Mundos Diferentes

CAPÍTULO 17- “PAPÁ”

POV DYLAN

Ahí estaba yo en el almacén 209 a las 2 de la mañana y no, no había nadie. Esperé dentro del coche hasta que un hombre alto y musculoso se apoyó en la puerta del almacén. Decidí bajar del coche y acercarme a pesar de que ese hombre me diera bastante miedo.

-Hola… soy Dylan, mi padrastro me dijo…-Dije antes de que me interrumpiera.

-Sé quién eres, te estaba esperando. –Dijo con voz ronca. En ese momento tragué saliva.

-Entra en el almacén coge el cargamento y llévalo al punto de encuentro. –Añadió. Me miraba sin pestañear casi y eso me puse más nervioso todavía.

-¿Dónde se supone que tengo que ir? ¿Cuál es el punto de encuentro? –Dije aún más nervioso.

-Toma. –Me dio un papel con la ubicación. Lo tomé en mi mano.

Entré en el almacén y tal y como lo había descrito, ahí estaba el cargamento. Salí de allí con todo y me dirigí al destino. Al terminar fui directo a casa y al no haber señales de vida de mi padrastro, me encerré en mi habitación, para poder descansar al fin. Hoy había sido un poco duro sobrellevar todo aquello. 

 

POV JESS

Al día siguiente llamé a Jacob para tomar algo. Me apetecía salir y divertirme un rato. 

-Hola Jacob, ¿te apetece salir a tomar algo? –Dije con tono alegre.

-¡Por supuesto! –Dijo entusiasmado.

-Me paso por tu casa a las 5. –Añadió.

-Muy bien. –Dije decidida.

Una vez juntos Jacob se tocó los bolsillos en busca de algo que parecía no encontrar. 

-Jess, tengo que ir a mi casa, se me olvidó la cartera. –Dijo un tanto preocupado.

-De acuerdo, vamos. –Dije mientras le cogía de la mano.

Al llegar a su casa, su madre se levantó del sofá y fue a recibirnos. Pude ver que estaba viendo algo en la televisión, pero no distinguí el qué.

-¡Hola Jess! –Dijo con una sonrisa en la cara.

-Buenas tardes señora Collins. –Dije devolviéndole una sonrisa.

-Oh vamos, llámame Emma. –Dijo mientras me tocaba el hombro.

Jacob subió lo más rápido posible las escaleras, parecía tener prisa.

-Y bueno, te quedas a cenar ¿no? La cena es a las 9, espero que te guste la pizza. –Dijo un poco intrigada.

-¡Me encanta! –Le respondí.

-Vamos Jess, ya tengo la cartera. –Dijo Jacob que parecía tener bastante prisa por irse de allí.

-Hijo, he invitado a Jess a cenar, no quiero que se pierda las maravillosas pizzas que haces. -dijo su madre que portaba una gran sonrisa en su rostro.

A Jacob se le cambió la cara, por unos segundos pensé que iba a echarle la bronca a su madre por haberme invitado pero de repente sonrió y dijo:

-Me parece genial mamá- Dijo mientras nos sonreía a las dos.

Después de dar una vuelta por el pueblo, volvimos a casa de Jacob.

-Jacob, necesito ir al baño, ¿podrías decirme dónde está? –Le dije.

-Arriba, la segunda puerta a la izquierda. –Dijo mientras cogía los ingredientes para las pizzas.

Subí las escaleras y entré en el baño. Me dispuse a lavarme las manos y al poner el anillo encima de la repisa se me resbaló y cayó al suelo. Definitivamente, hoy no era mi día. Al agacharme para recogerlo, vi una especie de cajita debajo del mueble del baño. La cajita parecía antigua y estaba ligeramente abierta, se podía ver parte de lo que había dentro y lo que había parecía ser un álbum de foto. ¿Por qué estaba allí? Si eran fotos, tendrían que tener algún valor sentimental, ¿por qué tenerlas debajo de un mueble cogiendo polvo? Por curiosa decidí cogerla y echarle un vistazo. Me fijé que había fotos antiguas de Jacob y su madre, pero me asombré al ver una donde aparecía un hombre cuya cabeza estaba rodeada por un círculo rojo y una flecha que apuntaba a una palabra: “Papá”. ¿Era el padre de Jacob? Eso parecía.

Bajé y fui a la cocina pero Jacob ya no estaba allí.

-A Jacob le han llamado por teléfono, estará en su habitación. –Dijo su madre.

-Oh, vale, le esperamos entonces. –Dije con tono calmado.

Fuimos al salón y nos sentamos en el sofá. Empecé a observar fotos que tenía la madre de Jacob en las estanterías y alrededor de la televisión pero no había ninguna donde saliera el hombre que había visto en la foto del álbum. Me extrañé.

-Bonitas fotos. –Sonreí.

-Me encanta recordar cuando mi hijo era pequeño. –Dijo con tono melancólico.

-En casi todas salís vosotros dos…bueno, la verdad es que Jacob no me ha hablado nunca de su padre. –Dije lo más delicadamente posible.

Jacob apareció de repente. La madre se quedó callada pero al final Jacob pronunció palabra.

-¡Es hora de cenar! –Sonrió.




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