POV JESS
¿La tarde no iba a acabar nunca? Con el regalo comprado para la madre de Dylan, un collar muy elegante, fuimos a por algo para Philip. Liz nos comentó que pronto harían ya tres años de novios y quería comprarle un detallito.
-Voy a mirar por aquí a ver si encuentro algo Jess. -dijo Liz yéndose a unos estantes.
-Yo miraré arriba por si hay algo interesante. -le contesté. Vi que Dylan me siguió hasta el ascensor. Sin más remedio y no pudiendo evitar que me siguiera, dejé que entrara conmigo en él. Una vez dentro se apresuró a hablar.
- ¿Me vas a contar el sueño que has tenido conmigo? -dijo Dylan de repente.
- ¿Sigues con lo mismo? -suspiré.
- ¿Es malo tener curiosidad? -respondió.
-No te voy a decir nada porque no hay nada que decir. -dije algo molesta.
-No me dejas otro opción -dijo Dylan. Acto seguido le dio al botón de parar el ascensor por completo. Nos dejó encerrados.
-¡Dylan! ¿Qué has hecho? -dije horrorizada.
-No nos vamos de aquí hasta que me cuentes tu sueño conmigo. -dijo confiado. Respiré hondo y logré tranquilizarme.
-No te diré nada. Así podemos estar todo el tiempo que quieras. -dije algo asustada, pero conteniéndome.
-Has soñado conmigo y tienes miedo de contármelo porque sabes que te ha gustado. -dijo dedicándome una sonrisa pícara.
- ¿Desde cuándo tonteas con tus amigas teniendo novia Dylan? -dije sin contemplaciones.
-Yo no tengo novia Jess. -dijo Dylan fijando la mirada en mis ojos.
- ¿Ah no? -pregunté molesta.
-Melissa y yo hemos quedado como amigos. -admitió. Me quedé en blanco al escuchar esas palabras.
-Lo siento. -dije al instante.
-No lo sientas, lo nuestro no funcionaba porque me he dado cuenta de una cosa. -dijo sin quitarme la mirada ni un segundo.
- ¿De qué te has dado cuenta? -pregunté intrigada.
-De que me gusta otra persona. -admitió.
- ¿Quién? -volví a preguntar. Al darme cuenta de que estaba preguntando demasiado quise cambiar de tema rápidamente.
-Pues… -dijo Dylan antes de ser interrumpido.
- ¿Abres la puerta, por favor? -volví a insistir en que abriera. Estaba nerviosa y parecía que me faltaba el aire.
-Si quieres que abra la puerta, sólo tienes que contarme tu sueño. -dijo Dylan volviendo a sonreír de una forma peculiar, como lo había hecho siempre.
- ¿Por qué tienes tanto interés? -pregunté ahora yo. Se quedó callado por varios segundos.
- ¿Qué pasa? ¿te ha comido la lengua el gato? -dije burlándome de él.
-No, el que va a comer aquí soy yo, pero a ti. -dijo Dylan. Acto seguido se abalanzó sobre mí y me besó frenéticamente. Depositó sus manos sobre mi cintura y me pegó en la pared del ascensor. Yo no pude evitar soltar un suspiro al sentir cómo me acariciaba y me tomaba entre sus brazos. No sentía aquello desde que estábamos juntos y por un momento dejé que pasara. A los pocos segundos de todo aquello, me percaté de que Liz nos estaría buscando y la gente estaría extrañada por que el ascensor no bajara ni subiera. Entonces me revolví cual gusano y me zafé de Dylan.
- ¿Qué pasa? -dijo extrañado.
- ¡Esto está mal! -dije alterada. Mi corazón iba a salirme del pecho en cualquier momento.
-Necesito salir de aquí. -volví a hablar ahora más alterada que antes.
-De acuerdo. -dijo Dylan, acto seguido hizo que el ascensor por fin funcionase.
Bajamos a la planta en la que se encontraba Liz y al abrirse las puertas Liz estaba allí junto a varias personas y dos técnicos de ascensor.
- ¿Estáis bien? -dijo uno de los técnicos.
-Sí. -dije algo nerviosa.
- ¿Qué ha pasado? -dijo el otro técnico.
-Se quedó parado por un rato, no pasa nada, está todo bien. -dijo Dylan que parecía bastante tranquilo. Todo el mundo se dispersó por la tienda y a Liz se le cambió la cara de preocupada que tenía.
-Menos mal que ha sido solo un susto. -dijo Liz mientras me abrazaba.
-Sí, eso parece. -dijo Dylan que me sonrió. Por alguna extraña razón le hacía gracia todo aquello.
-He encontrado un reloj que creo que le encantará a Philip. -dijo Liz enseñándome el reloj que había comprado.
-Le encantará. -dije intentando tranquilizarme.
-Totalmente de acuerdo. -dijo Dylan.
Terminamos de comprar y no pude evitar percatarme de que Dylan me observaba más de la cuenta, estará raro, había pasado de ser tranquilo y no pretender nada a estar todo el día observándome y dedicándome miradas llenas de deseo. No sabía de qué me sorprendía, al fin al cabo era Dylan, el Dylan de siempre. Lo que no entendía era por qué ahora, por qué después de tanto tiempo.
POV DYLAN