Mundos contiguos

¿Por qué?

Respiraba agitadamente, sintiendo las miradas de las personas a su paso.

Se asustó a l ver a dos hombres besarse, alejandose de las personas que se le acercaban.

Miraba a los edificios, similares al de donde ella vivía. Caminaba sin rumbo aparente, quedandose en un parque que queda ahí.

-¿Iras donde los Thomson?.

Alzó la vista al escuchar su apellido, levantandose de la banca en que se sentó y perseguirlos.

Los siguió hasta una casa, se acercó de prisa al verlos entrar. Miró con cuidado la casa, tocando la puerta. No esperó mucho cuando lo hicierón.

-Hola.

Parpadeó varias veces, al ver que una niña fue la que le abrió.

-¿Aquí vive la señora Kristal?.

Cerraron la puerta de golpe; se escuchaban los pasos detrás de esta.

Ella iba a tocar nuevamente, cuando de esta salió una señora y detrás suyo la misma niña de antes.

-¿Me buscaba?.

Se quedó callada; no era ella, no era su madre.

-Lo siento, cre...creo que me equivoqué de lugar, disculpe.

Se alejó, no mirando atrás, dejando de lado que esa casa, se parecia tanto a la suya; deteniendose en el mismo parque que antes.

-¿Donde estoy?.

Pasó su mano por los ojos, tratando de no llorar; salió de ese lugar.

-Lo siento.

-No se preocupe.

Desde que llegó a ese lugar tan extraño, las calamidades iban de una tras de otra; no sabiendo como reaccionar, solo que le molestó ver la mancha de café en su vestido floreado.

-Tenga, limpiece.

Cogió el pañuelo que le tendia.

-¿Tiene frío?.

Respingó, no pensó que se iba a dar cuenta.

-Le presto mi abrigo.

No tuvo obción de negarse, cuando él ya lo había puesto encima de sus hombros.

-Nuevamente lo siento. Espero que con esto pueda perdonarme por manchar su.....su vestido.

-Gracias.

Alzó la mirada para sonreirle, pero no había nadie ahí, solo las personas que caminaban con rumbo fijo.

-Rumbo fijo- susurró.

Se miró por las vitrinas y comporando como su vestido no se asemejaba en nada a las de las mujeres que pasaban.

-Los festejos están comenzando para dar la bienvenida al año 2016. Quedando pocas horas.

-¿2016?. Disculpe.

Detuvo a una muchacha que pasaba.

-¿Me puede decir en que año estamos?.

-2015, vamos para el 2016.

Ahora ella lo entendía; el por qué de las miradas de las personas, el cambio de los edificios y de su casa; ya no estaba los lugares de su niñez.

-¿Y ahora que hago?.

Lo perdió, perdió a sus amigos, a sus familiares, a sus padres.

-Ya no voy a poder verlos.

Comenzó a llorar; no entendía muy bien que es lo que ella hacía allí, llamando la atención de la muchacha.

-¿Se siente bien?, ¿le duele algo?.

-¡No!.

Corrió con todas sus fuerzas, llegando hasta una iglesia, intentó abrir la puerta pero no pudo. Decidiendo quedarse ahí hasta la mañana siguiente, acobijandose con el abrigo que le dieron.

 

 




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