Mister Hartmont

Capitulo 32

Derick...

 

 

Tengo miedo, mucho miedo, la mujer rubia hoy vino muy molesta, dice que alguien ya lleva un mes en coma y no se muere; tengo miedo porque esa persona sea Helen.

Esa mujer es la maldad en persona; están como locos hace una hora, están recogiendo todo, creo que nos iremos de aquí, este lugar al menos me permite escuchar el sonido de los barcos, me hace mantenerme orientado, pensar en Helen, Charles, su boda y lo mucho que extraño a mi papá.

 

 

Charles...

El equipo Swat  se preparan para entrar y en la orden del capitán rompen la puerta y entran a toda velocidad, abrazo a Helena y espero detrás de la patrulla por cualquier eventualidad. 

 

 

12 horas antes...

 

 

Salí del hospital con la furia de mil demonios, un arsenal de seguridad que me hace intocable, llegamos a la mansión repleta de seguridad como nunca debió dejar de estar; aveces Joseph tiene razón, mi seguridad y la de los míos no la puedo seguir poniendo en juego.

Hace casi tres años, sentí la necesidad de libertad, de que no siguieran tantos mis pasos, de respirar, de poder hablar con una persona y que no hayan diez guardias vigilando cada movimiento, reduci la seguridad que me acompañaba y establecí una distancia entre ellos y yo. Fue unos meses antes de conocer a Helena y creo que por eso las cosas fluyeron mas, por eso me vio desde el principio como soy porque no había una ejercito de hombres de trajes que no le permitiera ni tan siquiera ver mi cara.

Nunca debí hacer eso, nunca debí dejar a Helena sin protección. Ella es lo que más amo, Lo que más me importa y permití que le volvieran a hacer daño. Daño por estar conmigo.

Pero ahora, sé quién está causando ese daño. Charlotte está enferma. Es una demente. Nunca pensé que esa tontería de cuando eramos adolescentes llegaría a este extremo, ella es una mujer divina que antes no entendía porque no se había casado o porque terminaba tan rápido sus relaciones, hoy veo que esa razón soy yo.

El equipo está revisando todos los movimientos de Joyce y Charlotte, que justo me acabo de enterar que lleva meses viviendo acá.

Birmingham no es una de sus ciudades favoritas, siempre me dijo que no entendía como me había establecido acá al igual que mi cede principal. Pero está ciudad me gusta, me calma y me recuerda mucho a mi padre y ahora me ha enseñado qué es el amor.

Mi equipo y la Policía le están siguendo la pista a Joyce, ayer se le vio en una casa cerca del puerto, mientras más profundizaron encontraron cámaras de transito que diario lo sitan próximo a a casa.

Espero y obtengamos algo, este es el primer rastro bueno después de tonelada de pistas inservibles.

Pasaron horas hasta que una cámara cercana capto a Charlotte y Joyce juntos en el rango del muelle. Todo a partir de ahí fue una locura, mi equipo, la policía y el equipo Swat estaban listos para entrar en el lugar, Helena esta nerviosa, le sugerí quedarse en la mansión con Locney y Miker pero se negó rotundamente.

La vi atentamente mientras se hacía una cola en el cabello, amo como le quedan, resaltan su figura, que esta ceñida a un jeans azul, camisa roja y botas marrones, uno de los oficiales le ayuda con el chaleco antibalas, bajo mi recelosa mirada, malcandola como mi territorio, mía, mi prometida, mi amiga, mi todo.

Todo fue rápido,el equipo se distribuyo por la ciudad para llegar de diferentes direcciones, bloqueamos las calles cercanas, rodeamos todo el perímetro, tenemos hombres hasta en el techo a la espera de el capitán.

El capitán Stefano dio la señal y el equipo Swat destroza la puerta y entran, en estos momentos es todo incertidumbre, abrazo a Helena mientras reza y esperamos tras una patrulla y rodeados de seguridad por cualquier eventualidad.

No puedo evitar sentirme tan bien abrazándola después de tantos días, aún siendo en está situación.

—DESPEJADO...—Inician a gritar varios agentes.

Helena me suelta y corre hacía la casa gritando —DERICK. DERICK— DEBE ESTAR AQUÍ — se le escucha desesperada. Voy tras ella, entramos a la casa, esta vuelta un alboroto con lo poco que tiene, subimos las escaleras, se dirige directamente a la última puerta del pasillo, es una habitación pequeña, algo oscura, con una pequeña televisión.

—Charles, él estuvo aquí.—Mira todo el lugar—Lo sé.

Mira fijamente al suelo, a lo pocos segundos se hinca, tomando una pequeña medalla en sus manos.

—Esto lo llevaba desde el día que nació — Dice mostrando un dije en forma de corazón y una figura dentro de una madre cargando a su bebé.— Era para recordarle que mi madres siempre estaba con él.

El capitán tomo el dije y pido revisar con lupa cada centímetro del lugar. Helena estar emocionada, estamos cerca y lo sabe, pronto lo recuperaremos.

La saco del lugar para que puedan seguí con la busqueda de pistas que nos den un indicio de donde han ido.

Nos subimos a una de las camionetas e inmediato se pone en marcha con destino a la mansión, las otras dos nos siguen al mismo paso. Ella va abrazada a mi con un fuerte agarre.

--Te amo- le digo al oído dándole un beso en cabeza. 

Escucho sus sollozos y me desespero. Levanto su cabeza para verla a la cara. 

 

Esta llorando, su rostro sin necesidad de que sean muchos minutos ya esta rojo, no me gusta verla llorar, lo detesto, su suficiente con saber que lo hace cada noche.

--No hermosa, no llores. Todo va a estar bien, lo vamos a encontrar lo sabes. - le digo pasando mis manos por su cabello.

--Lo se.-Dice.

-¿Entonces por que lloras hermosa?-Baja la mirada.

-- Lloro porque hoy seria nuestra boda, porque seriamos uno, porque te extraño. Porque te amo.




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