Momento Oportuno

TRES

 

  “Mirá lo que te perdiste, estúpido”, era su última frase.

  “Un estúpido con suerte”, tecleé no muy seguro de cuál era mi intención… 

  OK, estoy mintiendo. 

  Sabía bien cuál era mi intención pero me asustaba admitirla, necesitaba con urgencia un poco de atención femenina y mi nula vida social con pares fuera de la villa, me lo volvía imposible.

  Un cosquilleo desconocido tomó mi estómago por asalto cuando el aparato que había dejado sobre el colchón vibró, despertando cada fibra de mi ser. Antes de leer su respuesta, volví a apreciar la foto que sin querer me había enviado.

  “Patético”, recordé el adjetivo que más se repetía en sus mensajes y que tan bien me quedaba a mí en ese momento. Desganado deslicé mi vista, hasta leer su respuesta.

 

  Ella: 

  ¿Me estás jodiendo, Hermes? 

  De todo lo que escribí, eso es lo único que tenés para decirme. 

  ¡No entiendo en qué momento me fijé en vos!

 

  Yo:

  No te estoy jodiendo. 

  Deberías chequear el número al que estás escribiendo. 

  El que no entiende soy yo ¿Hermes? ¿En serio?   

 

  Ella: 

  ¡Te pido mil disculpas!

  Había eliminado su contacto, a media noche cuando quise volver a escribirle, me equivoqué. 

  Disculpame.

 

  Yo:

  Te disculpo si me explicás cómo te enrollaste con un Hermes, no me dejes con la intriga.

 

  Ella: 

  Por estúpida.

 

  Yo:

  Te veo en la foto y me es imposible asociar tu rostro al adjetivo.

 

  Ella:

  Poco ingenioso de tu parte, digo… querer levantarme cuando sabés que estoy vulnerable.

 

  Yo:

  ¡Ouch! Y yo que pensaba que estaba siendo muy discreto. 

 

  Ella:

  ¿Entonces estás chamuyando conmigo? ¡Sin conocerme!

 

  Yo:

  Se podría decir que te conozco enojada y… con poca ropa.

 

  Ella:

  No te des tanto crédito, te la dejé servida. 

  Ahora entiendo que estoy en desventaja, ni foto de perfil tenés.

 

  Yo:

  Si me querés conocer te invito a cenar.

 

  Ella:

  ¡Qué fe te tenés! ¿Un poco engreído quizás?

 

  Yo:

  En lo absoluto. 

  Tengo la certeza de que peor que tu “Hermes” no soy, con muy poco puedo superarlo.

  ¿Te tirás a la pileta? 

 

  La aplicación de mensajes la delataba, me avisaba que escribía pero sus mensajes no llegaban, estaba dudando y era lógico. Empecé a buscar una excusa que no pudiera rechazar pero finalmente me respondió.

 

  Ella:

  Considerando que ya conocés una de mis peores facetas y así y todo me estás invitando

a cenar, voy a decir que sí, pero decime al menos tu nombre.

 

  Yo:

  Felipe, un gusto 

 

  Ella:

  Felipe es mejor que Hermes, no me quedan dudas.

  Yo soy Valeria.


 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.