My life

Capítulo 12

Me desperté y no estaba en la misma habitación.

Estaba en mi antigua habitación, la que compartía con…

Imposible.

Me levanté rápido de la cama y fuí directo a la cocina. Conocía este lugar tan bien.

Y fué cuando la ví.

Elizabeth.

Estaba cocinando algo en la estufa, se volteó y me vió.

— Oh, ya despertaste, cariño. Ven a desayunar.

Acaso dijo que…

Esto tiene que ser una broma.

— ¿Qué estoy haciendo aquí?.

— ¿A qué te refieres, cariño?.

No. Esto no puede ser posible.

— ¡Tú no tienes que estar aquí!.

— Zoey…

— ¡Yo estaba con Olive y Dylan, en el centro! — sentí lágrimas en mis ojos.

— ¿Estás bien, nena? — trató de abrazarme, me alejé.

— ¡NO! Esto no puede ser real — negué varias veces — ¡ME ABANDONASTE!.

— Yo jamás haría eso — me abrazó.

No resistí más.

Empecé a llorar sin control.

— Shhh, mamá siempre estará para ti — acariciaba mi cabello.

— Te amo, mamá.

Silencio.

— ¿Mamá?.

Levanté la cabeza y estaba sola.

Otra vez.

— ¡MAMÁ! — grité lo más alto que pude — no, no, no — susurré — ¡no me dejes mamá!.

Sentía un gran vacío que jamás podría ser llenado.

— ¡Que hice para que me dejaras de amar!.

Lloraba sin control.

Sentía que iba a morir.

Me desperté y no podía respirar.

Estaba hiperventilando.

Mi cabeza dolía.

Mi conciencia no paraba de decir cosas crueles.

<< Creíste que alguien podría quererte>>.

<< Por favor, solo te tienen lástima>>.

<<Estás rota>>.

Tenía que pedir ayuda.

Tomé mi teléfono y marqué al primer contacto que tenía.

— ¿Hola? — Dylan sonaba somnoliento.

— N-no…

— ¿Zoey?.

— P- puedo — sentí que me asfixiaba — res- pirar.

— ¿Estás en tu cuarto?.

— S-si.

Sentía que tenía menos oxígeno.

— Voy para allá.

Colgó.

Traté de hacer mis ejercicios de respiración pero no funcionaba.

Alguien abrió la puerta y ví a tres personas que no reconocía por las lágrimas.

Una me abrazó. Podía sentir su olor.

Olive.

— Aquí estoy, Zoey, aquí estoy.

Mi respiración seguía agitada.

— Respira conmigo, Zoey, vamos. Uno…

Inhalé, pero sentí que no podía más.

— Otra vez, uno… así, dos…

Uno, dos.

Inhalé y exhalé.

— Ya casi lo tienes, Dylan trae agua y hielos, por favor.

Tenía que ser el Sr. Jhonson.

— Un poco más, Zoey.

Lo seguí haciendo hasta que mi respiración volvíó a la normalidad.

Cuando logré ver con claridad, estaba el Sr. Jhonson enfrente de mí, Dylan a su lado con un bowl de hielos y Olive que seguía abrazándome.

Dylan le dió los hielos a Nick.

— Pon tu cabeza en los hielos y mantén la respiración por tres segundos.

Lo hice y me sentí como si volviera a la realidad.

— Otra vez.

Lo hice tres veces más.

— ¿Mejor?.

Asentí.

— ¿Quieres hablar de lo que pasó?.

Negué lentamente.

— Dejemos a Zoey descansar — le dijo a mis amigos.

Ambos me abrazaron a la vez y sentí lágrimas rodar por mis ojos.

Se separaron y se fueron a sus respectivas habitaciones.

— Hay agua en el buró, si necesitas otra cosa, llámame.

Y se fué.

Regresé a mi cama y volví a llorar toda la madrugada.

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