Mundos Oscuros [editando]

Capitulo 30

DILAN'S POV

—Debimos decirle, Dilan. – Nathalia camina de un lado a otro mientras continúo revisando el punto rojo que se mueve en mi pantalla. — ¿Podrías ponerme atención por lo menos?

— Debo llamar a mi padre. – Digo sin mirarla.

— ¡DILAN! – Nathalia me quita el teléfono de las manos y ésta vez tomando toda mi atención. — estoy preocupada por ella.

— Cariño. – me acerco a ella y le doy un casto beso en la frente. — ya tengo todo solucionado.

Le sonrio mientras tomo mi teléfono de sus manos y marco rápidamente a mi padre.

¿Dilan?. – escucho la voz cansada de mi padre al otro lado de la línea.

— Es ahora o nunca, papá. – digo tomando una larga respiración. — Ya sé dónde están.

¿De que hablas, Dilan? — dice mi padre soltando un suspiro.

— Isabella fue por ellos. – digo al instante en que la línea se queda en silencio.

ISABELLA'S POV

— No veía la hora de volverte a ver. – Damon se acerca con una sonrisa torcida en su rostro y toma un mechón de mi cabello para ponerlo detrás de mi oreja. — Te sienta bien el rubio pero, amo más tu color negro natural.

— Dejémonos de rodeos, Damon. – digo ya cansada y dispuesta a terminar con este juego. — Ya me tienes, libera a mis amigos.

Con una sonrisa socarrona se acerca hasta Thalia y recorre con un dedo su mejilla, el gesto de asco de parte de ella no se hace esperar además de alejar su rostro lo más posible de Damon; seguidamente se acerca a Loren y ésta con sus ojos llorosos me mira llena de súplicas, Damon la toma por su cabello haciéndola alzar su rostro y juro que, escucho como mi corazón empieza a bombear con la adrenalina y la rabia llenándome completamente.

— Y el famosísimo Kepler. – dice Damon con burla llegando dónde se encuentra Joseph. — ¿Que se siente volver a verse después de tanto tiempo? Después de tanto buscarla.

Joseph me mira y por inercia trato de acercarme pero Damon en un segundo ya estaba deteniéndome agarrando mi brazo.

— Hay algo que he anhelado hacer. – dice acercando su nariz al hueco de mi cuello. — Pero antes quiero contarte una historia muy graciosa.

Damon ríe histérico y me lanza al suelo aunque por suerte, logré amortiguar el golpe con mis brazos; Joseph lucha rabioso por soltarse del amarre.

— Eres una actriz muy buena. – dice sacando un arma de no se dónde y retrocedo como auto-reflejo de supervivencia. — Enserio, ¿como pude ser tan... Como podríamos llamarlo? ¿Crédulo? ¿Idiota? Para creer tu show de niña buena.

Ríe amargamente y acerca una silla al lugar donde estoy en el suelo.

— Cuando regresé al hotel, de hecho... Toma — saca unas pastillas de su bolsillo y me las lanza, esto me hace recordar que las pastillas quedaron sobre la cama, sin ser abiertas si quiera. — Como decía. Cuando regresé al hotel, me encuentro con la sorpresa de que no estabas; fui tan ingenuo en creer que al notar que no cerré con llave lograrás confiar en mí al menos un poquito...

— ¿Que confiara en ti? – el desprecio en mi voz sale destilando veneno. — has desgraciado mi vida. Tu junto a Frank han sido la peor desgracia que se me ha cruzado en el camino.

— He hecho todo por amor. – dice desesperado y al punto de halarse el cabello con sus manos. — Te he tenido junto a mi en contra de tu voluntad con la esperanza de que algún día me vieras como yo te veo, que te enamoraras de mi y quizás, solo quizás, quisieras quedarte conmigo por tu cuenta.

— Nunca. – me levanto del suelo decidida. — Nunca me enamoraría de ti. Y no es por tu físico, sino porque nunca me enamoraría de la persona que más daño me ha hecho en la vida, nunca me enamoraría de una persona que hace daño a los demás solo por dinero, nunca me enamoraría de una persona que solo piensa en si mismo, nunca me enamoraría de una persona como tú.

Sus ojos se llenaron de lágrimas reflejando una ira descomunal, iba a acercarme rápidamente hacia los chicos pero su agarre en mi brazo me hizo girar hacia el.

— ¿Crees que no me he dado cuenta de cómo lo miras? – dice haciendo señas hacia Joseph y hacia mi. — ¿De cómo se miran? El quiere tener todo lo que yo anhelo, pero ¿Sabes algo? Si no seré yo quien te tenga, no te tendrá nadie.

— ¿A caso estás loco? – me río amargamente al pensar en lo tonta que sonó esa pregunta. Claro que lo está. — Nunca seré tuya ¡Nunca!

— ¿Ah no? – sus ojos viajaron hacia Joseph y nuevamente se posaron en mi con una sonrisa malévola y con sus duros brazos me tira sobre el suelo frío. — Veremos que sentirá el al ver cómo si serás mía.

Sin dejarme procesar sus palabras, me agarra por lo brazos y de un tirón, mi pecho queda descubierto a su merced; desvió mi mirada con los ojos  llenos de lágrimas a causa de la ira y veo como Joseph, con sus manos y boca amordazada, intenta zafarse del agarre sin éxito alguno.

Damon dominado por la locura y la lujuria, decidido a descubrir mi pecho que tan solo es cubierto por el sostén, mueve su mano lentamente desde mi abdomen hasta mi pecho, pero corto su camino con un golpe a su entrepierna con mi rodilla; cae al suelo a mi lado y me levanto rápidamente para desatar a mis amigos de las sillas.

Ya había soltado a Loren y a Thalía, cuando Damon se levanta con gran esfuerzo, apuntando con su arma a Joseph.

— Esto ya se acabó, bella. – dice lleno de cinismo. — Si yo no seré feliz contigo, el tampoco lo será.

Su mano se dirige hacia mi y en el momento en que está por apretar el gatillo, sonidos de disparos en las afueras nos hace sobresaltar; muchos hombres vestidos con uniforme de la policía entran. Damon al verse acorralado, tira su arma en algún lugar y corre huyendo, pero es atajado por varios oficiales quienes lo capturan y se lo llevan dejando antes lanzar unas cuantas amenazas pero, ahora ya no importa, todos estábamos bien, ya todo había acabado.

— Isabella. – Al escuchar la voz de mi padre un mar de lágrimas se desborda de mis ojos y corro hacia el — Mi hija, mi querida hija. Estás bien.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.