Mundos Diferentes

CAPÍTULO 9- LA LLAMADA

POV JESS

No puede ser verdad lo que me dijo Jacob… Espero que Dylan no me haya puesto en evidencia de esa forma y menos inventándose la realidad a su antojo.

Fui corriendo e intenté perseguir a Dylan pero fue imposible, corría más rápido que yo, asi es que llamaría a Liz mañana por la mañana para que me consiguiera el número de Dylan.

A la mañana siguiente llamé a Liz, debía pedirle un favor enorme.

-Hola Liz, necesito un favor. –Dije mientras no para quieta, andando nerviosa por mi habitación.

-¡Claro, dime! –Dijo en tono colaborador.

-Necesito el número de Dylan. -dije rápidamente.

-¿Y eso? ¿No dijiste que no querías saber nada más de él? –Dijo extrañada.

-Es cierto, pero necesito hablar con él sobre un tema. -aclaré.

-Vale, espera que lo busque, creo recordar que lo tengo apuntado por algún sitio. -dijo Liz mientras buscaba en sus contactos.

-De acuerdo. -esperé intranquila a que lo encontrase.

-¡Aquí está! Te lo paso por mensaje para que se te guarde directamente en los contactos.

-¡Gracias Liz! –Dije agradecida.

Me dispuse a llamar al número que me había dado Liz cuando repente me sonó el móvil y lo cogí.

-Hola Jess, ¿cómo estás? –Dijo Jacob que parecía estar bastante contento hoy.

-Hola Jacob, bien, ¿y tú? -respondí.

-Genial, me alegro de que estés bien, me dejaste ayer muy preocupado.

-Perdona por lo de ayer, yo…-dije antes de ser interrumpida.

-No pasa nada, lo entiendo. –Dijo en tono comprensivo.

-Gracias Jacob, gracias por entenderme. –Dije un poco más aliviada.

Hablamos un rato más pero se tuvo que ir asi es que aproveché para llamar a Dylan. Después de que hicieran varios tonos de llamadas, casi me iba a dar por vencida cuando Dylan contestó.

-¿Sí? –Dijo extrañado.

-Dylan, soy Jess, tenemos que hablar. –Dije un poco cabreada.

-No podías estar sin hablarme mucho tiempo ¿no? –Dijo en tono burlón.

-Cállate y escucha. –Dije enfadada.

-¡A la orden! –Respondió en tono burlón.

-A las 5 en el parque. -dije sin más.

-¿Qué pasa? ¿Quieres repetir lo del otro día? Por mí encantado. –Dijo en tono gracioso.

-¡Serás imbécil! ¡No! Solo quiero hablar. –Dije aún más enfadada.

-Vale fiera, allí estaré. -terminó por decir Dylan.

Colgué y me vestí ya que estaba en pijama desde que me levanté.

Llegué al parque mucho antes de la hora y sólo me quedaba esperar. Había mucha gente aprovechando el buen tiempo que estaba haciendo y muchos niños parecían no cansarse de jugar todo el tiempo. Vi llegar a Dylan, iba con una camiseta blanca de mangas cortas que dejaba a la vista sus brazos definidos y su piel morena. Se paró junto a mí y dijo:

-Hola guapa. –Me sonrió.

-Iré al grano, ¿has dicho alguna mentira sobre mí últimamente? -pregunté cruzándome de brazos.

-¿Qué? ¿Mentiras? –Respondió extrañado.

-Sí, mentiras, ¿has dicho alguna sobre mí o de lo que pasó o no? –Insistí.

-No, ¿para qué iba a mentir sobre ti o de lo que pasó? -preguntó con expresión seria.

-Creo que mientes. –Dije decidida.

-¿Ah sí? ¿Y cómo estás tan segura? –Sonrió.

-Deja de sonreír, esto no tiene ninguna gracia, ¿sabes? –Dije enfadada.

Se acercó a mí, me cogió del mentón e hizo que le mirara fijamente a los ojos. En ese momento me paralicé y sólo pude mirarle a los ojos.

-Mírame, ¿crees que sería capaz de decir una mentira sobre ti o de lo que pasó? –Dijo sin dejar de mirarme fijamente.

Me quedé pensativa un rato. Dylan parecía estar tan tranquilo y tan seguro de sí mismo que empecé a pensar que podría estar diciendo la verdad.

-Te creo. –Dije al fin.

-Haces bien, yo no he dicho nada de ti que sea malo. Añadió seguro de sí mismo.

Esas palabras me hicieron pensar, ¿acaso habría dicho algo de mí… bueno? No pude evitar pensar en esa posibilidad.

-Bueno, ya que estamos en el parque, ¿quieres ir a dar una vuelta conmigo? Hace un día precioso –Preguntó.

-No, tengo que irme, lo siento. –en ese momento quise darle la espalda e irme pero justo antes fui interrumpida.

Antes de darme la vuelta para irme, me cogió ligeramente del brazo y añadió:

-Como quieras, nos vemos en clase señorita Bennett. –Me guiñó el ojo y dejó que me fuera.

Creía a Dylan pero entonces, ¿por qué Jacob me había dicho eso? Nada de esto tenía sentido, hablaría con Jacob porque seguro que habría sido un error.




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