Tal como una noche de verano, donde despiertas pensamientos ligados con un deseo de conciliar el sueño en un marco de ansiedad propicia del calor en la habitación, emerges en un destello de insomnio. Alto y grande, tan impetuoso al final del pasillo, comienzas a ser destino de mis sentires, como ligero ruido en que captas la atención de quien te observa… sacando a flote aquellos deseos olvidados en la prisión del silencio, lejanos ante el fluir del día a día, por miedo a fingir más tiempo.
Allí estás tú! Sin mediar palabra logras encender mis ansias, no había sentido que perder poder en mí era ganar un orgasmo…poco a poco, mientras estás allí, esperando, con voz de susurro me desvistes sin saberlo, siento como recorre la sangre en mi cuerpo, la piel lucha por no tocar eso que me hacía perder el norte.
Tu olor transporta un mundo de placer, impregnas el cuarto al tiempo que dejo de resistirme al cambio, me relajo y sin mediar vienes a mí, con todo tu poder y ves que débil resulté ser.