Mundos Diferentes

CAPÍTULO 2- ¡PESADO A LA VISTA!

POV JESS

A la mañana siguiente me desperté y vi que mi madre me había dejado dinero en la mesilla, era bastante por lo que decidí coger solamente la mitad. Me vestí, cogí el dinero, la cartera, la maleta y me dispuse a ir al instituto como siempre lo hacía. Hoy tenía que encontrar a Dylan para que me devolviera los apuntes que se me olvidaron en su coche, era importante que los recuperase, mi nota en el examen dependía enormemente de ello. A primera hora no vino a historia, me empecé a preocupar y entonces pensé en que era probable que no los volvería a ver nunca más. Al salir de la clase, ya en el pasillo, me percaté de que Dylan estaba fuera hablando con Philip. Al rato, Philip se despidió de Dylan y fue entonces cuando aproveché para acercarme y hablar con él.

-Hola, ayer se me olvidó los apuntes de física en tu coche, ¿podrías devolvérmelos? –Dije educadamente.

-Hola Jess, te estaba esperando. –Dijo entusiasmado. No me esperaba aquellas palabras.

-Mmm, necesito que me los devuelvas, tengo que estudiármelos para el examen de la semana que viene. . insistí como una estúpida. ¿Qué pensaba que iba a hacer con ellos? Seguramente no les servirían para nada, ni que fueran a estudiar.

-Claro, pero antes me gustaría decirte una cosa. -su expresión cambió por completo, cosa que captó mi atención más de la cuenta.

-Dime. –Dije relamente intrigada por lo que tenía que decirme.

-Si querías volver a verme, no hacía falta que te dejaras los apuntes en mi coche, simplemente podrías haberme dicho que querías contar con mi presencia de nuevo. –Dijo en tono burlón. Voltée los ojos, y realmente me di cuenta de lo tonta que había sido al esperar algo de seriedad por su parte.

-¿Perdona? –Dije mientras me crucaba de brazos.

Se rio y me puso la mano en el hombro.

-Es broma Jess, acompáñame al coche y tendrás tus apuntes. -concluyó.

Por un segundo me había puesto nerviosa. Sus ojos eran preciosos y cada vez que me miraban sentía que me quedaba inmóvil. Una vez en los aparcamientos, cogió los apuntes y se dispuso a dármelos cuando de repente noté su mano en mi mano y su mirada fija en mí.

-Espero volver a toparme contigo. -dijo confiado. Como si quisiese volver a verle.

No dije nada, cogí los apuntes, le sonreí por educación y me largué del aparcamiento lo más rápido que pude. De alguna manera me había gustado ese comentario, pero mi naturaleza me impedía ser justa conmigo misma.

Al acabar las clases por fin, me dirigía a casa cuando alguien se interpuso en mi camino.

-Hola Jess. –Dijo Peter en un tono melancólico.

Peter era mi ex. No sé cómo pude salir con él y la verdad es que ser el hermano de Diana no ayudaba mucho. Peter es alto, con ojos azules, capitán el equipo de baloncesto, bastante atractivo pero por muy guapo que fuera, no me gustaba sus ansias de controlarlo todo, incluso a mí. Por esa razón corté con él.

-Peter, ¿qué quieres? -dije algo molesta. 

-A ti. –Dijo mientras me cogía de la cintura y me apoyaba en la taquilla. Estaba muy cerca.

-Suéltame Peter, no tengo ganas de aguantarte. –Dije mientras le quitaba sus manos de mi cintura.

-Te echo de menos. -respondió.

-Suéltame. –Le repetí.

Peter estaba a punto de besarme cuando apareció alguien de la nada y lo apartó de un empujón. Le empujó tan fuerte que Peter casi se cae al suelo.

-Ha dicho que la sueltes. –Dijo Dylan enfadado.

-Vamos tío, ¿no puedo estar con mi chica sin que me molesten? Vamos, lárgate.

-No soy tu chica Peter, te recuerdo que ya no estamos juntos.

-Lo serás de nuevo. –Dijo Peter guiñándome un ojo, acto seguido, se fue.

-¿Estás bien? –Dijo Dylan preocupado.

-Sí, es así de imbécil, déjalo estar.

-No tienes porqué aguantarle, es más, no quiero que te vuelva a molestar asique no te preocupes, porque me encargaré de que no se acerque más –Dijo mientras me cogía las manos.

La verdad es que no me esperaba que Dylan me defendiera y debo reconocer que cuando me cogió las manos las piernas me empezaron a temblar.

-Vamos, te llevo a casa. –Dijo con un tono tranquilizador.

De camino a mi casa, Dylan se mostró poco hablador, quizás no sabía qué decir, o simplemente no quería dirigirme la palabra. Me gustaba mirarle de reojo cuando conducía, su pelo se despeinaba más y más por culpa de la ventanilla que estaba abierta ya que se acercaba el verano y hacía muchísimo calor como para mantenerla cerrada. Cuando llegamos, paró el coche justo en la puerta de mi casa y me miró fijamente.

-Gracias por traerme Dylan.

-No hay de qué, me alegra haberme topado otra vez contigo. –Sonrió.

-Mañana nos vemos en el instituto supongo. –Dije mientras abría la puerta.

-Estoy deseando. –Dijo entusiasmado.

Salí del coche y mientras abría  la puerta de mi casa, oí el coche arrancando. Ya iban dos veces que me había acercado a casa, pero la verdad es que me resultó agradable.




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