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Escribir no se ha dado del todo bien.

Respirar no se me da del todo bien.

Mirar no se me da del todo bien.

Hablar no se me da de lo mas bien.

No se si has escuchado alguna vez la frase “la muerte me sopla en la nuca” así llevo meses. No sabes que tan hundido estás hasta que deseas que todo se acabe. Al final del día, no importó cómo iba vestida cuando mi alma siempre estuvo desnuda. Si yo no fuera capaz de vestirla nadie lo haría. Olvide que las galas son para falsedades de alma, que los cócteles para alimentar el orgullo y la champaña para burbujear las miradas. Cuando sales del evento lo haces cerrando tratos y contratos, yo en este momento cierro mi vida a muchas cosas y mi contrato es un viaje a las fauces de la paz con la muerte de compañía y su capa de cobija.  No podría entender lo que sucede porque en esta vida nada es entendible, siempre buscamos entender y darles sentido a las cosas.  Nacimos sin pedirlo y tenemos fecha de muerte sin saberlo, mi momento ha llegado y con esa frase comprendí que los brazos que sentía en la soledad eran de ella diciendo que estaba esperando por mí. Hoy me desvisto para dar paso a un manto donde el peso de la sociedad no se sentirá más, donde la brisa acariciara sin problema mi piel agrietada. Donde la silueta de mi cuerpo se vuelve magistral.  Se acabaron las miradas de compasión en el espejo la belleza se vuelve superficial y es más importante el descansar en las manos correctas que vivir en las manos que hunden tu vida. Las gotas del roció se vuelven el elixir de una sed interminable. No importa las cremas y tratamientos en el lugar que pasó a morar hay océanos que valen la pena perder el tiempo y la belleza se vuelve secundario.  Su hombro se ha vuelto mi almohada y su cuerpo mi fortaleza. Aquí estoy delante de ella analizando lo que fui y lo que seré. Hoy vi como mi felicidad está en el más allá que en una tierra rota en la cual estoy sola, hoy ser mona se volvió más valioso que ser de porcelana. El vacío en esas muñecas es eterno y yo decido hoy llenarlo con mi amiga la muerte.