Monstruo o no,te amo(trilogía todo es posible con un deseo#2

Capítulo 30: Eres mía por encima de todo

 

Todos estaban ya sentados en la mesa menos Camila que no se la veía por ningún lado. Jak odiaba admitirlo, pero odiaba no tenerla a su lado. Se disculpo de todos y subió a su nuevo cuarto. Al llegar junto a la puerta se tomó su tiempo para tranquilizarse y poder entrar sin que se enojara.

Al entrar encontró a Camila sentada con la cabeza apoyada en sus rodillas. Odiaba verla a sí, pero el sabía que era la única forma de mantenerla a su lado y enseñarle unas cuantas lecciones. No pensaba ablandarse por verla así de mal.

–¿Que haces ahí sentada,mujer?–hizo todo lo posible por qué su voz sonara indiferente.

Camila ni se molestó en levanta la cabeza y eso no hizo más que enfadar a Jak.

–Las mujeres casadas tienen que estar pendientes de lo que necesitan sus maridos en la mesa y...

Camila aprieta los dientes, ya estaba arta de oírlo hablar como si nada, el no se daba cuenta del daño que le estaba haciendo cuando le hablaba como si nada le hubiera echo. Si el creía que era una mujer débil entonces le demostraría lo mucho que valían las mujeres.

–Tienes razón, soy una inútil por no darme cuenta de que no ago mis obligaciones contigo,vamos no dejemos a los demás esperando–Camila le sujeta del brazo y le arasta hacia el comedor.

Camila aparta la silla para que Jak se siente–Siéntate, querido.

Todos los estaban mirando sin saber lo que pasaba entre los dos. Jak se sienta sonriendo ya que por fin parecía que su mujer parecía aver entendido algo de lo que le dijo.

–No hace falta señora Masi,yo misma le serviré a mi querido esposo–dijo quitándole el plato de la mano.

Esta le lleno el plato con un poco de sopa, se hacerco a el. Al parar  junto a el, le dirigió su mejor sonrisa y dejó caer el plato encima de él.

–¡Maldita mujer! Me has quemado–rugió Jak de la furia al ver lo que está había echo.

–Oh, perdón. No fue mi intención–dijo esta llevándose la una mano a la boca haciéndose la sorprendida y para tapar la sonrisa que asoma en sus labios.

Pero no le sirvió ya que este vio esa sonrisa, dio un puñetazo en la mesa y la sujeta del brazo sacudiondola.

–¡¡Maldita seas, lo hiciste aposta!!–dijo sacudiondola del brazo.

Mel quiso entrometerse, pero Rolf se lo impidió cogiéndola de la mano.

–¿Que creíste? Creíste que tu estarías sentado, mientras yo te serviría como una esclava ¡¡yo no soy un trapo que puedas pisar cuando quieras!!.

–¡Bien! ¡pues prepararte, te haré pagar esto!.

–¡Puedes hacer lo que quieras, por mi que te pudras en el infierno!–dijo dándole un puñetazo en el pecho.

–Ahora que lo recuerdo, no tuvimos nuestra luna de miel ¿que te parece tenerla ahora? Que digo, no me hace falta tu permiso, es que la vamos a tener ahora–dijo apretándola a su cuerpo.

–¿Como...?–la cara de Camila palideció al oír lo que este está diciendo.

Jak no le dio una respuesta, directamente la levantó como un saco de harina y salió con ella en dirección a su habitación.

–¡Rolf! ¿no vas a hacer nada?  Ese cabrón  ara daño a mi hermana–grito mel asustada.

Rolf sonríe–Creo que lo último que hará él es dañarla esta noche.

Jak abrió la puerta de un portazo y adentrándose  tiro a Camila en la amplia cama. Esta se quedó mirandolo con miedo, ella sabía que quizá se había pasado al hablarme así delante de toda la gente, su una cosa sabía de los hombres de ese siglo, es que eran muy orgullosos. Vio como este dejaba su espada y empezaba a desvestirse y ahí es donde se dio cuenta de que este iba enserio.

–Jak...esto...se que quizá me aya pasado pero...–intento pedirle de qie se calmara, pero la verdad era que ella estaba más nerviosa que él.

–Ahora intentas hablarme, creí que lo único que sabías hacer es gritarme y humillarme delate de todos–masculló furioso hacercandose a ella.

Ella dio un paso atrás sonriendo a medias–Si con humillar te refieres a que defienda mi posición como mujere, déjame decirte que estás  equivocado. Por dios no porque seas mi marido signifique que me mandes.

Jak suspira poniendo sus manos en las caderas–Me da igual lo que digas, eres mi mujer y te haré respetarme.

Camila se pone tras una silla negando con la cabeza–¡Estas como una cabra!.

Jak intenta cogerla pero esta escala de él–¡Deja de hablarme en ese lenguaje que no entiendo!.

–¡Es español y es mi idioma, imbécil!–dijo sacándole el dedo y poniendose detrás de otra silla.

–Me da igual que idioma sea ¡no hagas eso de nuevo!! Y más vale que dejes de escapar o...

–¿O que? Acaso me pegaras como bestia que eres–la verdad es que le empezaba a gustar enojar a Jak, pero también sabía que hacerlo no le traería más que problemas.

Jak se lanza sobre ella y justamente cuando está quería cambiar de sitio, la suejta de la cintura y la alza en el aire. Este oyó como ésta gritaba y le maldecía.



#44238 en Novela romántica
#29092 en Otros
#1975 en Novela histórica

En el texto hay: viajeeneltiempo, romance, peligros

Editado: 23.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.