Mundos Diferentes

CAPÍTULO 21- ¡PILLADOS!

Entramos en su casa y al parecer su madre no estaba.

Subimos las escaleras y nos dirigimos a la habitación. Al llegar a su habitación cerró la puerta. Mis piernas temblaban tanto que pensaban que me iba a desmayar. Había entrado en la boca del lobo y debía pensar cómo salir. 

-Jess, no soy lo que tú piensas. –Dijo acercándose a mí. Intentaba ablandarme, pero creía tan poco en sus palabras que simplemente le miré impasible.

No dije nada, ¿qué iba a decirle? ni siquiera sabía por qué dejé que me trajera aquí. Lo que sí tenía claro es que no podía sospechar nada. Debía permanecer entera, sin alterarme o la todo fracasaría, todo se iría al traste en cuestión de segundos.

-Te he traído a mi casa porque necesitaba estar contigo un rato. –Dijo acariciándome la cara. Intentaba tratarme como siempre lo había hecho para que no qusiera irme. Intentaba no hacer ningún movimiento brusco, lo intenté con todas mis fuerzas.

-Podríamos haber hablado en otro lugar, ¿no crees? –Dije con tono calmado a pesar de que Jacob me estaba dando bastante mal rollo, incluso miedo podría decir. El sonrió y me miró con dulzura, o al menos, lo fingía bastante bien.

-Pensé que aquí estaríamos más tranquilos. –Se acercó tanto que casi rozaba mis labios con los suyos. Pude sentir su respiración incontrolada. Me apoyó ligeramente contra la pared haciendo que su cuerpo rozara el mío. Me acarició mis manos y se me quedó mirando a los ojos de forma muy efusiva. En ese momento no pude controlar más mi desagrado ante esa situación y actué inconscientemente.

-¡Aléjate Jacob! –Dije con voz seria. Lo intenté apartar, pero se resistió.

-Necesito besarte una vez más, me lo debes. –Rozó sus labios con los míos.

-Quizás debas relajarte un poco, ¿no crees? Estabamos solos, nadie nos molestará. –Pasó su mano por debajo de mi camiseta. Un escalofrío surgió por todo mi cuerpo.

-¿Qué haces? –Dije paralizada.

-Sé que estás deseando que te bese…-Dijo mientras me echaba a un lado el pelo del cuello. No aguantaba más, debía salir de allí lo antes posible. Todo esto se me había salido de las manos y era hora de que lo hiciera parar.

Le di un empujón tan fuerte que se golpeó con la puerta del armario. Hizo un gesto de dolor, pero no le impidió perseguirme escaleras abajo cuando vio que huía de aquella habitación.

Abrí la puerta y bajé lo más rápido que pude las escaleras, pero Jacob al ser más rápido que yo, me cogió y me tiró al suelo poniéndose encima de mí para que no pudiera salir a la calle. Me golpeé fuerte en la cabeza, pero no al punto de desmayarme, menos mal.

-¿Te crees muy lista Jess? ¿Te crees que vas a poner escapar de mí? Lo estabamos pasando bien, no entiendo tu comportamiento –Dijo de bastante alterado. Sinceramente temía por mi vida en ese momento.

-Sueltame Jacob, deja que me vaya. -respondí con voz temblorosa. Sabía que no me dejaría ir, pero de todas formas lo tenía que intentar.

-Ni hablar Jess! -dijo mientras me miraba con cierto aire malicioso.

Me cogió y me lanzó bruscamente al sofá, y antes de que pudiera hacerme más daño, en ese momento fue cuando derribaron la puerta, los agentes entraron y detuvieron a Jacob. Uno de ellos me ayudó a incorporarme y a atenderme, tenía un dolor horrible en la cabeza fruto del golpe, y que por la adrenalina del momento no me pareció tan grave. Un agente me avisó de que la dependienta de la tienda vio y escuchó todo lo que pasó y que fue ella la que alertó a la policía. Gracias al Chip localizador que instalaron en mi móvil supieron dónde encontrarme, de lo contratio, no sabía que sería de mí.

Jacob acabó confesando todo, informando de que llamó a su padre para que escapara, hecho que facilitó la captura de éste. Iba rumbo al aeropuerto donde cogería un avión hace otro país, para ya nunca volver a aparecer. La madre de Jacob, con nuestra ayuda, denunció los abusos que sufría por su ex marido, padre de su hijo Jacob por no querer colaborar con ellos aparte de la extrema intimidación que sufría de su propio hijo para que no fuera a la policía y los denunciara. Dylan pudo librarse de los cargos al cometer un delito estando coaccionado por su padrastro y todo ello fue gracias a su colaboración con la policía.




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