Caminando por las secas y grises calles de este lugar, poco a poco las pisadas se hacen más lentas, mis ojos elevan su mirada en plegaria por borrar esto.
La suave brisa se apresura en mi destino, se alegra de verme, con su fuerza siento como mi cuerpo se eleva, mi piel se estremece por el contacto del vaivén del tiempo.
Un corazón latiendo con más fuerza, sigue agitándose, te ha sentido cerca, tu olor se hace presente, estás conmigo, dispuesto y quieto… tu mirada logra desnudar mis pensamientos, me quedo sin nada por ocultar, la debilidad está ganando, el miedo casi riendo por tener el control… de momento logras hablarme, paralizando mis sentidos, los gritos del latir se hacen eco en mí, te quiero, necesito y extraño, has sido lo esperado por tanto tiempo, vacilando…
La razón abre mis ojos, me muestra el camino, tierra seca y gris por los recuerdos y esperanzas que cansadas iban pintando probabilidades, regando los sueños… ¿se terminó el camino? Ella responde, no, pero si su tiempo.