Mundos Diferentes

CAPÍTULO 14- ¿UN POCO DE LIMONADA?

POV JESS

El mes que quedaba para acabar el curso se hizo bastante largo. Todos los alumnos estábamos preparados para la graduación sobretodo Liz, que estaba loca de contenta porque podría lucir el modelito que le había regalado Philip. He de decir que para ser un chico tenía unos gustos exquisitos. Yo me había pasado todo este mes estudiando con Jacob ya que había algunas asignaturas que le costaban bastante, pero al final aprobamos todas sin dificultad.

Hoy no había hecho ningún plan porque mi madre me dijo que tenía que ayudarla a limpiar la casa. Mi madre no podía sola y encima mi padre no nos podía ayudar, ya que estaba trabajando, asique decidimos arréglanoslas solas.

Después de terminar mi madre me dijo de ir a dar un paseo y tomar un helado para que así nos relajáramos después de estar limpiando toda la mañana. Íbamos a estar solas hasta la noche asique acepté.

-A ver si adivino, ¿Chocolate y limón? –Dijo mi madre sonriéndome.

-¡Ya lo sabes mamá! –Dije devolviéndole la sonrisa.

Justo al salir de la heladería nos topamos con Jacob, ¡Qué casualidad!

-¡Jess! –Dijo Jacob con tono alegre al verme.

-Mamá, este es Jacob, hemos estado estudiando juntos para los exámenes finales. –Dije mientras me ponía colorada.

-Encantada Jacob. –Dijo mi madre mientras le dedicaba una sonrisa.

-El gusto es mío señora Bennett. –Dijo Jacob con un tono encantador.

-Bueno, tendrás prisa y nosotras aquí entreteniéndote. –Reí nerviosamente.

-La verdad es que no, tenía calor y decidí dar una vuelta. Luego pensé en tomarme un helado y justo nos hemos visto. –Dijo mientras se quitaba el sudor de la frente.

-Nosotras ya nos íbamos, ¿te apetece ir a casa y tomarte una limonada? La hizo ayer Jess. –Dijo mi madre mostrándose muy encantadora, más que de costumbre.

-Pues si no es molestia, ¡me encantaría! –Dijo Jacob mientras sonreía.

Nos fuimos los tres a mi casa y mientras mi madre nos ponía un vaso de limonada en la cocina Jacob y yo nos sentamos en el sofá.

-Muy amable tu madre. –Dijo Jacob mirándome muy fijamente.

-Sí, es encantadora. –Dije un poco nerviosa por tener su mirada clavada en mí.

-Tú también eres encantadora. –Añadió mientras me sonreía.

En ese momento llegó mi madre.

-Aquí tenéis. –Dijo mi madre poniendo las limonadas sobre la mesa.

-Ahora vuelvo Jess, la señora Wilson necesita que le ayude con el jardín.

-Vale mamá. –Dije mientras ella se iba por la puerta.

-¿Quieres ver la TV? –Dije sin pensar.

-Vale.  –Dijo mirándome fijamente.

Estuvimos viendo la TV un buen raro. Mi madre estaba tardando mucho, y no es que no quisiera estar a solas con Jacob, es solo que Jacob me ponía nerviosa y cada segundo que pasaba con él me hacía sentir indefensa. Quizás esté exagerando pero bueno, es posible que eso fuera lo que me gustara de él, además de ser un chico muy dulce.

En ese momento el brazo de Jacob pareció moverse, depositándolo en mi hombro. Le miré de reojo pero no se dio cuenta de que lo hice o al menos eso pensaba yo.

-¿Te molesta que mi brazo…? –Jacob no pudo terminar la frase.

-No, puedes dejarlo. –Le interrumpí.

Jacob me sonrió y detuvo su mirada en mis labios. Parecía ser una típica escena de beso de cualquier película adolescente. Entonces Jacob se inclinó un poco hacia mí. Eso era beso seguro. En ese momento oímos las llaves abriendo la puerta. Yo me aparté corriendo de Jacob, incluso me levanté del sofá. No sé por qué hice eso pero lo hice.

-Dios mío, la señora Wilson tiene un jardín bastante grande, normal que no pueda encargarse ella sola. –Dijo mi madre que parecía bastante cansada.

-Imagino. –Dije con tono nervioso.

-Jacob, ¿te gustaría quedarte a cenar? Hoy tenemos bistec. –Dijo mi madre con tono alegre.

-¡Me encantaría! –Dijo Jacob sonriéndole.

-Muy bien. –Respondió mi madre, acto seguido se fue a la cocina. Ya era casi la hora de cenar asique iba a dejar todo listo para cuando llegara mi padre.

-No tienes por qué quedarte si no quieres, no es obligación. –Dije mientras me volvía a sentar.

-No es para mí una obligación, realmente me gustaría quedarme, además, así podré estar más tiempo contigo. –Dijo mientras me cogía de la mano.

Yo me puse roja a niveles que ni yo misma sabía que existían.

-Jess, ¿me podrías indicar el baño? –Dijo Jacob cambiando de tema.

-Tenemos uno aquí en la planta baja pero me temo que no funciona por lo que tendrás que… -Me detuve al ver que Jacob estaba mirándome como si fuese una loca de las descripciones. Quizás estuviera alargándome demasiado para indicarle solamente donde estaba el baño.

-Te acompaño mejor. –Dije al fin haciendo así que Jacob soltara una carcajada.




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