Mundos Diferentes

CAPÍTULO 41- AMAR ES COMPLICADO

POV DYLAN

Después de todo lo que había pasado con Ian, necesitaba un poco de apoyo por parte de mi madre y la llamé para ir a comer tanto mi madre, Ashley y yo.

-Es un sitio maravilloso cariño, no te hubieras molestado. –dijo mi madre admirando hasta las servilletas.

-Es precioso hermanito. –dijo Ashley que lucía una sonrisa de oreja a oreja.

-Todo lo que tengo, tened por seguro que será para vosotras. –dije orgulloso de poder estar aquí con ellas.

-Y bueno cariño, ¿cómo estás? ¿Qué tal todo? –preguntó mi madre ansiosa de una respuesta.

-Bien, todo genial… -respondí.

-¿Y con Jess todo genial también? –preguntó mi madre.

-Sí, de hecho el otro día nos reconciliamos. –respondí con alegría.

-Me alegro cariño. –dijo mi madre que me cogió la mano para acariciarla con dulzura.

POV JESS

-Sí, ¿no lo sabías? –dijo Melissa que empezaba a ponerse un tanto nerviosa. La miré extrañada, pero pude fingir que lo sabía.

-Oh sí claro, me lo dijo antes de salir. –mentí descaradamente. Puse la sonrisa más falsa que encontré para que Melissa no se diera cuenta de que en realidad no sabía nada de todo aquello, para no hacerle sentir mal. La cara de Melissa pasó de estar preocupada a aliviada.

-¿Haces algo después Melissa? –pregunté para cambiar de tema. Si seguiamos hablando del tema, explotaría de la rabia contenida.

-Lo cierto es que sí, tengo planes para ir con mi madre a ver un vestido para una cena de empresa. –respondió Melissa.

-¡Qué guay! Espero que encuentres algo espectacular. –dije algo desanimada, lo cierto es que creía que podría estar al menos un rato más con ella…para olvidarme de lo de Dylan, pero no pudo ser, ella ya tenía planes. Acabamos de comer y Melissa se tuvo que ir. Yo cogí el coche y me fui a casa, quería estar aislada un rato sin que nadie me molestase. No lograba dejar de pensar en todo aquello, maldita sea. 

Dormí un poco y me desperté con mucha hambre, como si no hubiera comido en años. Me levanté de la cama dispuesta a bajar y prepararme algo cuando de repente mi móvil sonó. Era Dylan y realmente me quedé paralizada. Pensé que lo mejor sería cogerlo y escuchar lo que tenía que decir, pero estaba harta de que siempre me fallada cuando yo pensaba que todo estaba bien y que nada podía estropear lo nuestro. Al final dejé que sonara varias veces, hasta que dejó de hacerlo. Cerré los ojos en ese momento y me quedé de pie sin hacer nada, solo pensando. A los pocos segundos, abrí los ojos y decidí bajar a prepararme la cena.

No sabía qué comer la verdad, solo sabía que tenía mucha hambre. Ya en la cocina, un timbre me sobresaltó, era el de la puerta. Me quedé extrañada al pensar quién llamaría a estas horas pero no caí que podría ser Dylan. Abrí la puerta y sí, era él.

-Jess. –dijo Dylan que se puso contento al verme.

-Dylan. –dije sin ganas. Suspiré levemente.

-Te he llamado hace un momento. –dijo Dylan que parecía mirarme extrañado, cosa que me incomodaba.

-¿Ah sí? Estaría en silencio. –respondí algo borde. Evité por más que pude gritarle.

-Bueno, no importa, ¿puedo pasar? –preguntó. En ese momento me quedé pensativa por unos segundos. No podía dejar que pasara y tener que fingir que estaba bien cuando relamente estaba muy enfadada con él.

-Lo cierto es que no, es decir, tengo sueño y mañana tengo que levantarme temprano. –respondí de mala manera, inventandome una estúpida excusa que a la legua se notaba que era falsa.

-oh..., de acuerdo… solo quería darte las buenas noches Jess. –dijo Dylan que era obvio que notaba mi indiferencia. Para mi sorpresa no quiso incidir en lo rara que estaba siendo con él, cosa que agradecí enormemente.

-Buenas noches Dylan. –le cerré la puerta en su cara antes de que pudiera hablar más. Me apoyé sobre la puerta y dejé salir un leve suspiro cerrando los ojos.

Me sentí mal por hacerle eso pero estaba tan enfadada que en ese momento me pareció lo más correcto…quiero decir… era la opción más correcta antes que gritarle. Más allá de que hablara con Ian, lo que más me molestó fue que no me lo dijera. Se supone que nos contabamos todo y que se hubiera ido de gallito a mis espaldas me molestaba muchísimo. No necesitaba que me defendiera de nadie, era lo suficientemente independiente como para hacerlo por mí misma. Eso me hacía sentir indefensa, y estaba lejos de hacer que me sintiera importante ante sus ojos por haberme defendido.

Tras mucho pensar, llegué a la conclusión de que lo mejor era que me fuera de nuevo al piso de estudiante que compartía con Grace, una compañera de clase, ya que nada estaba bien aquí, ni con Dylan… y realmente necesitaba relajarme y no pensar tanto en todo esto. Cogí mi maleta y empecé a meter toda mi ropa con sumo cuidado mientras que no podía evitar que mis lágrimas cayeran sobre las mejillas. Metí  bastante ropa, la iba a necesitar si quería permanecer allí el máximo tiempo posible. Necesitaba alejarme de todo.




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