Capítulo 28: La perdí por imbécil

La cara de rolf se volvió sería al oírlo que este le acababa de pedir.

–Tu tienes que estar loco si crees que yo te ayudare a hacer algo así–dijo Rolf hacercandose a él.

–Pues entonces espero que te vaya bien buscando a Colín–Jak no se inmutó al ver la ira en los ojos de rolf.

–¿Por que crees que te ayudaría? Ella es la hermana de mi esposa, mel me mataría di hiciera algo así con su hermana. Además de que yo jamás dejaría que hicieras algo así y...

–Deja tus principios a un lado, tu sabes muy bien que Colín quiere dañar a tu familia. Si quieres que eso no pase debes ayudarme con lo que te pido ¿lo harás?–dijo Jak esperando que esté no rechazaría su oferta.

Rolf se pasa la mano por su cabello y mira a Jak maldiciendo–¿Por que la quieres secuestrar y luego casarte con ella? Si mal no recuerdo ella te pidió que te casaras con la madre de tu hijo. Camila jamás aceptará ser tu esposa.

Jak sonríe sentándose de nuevo en la silla–Eso déjamelo a mi, se que dafne esta mintiendo, pienso desenmascararla delante de Camila y cuando lo haga pienso enseñarle a mi querida esposa unas cuantas cosas sobre el deber de confiar en si esposo.

Rolf se sienta cansado de todo–¿La amas o solo es un juego?.

Jak se ríe al oír su pregunta–Si te dijera que si igualmente no me creerías.

–Bien, te ayudaré con tu plan...pero como me engañes juro que te colgaré en la entrada de mi castillo.

–No lo dudo que lo harás, más vale que nos demos prisa,al parecer mi futura esposa se quiere ir muy lejos y tu esposa quiere ayudarla en eso.

Camila abrazada a sí hermana–Estaré bien, tu solo cuídate.

Alexander la ayudó a subir al caballo y se despidió de mel con una inclinación de cabeza. Mel vio como si hermana se alejaba más y más del castillo y en lo hondo de su corazón sintió una tristeza inmensa. Su hermana merecía ser feliz y no pasar por todo ese dolor. Jak oyó que los caballos se hacerca van y les dió a los tres hombres la señal.

–Ni se os ocurra dañar a nadie de los dos, dejadme a la mujer y vosotros podéis ocuparos del otro hombre. Solo quiero que se quede inconsciente–les explicó este con detalle.

–Álex, no tenias por que acompañarme–le sonrió mientras le dijo esto.

–Claro que debo hacerlo, recuerda que soy tu hermano–dijo devolviéndole la sonrisa.

En ese mismo momento los dos hombres salieron de su escondite y apuntaron a Alexander con sus espadas, este baja del caballero rápidamente y Camila tambien.

–¿Que queréis? Más vale que os aportéis o moriréis–les amenazó Alexander sacando su espada.

Los dos se ríen y le atacan, Camila se aparta dando un grito y temiendo que a este le pasara algo.

–¡No! Dejarlo malditos asquerosos–grito asustada.

Camila se quiere hacerse a ellos pero una mano le tapa la boca, esta se remueve asustada. Alexander le da un puñetazo al hombre pelirrojo con toda su furia al ver que otro hombre se estaba llevando a camila.

–¡Suéltala malnacido!–rugió corriendo hacia él con la espada en alto.

Jak le da la señal al pelirrojo y este golpea a Alexander con una piedra en la cabeza, Alexander siente que todo a su alrededor se vuelve negro y se cae al suelo aturdido. Jak sube a Camila al caballo y maldijo al ver a su amigo en ese estado, esperaba que este no quisiera vengarse de el por lo que le acababa de hacer.

–¡Sueltame malnacido! ¡Alexander me necesita!–grito Camila mientras se removía por bajar y ver como estaba Alexander.

Jak dejo a los dos hombres con Alexander para que le llevarán de vuelta al castillo de Rolf, Camila no paro ni un minuto en el camino sin gritar y maldecir. Jak se baja del caballo maldiciendo del dolor de cabeza que tenía.

–¡No pienso bajar!.

Jak la coge de la cintura y la baja bruscamente, este abre la puerta de una patada y la mete dentro.

–Nose quien eres pero yo...soy una mujer casada y...–camila no sabía que inventarse para que ese hombre no la dañara.

–Eres pésima mintiendo, pero puedes seguir intentándolo–dijo Jak sentándose en la silla.

Camila se quedo mirándolo pasmada de la sorpresa, sus piernas temblaron al ver que el hombre que estaba delante de ella era Jak.

–Jak...–esta se sujeta a la primera silla que encuentra al ver que podía caerse en cualquier momento.

–Asi es, mi querida esposa.

Camila sacude la cabeza aturdida, ella había visto como esos hombres atacaban a Alexander y Jak no hizo nada por detenerlos.

–Tú...dejaste que ese hombre golpeara a Alexander sin piedad–dijo apretando los dientes.

Jak de levanta rápido al ver que está se hacerca a él, Camila se lanza sobre él y le empieza a golpear con furia en el pecho.

–¡Lo dejaste ahí tirado, es tu amigo! ¡jak como te odio!–grito maldiciendo a este.

–¡Basta! Deja de comportarte como una cría–dijo agarrándola de las muñecas.