Mundos Diferentes

CAPÍTULO 26- UNA NOCHE PARA RECORDAR

POV DYLAN

-Sólo digo que tu madre puse ser más amable conmigo, eso es todo. -dije algo molesto.

-Pero si mi madre es lo más amable que hay en el mundo… -contestó igual o más molesta que yo.

-No sé, tengo la impresión que no le gusté. Siento como si ella me tuviera que dar el visto bueno para estar contigo, con su hija. -dije aún más molesto.

-¡Como puedes decir eso! Con lo bien que te ha tratado. -dijo Melissa mientras se sentaba en una silla.

-No es lo que yo pienso. -dije al fin.

-Pues si no piensas eso, deberías irte. -dijo Melissa muy alterada. En ese momento no pude creer lo que estaba oyendo. No quise discutir más y decidí irme para que me diera el aire. No podía creer lo ciega que estaba. ¿Cómo no veía que su madre la tenía totalmente manipulada?

Fui andando por la calle y caí en la cuenta de que la persona que mejor me conocía podía ayudarme en ese momento y esa persona era Jess. Su casa no estaba lejos de donde me encontraba así que, ¿por qué no ir a visitarla un rato? Cuando estuve en su puerta decidí tocar el timbre ya que, si daba toques en su puerta, era probable que no lo escuchara.

-H-hola. -me abrió el chico con el que cenamos la otra noche.

-Hola, soy… -fui interrumpido.

-Sí claro, Dylan. -me ofreció la mano. Acto seguido Jess apareció por atrás.

-Dylan. -dijo algo seca.

-Jess, pasaba por aquí y bueno lo cierto es que venía a verte. -dije aun sorprendido por ver a ese chico. Jess me ofreció entrar y fue entontes cuando me percaté de que Philip y Liz también estaban allí. Quizás era una cita en pareja y yo lo estaba estropeando. Vi que Jess entró en la cocina sola y es cuando decidí seguirla.

-Jess, lo cierto es que me gustaría hablar contigo de algo. -admití.

-Claro, vamos arriba. -dijo con voz dulce. Subimos arriba y nos sentamos en los pies de su cama.

-Bueno, ¿de qué quieres hablar? -dijo algo extrañada. Normal, aparecer por la noche en su casa y diciéndole que quiero hablar con ella no tiene que parecer algo bueno.

-Lo cierto es que he tenido un problema con Melissa y no sabía a quién recurrir. Tú me entiendes mejor que nadie. -dije con voz apagada.

- ¿Qué ha pasado? -dijo con voz calmada.

-Fui con ella a la boda de su prima y su madre… me dio a entender en varias ocasiones que no era de su agrado, como si no me hubiera dado el visto bueno y eso me hizo sentir bastante incómodo. Se lo he comentado esta noche a Melissa, pero ella está empeñada en que su madre es una delicia de persona y que no despreciaría a un chico como yo. Yo, obviamente, no estoy tan seguro y como no podía callármelo, he acabado por comentárselo. -dije ya más relajado.

- ¿Y ella cómo ha reaccionado? -preguntó interesada.

-Se ha puesto como una fiera y me ha echado de su casa, piensa que son imaginaciones mías y que no es justo que diga eso. -contesté de la forma más resumida posible.

-Lo siento de veras Dylan… -dije bastante triste.

-No pasa nada Jess. -le puse la mano en el hombro. En ese momento escuché a Liz subir las escaleras.

-Jess, Dylan, perdona que os moleste, pero el repartidor ya ha llegado. -dijo Liz algo avergonzada.

-Gracias Liz ya bajo. -dijo Jess. En ese momento Jess se levantó de la cama y bajamos todos a la planta baja.

-Bueno, yo me voy a ir yendo ya. -acabé por decir.

-No, quédate. -dijo Jess mostrando una gran sonrisa.

-Claro tío, quédate, hay pizza para un regimiento. -dijo Ian. Todos nos reímos.

-Me alegro que estés aquí amigo. -dijo Philip.

La noche transcurrió tranquila y las pizzas estaban realmente buenas. La película que vimos era de miedo por lo que Jess estaba bastante asustada. A ella no le gustaban ese tipo de películas, pero como a Liz le encantaban, siempre cedía. Jess era una buena amiga.

Liz estaba disfrutando bastante con la película. Jess se tapaba los ojos todas las veces que tocaba un susto, se notaba que lo pasaba mal, pero Ian hacía que Jess no se sintiese desprotegida. Ella estaba refugiada entre sus piernas e incluso a veces era él quien le tapaba los ojos cuando tocaba una escena en la cual ella pasaba realmente miedo.

Al terminar la película ayudé a recoger la cena. Fui a la basura a tirar los cartones de las pizzas cuando justo Jess entró en la cocina.

-Ha estado bien la película. -dije con voz alegre.

- ¡Qué miedo he pasado! No sé cómo a Liz le gustan estas películas. -dijo todavía sobresaltada por culpa de la película.

-Al menos Ian ha estado ahí para hacer que tuvieses menos miedo. -dije sin pensar. Jess se quedó callada ante tal comentario.

-Sí, he tenido suerte. -dijo al fin con voz apagada.

-Bueno, creo que me voy a ir yendo ya. -dije para cambiar de tema.

-Vale. Ten cuidado. -dijo Jess.




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