POV JESS
Ian ni siquiera me preguntó nada de lo que ocurrió ayer y la verdad es que así lo prefiero. Dylan era un idiota. No volvería a permitir que nada ni nadie se pusiera entre mi felicidad y yo. Cogí un libro y me dispuse a leerlo cuando mi móvil sonó. Sin ver quién era lo cogí.
- ¿Sí? -respondí mientras me acomodaba en la cama.
-Jess. -respondió Dylan. Aquella voz hizo que mi tranquilidad se desvaneciese como si de humo se tratara. Me quedé callada por varios segundos. Realmente no sabía sin colgar o permanecer callada y simplemente escuchar lo que quería decir.
- ¿Jess? -dijo Dylan extrañado ante tal silencio.
- ¿Qué quieres? -respondí al fin.
-Ábreme. -colgó en ese momento. ¿Cómo? No me podía creer que estuviese en mi casa. Después de pensarlo por varios segundos, decidó bajar. No sé ni por qué.
Abrí la puerta de mi casa despacio y vi a Dylan, estaba justo detrás de la puerta esperando a que abriera
-Jess… -dijo Dylan que parecía algo nervioso. Me crucé de brazos.
- ¿Qué? -respondí de mala manera.
En ese momento me cogió del brazo y tiró de mí hacia dentro de mi casa. Cerró la puerta con su otra mano y me apoyó en la puerta con un movimiento brusco. Le miré extrañada y algo asustada. Se acercó a mí. Estaba tan cerca que podía notar su calor corporal. Su respiración se tornó desenfrenada y sus manos estaban sobre mi cintura. Dylan me miraba muy fijamente a los ojos y yo no pude quitarle la mirada. No me atrevía a decir nada y así permanecimos por varios segundos. El entonces cerró los ojos y suspiró.
-Jess, quiero besarte. -admitió. Sus palabras hicieron que me estremeciera y que no lograra pensar con claridad.
- ¡Estás loco! -exclamé.
-Sí, loco por ti. -dijo Dylan. En ese momento sus manos apretaron con más fuerza mi cintura y se inclinó casi rozando sus labios con los míos. En un giro me zafé de él.
- ¿Qué haces Dylan? ¡Vete de aquí! -dije alterada. ¿Cómo se atrevía a venir a mi casa e intentar besarme?
-Si me dices que no quieres que te bese, me iré. -dijo Dylan mientras su mirada se fijaba en mis labios.
-No entiendo tu comportamiento. -dije mientras andaba de lado a lado sin entender nada de lo que estaba pasando.
- ¿Has venido a mi casa para utilizarme? -no entendí muy bien el por qué de su visita. No podía dejarme nunca en paz cuando realmente quería estar sola. Siempre tenía que poner mi vida patas arriba justo cuando estaba intentando encauzarla.
- ¿Para utilizarte? Yo no haría eso Jess. -respondió de forma contundente. Me seguía con la mirada cada gesto que yo hacía.
- ¿Ah no? Entonces, ¿qué es lo que quieres de mí? -dije bastante alterada.
-Te quiero a ti Jess, a ti. Me he acabado rindiendo a tu sonrisa, a tu forma de ser… te echo de menos… -admitió Dylan. Ante tales palabras no pude ignorar todo lo que me había hecho sentir en el tiempo que estuvimos juntos y mis lágrimas brotaron por mis mejillas. Yo también le echaba de menos pero era demasiado orgullosa para decirselo.
En ese momento logré despertarme, todo había sido un sueño...pero un sueño tan real...Estaba llorando y mi pecho parecía que iba a explotar de lo angustiada que estaba. Ese sueño había sido tan real que no pude evitar pellizcarme para comprobar si seguía en el sueño o estaba aun despierta.
¿Qué era lo que había soñado? ¿Por qué había soñado con Dylan, y de esa forma? Estaba volviéndome loca y sabía que debía olvidarme cuanto antes de Dylan.
POV DYLAN
Melissa no daba señales de vida y yo cada vez quería saber menos del tema. Decidí ir a su casa para hablar con ella y poder acabar con todo esto. Me paré justo en su puerta ya que no me atrevía a entrar. Me armé de coraje y timbre a su puerta.
-¡Dylan! -dijo Melissa contenta al verme. No entendía su reacción.
-Melissa, tenemos que hablar. -dije yendo directo al grano.
-Pasa. -dijo Melissa que cambió su cara al yo decir aquello. Ahora parecía estar desanimada, cabizbaja.
Entramos y nos sentamos en el sofá.
-Verás Melissa… -dije antes de ser interrumpido.
-Ya se lo que vas a decir. -alzó la mirada. Su mirada parecía derrotada, como si entendiera de golpe todo.
-Creo que es mejor para los dos. -afirmé. Ella se levantó y se acercó a mí. Acto seguido me abrazó. Yo le abracé también y la consolé entre mis brazos.
-Tienes que luchar por ella. -dijo de repente. Me sonrió.
- ¿Cómo? -dije bastante extrañado.
-Por Jess. -dijo al fin.
- ¿Jess? -dije igual o más extrañado que antes.
-Sé que aun la quieres. Vi cómo la mirabas la vez que quedamos con tus amigos. Vi cómo te miraba ella y la chispa que había entre vosotros. -afirmó Melissa que portaba una particular sonrisa. No dije nada y me limité a sonreírle. Me fui de su casa y anduve por un rato hasta llegar al parque. Aquel lugar… demasiados recuerdos. Entonces me di cuenta.