderlo por completo.

─ Jhon ¿qué haces aquí?

─ Salimos a tomar aire.

─ ¿Bebiste?

─ Sí, un poco, no te preocupes no nos excedimos.

─ Acordamos que no lo harías.

─ Lo sé.

─ Suenas un poco ofuscado.

─ Estas ligeramente mareada, debe ser tu imaginación.

─ Estoy consciente. No es la primera vez que bebo, así que no trates de engañarme.

─ Nos dejaste solos.

─ Jóvenes insistentes.

─ ¿Te estas divirtiendo?

─ Un poco sí. Jhon…sé que suena tonto y algo loco…o quizá no, pero…

─ ¿Pero?

─ No sé como decirlo.

─ Somos amigos. Tienes toda la confianza de decirme lo que quieras. Y también querida amiga…quiero confesar algo.

─ Jhon, es difícil, pero ¿recuerdas la primera vez que nos conocimos?

─ ¡Claro! Casi derramó todo mi pastel en Mariam.

─ Y lo derramaste sobre mí.

─ Sí, estabas furiosa. Sinceramente, me provocaste escalofríos jaaja.



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En el texto hay: asesinatos, familia, venganza

Editado: 17.06.2022

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